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Lectura en la presentación del libro Guerreras vol. II. 
La Gota de Leche. Logroño. 3/10/20
Dama del corazón
más grande, 
me diste la
palabra, 
me diste la
palabra. 
Tomo 
             tomo 
                         tomo una palabra
                                                como
quien toma un bocado pequeño
             y no muerde:
espera 
             que se deshaga en la boca
                         el pedazo de carne
el pedazo 
             minúsculo
la sílaba 
-         Pausa 
-         La palabra
se deshace así 
en mordiscos pequeños: 
pa-la-bra. 
Tomo esa forma. 
Tomo esa forma que
nace en mi boca: 
el golpe 
en mi paladar: 
             pa-la-dar
y lo saboreo 
como quien bebe a
sorbos pequeños 
             el vino
             la sangre
             el cuerpo
me abre a la
libertad con un golpe rápido en los labios: pa  
acaricia el
paladar así la lengua: la  
y la boca juega
entera al final: bra.  
Algo tan físico,
pienso, 
no es obra de un
dios. 
  
Una mujer cantó a
una diosa. Otra, fue desposeída de su nombre. 
  
Un nombre no se
pierde. Un nombre se borra. 
Qué trampa tan
dulce: dejar de existir como mujer. Ser recordada como diosa. 
  
Pero es tan fácil
dejar de creer.  
Es tan fácil negar
la existencia de un dios. 
Qué trampa tan
dulce. Esta inmortalidad que la Historia te ha dado, ha negado tu existencia 
y la de todas las
mujeres. 
  
Dama del corazón
más grande, Ehneduanna. 
Dices: yo  
Dices: yo soy  
No “me llamo”, no
“mi nombre es” 
No: 
Dices: yo soy  mi
nombre. 
  
Te pronuncio:
Enheduanna. 
Pronuncio: 
Cuneiforme  
Arcadia  
Raíz   
Mujer  
Eterna  
Nido  
Trazo  
Alfabeto  
Pronuncio la
palabra recordada, Carmenta, diosa del parto y la profecía. 
Pronuncio la
palabra silenciada, el nombre: Nicóstrata, mujer, creadora. 
Escribo  
para que
trascienda tu palabra.