viernes, 27 de julio de 2007

240

Llorar ma´s de tres veces.
Durante, antes o después de un “te quiero”. Antes o después de follar, antes o después....
Durante un latido;
Un llanto en un latido. La duración y el equilibrio de una manecilla de reloj.
Una manecilla estática en un reloj sin pilas.

Silbar, susurrar.

La imaginación me viola mientras me penetras, pero ni siquiera yo soy capaz de darme cuenta.
Hasta el final.


Quién es quien me está matando,
Quién es quien me está martirizando.

Soy quien introduce tornillos, lentamente, a rosca, poquito a poco, quebrando el cráneo, secando el cerebro, como una esponja, un lienzo de óleo quebrado, colores, rosa, negro, oscuridad.


I've seen
a darkness.

Y sólo el dolor me hace eterna o ignorante, quizá ambas cosas; las dos son lo mismo.

Borrar la existencia en un gemido, un mordisco. Borrando mi angustia, convirtiéndome en un cuerpo.
Vulgarizar mi cuerpo para poder reconocerlo hermoso después. Eso me haces, por eso te quiero.

No quiero jugar al recuerdo, ni a los celos, ni a la tentación de un reencuentro.
No quiero perder.
No quiero perderme.
No quiero perderte.

No quiero jugar al juego del caracol.

Esta espiral, estas ganas de hundirte aún sabiendo que de ese barco tampoco yo podría salir indemne.

El recuerdo de lo efímero, el silencio.
No sé reaccionar, no quiero verte aunque imagino que vuelvo a tocarte.
¿Por qué?

¿Por qué siempre me hice a la idea de que terminaría, para evitar llorar al final, y en cambio ahora no soy capaz de pensar en finales porque ya estoy llorando antes de terminar?
¿Por qué no dejo de pensar en la eternidad?

* Publicado en séptimo número de la revista Fedra.

martes, 24 de julio de 2007

Poss It

¿Por qué cuando mejor te van las cosas el destino, Dios, la naturaleza, y vete tú a saber qué;


quizás sólo eres tú, quizá siempre ha estado ahí y no lo has visto, quizá siempre te lo ha dicho y tú no lo hayas escuchado....

te da un golpe de inseguridad?

jueves, 12 de julio de 2007

envidia, celos y otras tonterías a las 3:16h





El deseo despierta el ansia de poseer, y esto despierta el instinto asesino.



Primavera, verano, otoño, invierno y primavera.







Hoy me despertó una imagen absurda. Sólo veo, sólo veo imágenes absurdas.





Hoy me despertó un sueño.



Un sueño absurdo; sólo sueño estupideces.





Quien quiera venir a tirarme piedras que me espere aquí, detrás de la carretera. Quien quiera recordarme quién es mi peor enemigo, que me espere... sentado aquí.





Siéntate aquí, detrás de la carretera que dibuja mi columna vertebral, y susúrrame que no tengo motivos para el odio ni la envidia.



Y que los celos son un invento de la iglesia católica, para tener a las mujeres amargadas en casa preocupadas sólo en ser las mejores. Una alternativa, la mejor elección.







Caminar despacio.



Clávame cuchillos en los ojos.



Otro éxito de los 40, risas, niñas maquilladas para ir a las rebajas.





Aburrimiento o sonrisas.



Risas aburridas.



Pedofilia en conserva, manos limpias, pelo blanco.



Difuminando caminos en el resto de estampas, de la virgen, de santos.



De niños que lloran en la puerta del Kikos.





Pude haber extendido la pasión casi hasta alcanzar los miles de kilómetros que componen mi imaginación.



Pude haber seguido el camino corto, el fácil. Como siempre, como antes. Pude haber abolido la libertad de expresión de un corazón, en lugar de soñar con el lobo cada vez que recuerdo que no duermo contigo.





Y debería dejar esta costumbre tonta de escribir, tan sentimental. Y, no, ni sí ni no.



¿Que no me lee nadie? Ese nadie no soy yo.



Ni sí, ni no. Ni no, ni sí.





Son las tres, es lunes... no, ya es martes.



Otra aspirina....
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