Lo único que sabía es que se había ido por un camino que no fue el de las baldosas amarillas. El parqué viejo, reseco, roído por carcoma y semen.
Las lágrimas de un tiempo que no podía volver, la melancolía como sarro entre los dientes, alicatada en la mente.
suerte con el trabajo,de las casualidades nos salvamos nosotros,estos dias le echaré un ojo a mulholland drive,que has mencionado por aquí en algún lado,veremos qué tal,que marche.
ResponderEliminarAún no tengo muy claro cómo he llegado a este blog...pero me ha encantado el "Pequeño mordisco".
ResponderEliminarEspero no olvidarme del complicado nombre de tu blog para visitarlo más :)
No te muerdas el labio inferior... Salvo que te lo estes pasando bien...
ResponderEliminarMal despertar...
ResponderEliminarEncantada de cruzarme contigo!
Jo!
ResponderEliminarCuantas ganas de re-engancharme a mi rutina blogera Pero es que con tanto trabajo, llevo unos meses de infarto.
Aún así un placer pasar por aquí, y poder visitarte, leerte y saludarte.
En un par de meses se acabará el estrés y podré volver a pasearme por mis blogs amigos favoritos.
Un abrazo y cuídate.
Alberto.
Gracias
ResponderEliminarYa comenté antes...
ResponderEliminarPero...
Me pone esta entrada! jajaja
Oye!
A ti te gustaria la serie Dexter...
Consiguela...
Besito fugaz y carmesí!
Y este mordisco, también fue en un domingo??
ResponderEliminarMuy bueno, me gustan los sentimientos comprimidos, que explotan al ser leídos, que reflejan la melancolía personal...