Hey ho, let's go.
En otro orden de cosas, va a llegar el 2015 y nadie me ha regalado aún una palomitera como la que sale en este vídeo y que llevo deseando desde el 2011
D escribe a mano. Todavía tiene la costumbre de escribir un diario. Todos los años escribe una lista de deseos. Como una lista de propósitos para el año nuevo, podría decirse. Escribe: quiero una de esas máquinas.
La máquina que quiere D es una máquina que no está en venta. D busca algo que le permita vivir bien sin necesidad de dormir. Porque dormir es indigno, dice D. Dormir es de débiles. D odia perder el tiempo, pero siempre pierde la batalla contra su cuerpo débil que se cansa. Ese cuerpo débil que se desconecta por horas y le hace caer.
D se cae un ratito y cuando se levanta dice: quiero una de esas máquinas.
Porque D tiene muchas cosas que hacer. D tiene que ir a su trabajo y tiene que llamar a su hermano, y tiene que limpiar el piso. Y sacar la basura. Y comprar café, lejía y amoniaco.
Su hermano se compadece. D, ¿por qué no buscas una actividad que te motive? Le pregunta. ¿Por qué no haces amigos, por qué no tratas de conocer a alguien?
Pero D no dice nada. No cambia la expresión de su rostro por nada. Es una máquina estricta. Escribe listas de deseos que no va a cumplir, cumple sus horarios, y frota el suelo del piso hasta dejarlo impecable. Todos los días.
D no cambia la expresión de su rostro por nada. Son las tres de la madrugada. Los gatos están despiertos ahora y no hay nadie en el parque. Se mete el bote de amoniaco en el bolso, y baja a darles de comer.
Me ha encantao.
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