Las luces de la ciudad iluminan la niebla.
Que como la primera nieve, y mi vida, es tan blanca, y a la vez tan oxidada,
y a su vez, como todo lo que duele, hiela.
Casos de otras luchas. Ciegos,
hoy descansa allí quien tú querías.
Un whiskey ardiendo en tu garganta
y una canción golpeando tus entrañas.
Instantáneas miradas que deciden sin saber.
Pero no importa. No sirve si no se siente.
Pero no se puede.
O puede que en el alma goteen las gotas de rocío de la montaña.
Patricia Maestro Cueto.
Adriana Bañares Camacho.
Ángel L. Miguel Martín.
Raquel Sánchez Jiménez.
Yo he hecho cadáveres borracha como una cuba a las siete de la mañana y con unas amigas y lo que nos hemos podido reír!
ResponderEliminarBesicos
Vaya densidad informativo-conceptual, madre.
ResponderEliminarNo encuentro el cadáver por ningún sitio. Soy de neuronas vagas.
ResponderEliminarVeré el fanzine. Un saludo,
Esos experimentos de poesía colectiva a veces dan resultados sorprendentes. Quedó genial. Un beso,
ResponderEliminarV.
Adri! el último verso es "las gotas de rocío de la mañana"! Ya sé qeu tengo una letra muy rarita, jeje.
ResponderEliminarPor cierto, soy Rakel xD
Un beso!