Tirando por la calle con el burro al hombro
sin nombre, sin hombre.
Hombre que no supo morir
de vergüenza ajena al ver cómo caen sus bragas
ajadas, violadas, usadas...
en un universo aún no creado
como preñados en mi vientre con harina y sangre
líquida, inocua, derramable
en dos vasos de miel quebrada
como los dedos de los pies por correr contra la ignorancia.
Adriana Bañares
Patricia Maestro
Sara Gutiérrez
Quebrados los huesos saliendo música de violín... Me ha gustado.
ResponderEliminarqué gusto, todo chicas
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