jueves, 16 de agosto de 2012

Veo mi vida pasar a través de la ventana.



La veo pasar por la carretera. Sus luces son demasiado blancas. Veo mi vida pasar tan blanca, por debajo de mi ventana. Mi vida pasa como un coche, con la velocidad exacta para no inquietarme. Pero pasa. Y sé que es mi vida ese coche que ha pasado como un alud por su forma de cegarme. Sé que ha sido mi vida porque me ha mirado a los ojos y ha visto mi carne y le ha dicho “yo pasaré contigo”. Ha sido mi vida porque no es momento para otra cosa que no sea ver la vida pasar ante mis ojos. He visto mi vida pasar y no ha sido poesía. Mi vida ha sido máquina en movimiento. Máquina en movimiento
mi vida.

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