Beatriz Barriuso http://yourheartonatray.blogspot.com.es/ |
Su manera de
ocultarse y escapar es un baile. Pasa inadvertida a pesar del vestido
rojo y la melena oscura, los rasgos marcados, la belleza agresiva.
Pasa inadvertida porque se mueve rápido y en silencio. Ninguna otra
mujer de la celda se atreve a hablarle porque todas han caído en la
superstición y no se relacionan con fantasmas.
Hay una guerra fuera
de estos muros y los soldados somos cualquiera. No sabemos quién nos
ha elegido pero sí que juegan con nosotros. Hay un destello en la
noche que nos demuestra que la guerra viene de aún más lejos. Los
escépticos aún no creen en vida inteligente fuera de las fronteras
esta noche.
Hay un tablao
flamenco y alguna silla de madera se mantiene en pie. Siempre hay
público y vino tinto para un espectáculo lamentable: no llega la
electricidad al entarimado y las chicas han perdido el ritmo.
La celadora abre y
no hay manera de esconderse. Se desliza entre las sábanas y se
coloca la primera en la fila con la intención de ser la primera en
salir. La lista que la celadora lleva en sus manos indica que la
primera se llama Calaverita y que tiene aspecto de muerte. Basta
verla a ella para saber que no es, pero con un gesto teatral mira a
la bailarina y mira la foto de la calaverita y marca con el dedo
índice de la mano derecha las diferencias.
No habrá baile que
le salve esta noche y fuera los soldados nos besamos. Hay un viso de
amor en esta noche en la que todos interpretamos un papel. Siempre
hay público para un espectáculo lamentable.
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