martes, 13 de abril de 2010

Bella Lisa. Escena I (dije que iba a escribir teatro, pues toma Moreno)

- ¿Entonces la historia del negro era verdad?
La Maga lo miró asombrada. Verdaderamente Gregorovius era un estúpido. Salvo Horacio (y a veces...) todos los que la habían deseado se portaban siempre como unos cretinos.

Extraído del capítulo 24 de Rayuela. Julio Cortázar.

Sabiendo como sabes lo que siempre le hago a la gente,
¿cómo pensabas que contigo iba a ser diferente?




Personajes:

Lisa, chica joven, actriz en ciernes.
Abel, hombre maduro, actor profesional.
Héctor, chico joven, actor y compañero de reparto de Lisa.
Leyre: chica joven, amiga común de Lisa y Abel.
Fran, hombre maduro, actor y compañero de Lisa y Héctor.

Acto Primero


Habitación de hotel. Cama de matrimonio deshecha, frente a ella un espejo. En el fondo,  una puerta y una ventana que muestra que está amaneciendo. Por el suelo, desperdigados, ropa, una cuerda y algunos juguetes sexuales. Luz rojiza. Toda la escena tendrá un aire tenso exaltado en los más pequeños detalles. 

Escena Primera
Lisa y Abel.


Lisa esta´ sentada al borde de la cama, frente al espejo, secándose el pelo. Sólo lleva puesta una camiseta de tirantes y unas braguitas. Lisa tiene unos veinte años y está en el punto álgido de su belleza.
Abel esta´ sentado a la izquierda de la cama, de frente al público, con un portátil en el regazo. Abel ya está vestido, como si tuviera prisa por irse. Abel tiene unos cuarenta años pero conserva su atractivo. Parece un hombre correcto, cuidadoso en sus formas. Parece que esté hablando, pero su voz es callada por el ruido del secador.

Lisa apaga el secador.

Lisa (sin volverse hacia él): ¿Me has dicho algo?
Abel (sin despegar la vista del portátil): Matrimonio, hijos, ir a misa en días como hoy… todo eso te decía.
Lisa (volviéndose a él): ¡Todo lo que he deseado desde que te conocí!

Vuelve a encender el secador.


Abel (gritando): ¡Lo séeeeeeee!

Lisa apaga el secador y lo cambia por las planchas. Se recoge el pelo con un lápiz y comienza con las capas de atrás.

Lisa: Abel
Abel: ¿Qué?
Lisa: Me hubiera gustado que vinieras al estreno.
Abel (señalándole el PC): Estoy en ello.
Lisa (subiendo las piernas hacia la cama y girándose, hasta situarse a la derecha de Abel, un poco por detrás de él, a estilo “indio”) : Salió genial. Estoy muy contenta con esta nueva obra, la gente es estupenda.
Abel: Dudo que opines lo mismo de Héctor.
Lisa: ¿Qué dices? Es con quien mejor me llevo.
Abel: Es un actor pésimo. ¿Cuántos llevas ya este año? Y no me digas que no follaste porque no me lo creo.
Lisa: No follé.
Abel: Vale, no follaste. Hiciste el amor. (Ríe sonoramente)
Lisa (ofendida): Que no, coño.

Lisa se suelta el lápiz para recogerse otra parte y continuar la masacre de bucles.

Abel: (sin dejar de reírse) ¡No me lo puedo creer: me eres fiel! ¡Vas a hacer que me sienta mal!
Lisa: ¡No por mucho tiempo! (ríe)
Abel (deja el portátil sobre la cama y sube las piernas hasta quedarse frente a Lisa en la misma posición que ella): ¿Ya tienes planes para hoy? ¡Me matas de celos! (Ríe a carcajadas)
Lisa: Hoy no. Estoy cansada.
Abel: ¡Tienes que serme fiel!
Lisa: ¡Esto me recuerda a una canción de Astrud! (cantando) “Sabiendo como sabes lo que siempre le hago a la gente, ¿cómo pensabas que contigo iba a ser diferente?” (ríe sonoramente)
Abel: Ya sabes que yo a ti no te soy fiel… (se pone serio de repente y posa una mano sobre una rodilla de Lisa) pero es parte de esa relación en la que yo te aflijo daño.
Lisa (sonriendo): No me haces daño, cariño, vas a tener que esforzarte más.
Abel: ¡Pero tú no puedes hacerme daño! ¡Esto no funciona así!
Lisa (sin dejar de sonreír y negando con la cabeza): Sé que tampoco te hago daño.
Abel: Si te acuestas con Héctor me matas. Además quedarías fatal, míralo (se dirige al portátil, al cual ha ido prestando atención de vez en cuando durante toda la conversación) da pena verlo actuar. ¡Tírate al gran Abel! ¡Es más cool tirarse a Abel!
Lisa: ¿Tirarse a Abel? Pero con Abel he repetido mucho ya, tengo que cambiar.
Abel (cambiando el gesto, como acordándose repentinamente de algo): Por cierto, ¿Leyre sabe algo de “lo nuestro”?
Lisa (visiblemente molesta, se quita el lápiz, apaga las planchas y opta por recogerse todo el pelo en un moño despeinado): No, puedes estar tranquilo. Joder. No se lo he dicho a nadie. (Se levanta, se acerca a su bolso, que esta´en la mesilla de la izquierda – la que no ve el público – saca un cigarrillo y se va hacia la ventana).
Abel: Lisa, ¿entiendo que ya te sobro en la cama?
Lisa (aún de espaldas a Abel y al público): No, idiota.
Abel (levantándose de la cama): Yo creo que sí.
Lisa (volviéndose): ¿Qué yo te sobro a ti? ¿O crees que tú me sobras a mí?
Abel (acercándose a Lisa): Tú a mí… (Le agarra la cintura) de esta manera, no me sobras… en absoluto… (Separándose de ella) Yo a ti te canso.
Lisa (ríendo): ¡No me cansas!
Abel: Bueno… lo importante es que no folles con nadie más que conmigo. Así vas a follar sólo una vez al mes. ¡Dime si eso no te hará mucho daño!
Lisa: ¡No pienso follar sólo contigo!
Abel (riendo): ¿Por qué?
Lisa (explota): ¡¡Porque me muero de ganas de follar con …!! (calla en seco y después ríe)
Abel: ¿Con quién?
Lisa (con sorna): No te lo puedo decir (pega una larga calada al cigarrillo) a todos mis amantes los llevo en secreto (le echa el humo en la cara).
Abel: Uhmm… Héctor o… (echando un vistazo al portátil, que sigue sobre la cama) Fran. ¡Venga! ¡Dime!
Lisa (alejándose de la ventana y caminando coqueta hacia el público, moviendo el cigarrillo en el aire): me aburro, me aburro…
Abel: ¡Que me digas quién!
Lisa (volviéndose): ¿Quién me pega más?
Abel: Ninguno es guapo…
Lisa: Ninguno es tan guapo como yo, te ha faltado decir, creído.
Abel: Pero Héctor te pega más. Aunque el otro sea mil veces mejor actor… pero es más mayor.

Se miran fijamente y estallan en carcajadas. Lisa cae de rodillas al suelo.


Lisa: ¡Claro que me pega más Héctor!
Abel: ¡Pero nadie te pegará como yo a hostias!
Lisa (riéndose): ¡Eso habrá que verlo!

Abel se acerca a ella, que sigue de rodillas, y éste le propina una sonora bofetada.

Abel: ¡Necesito tu fidelidad!
Lisa: No quiero que él me pegue.
Abel: ¿no? (ríe) ¿No quieres que Héctor te pegue? ¿Te has enamorado?
Lisa: (Se levanta del suelo penosamente, mientras se frota el rostro con una mano y sujeta el cigarro con la otra, sin dejar de reír): ¡No! (ríe más sonoramente aún) ¿Cómo me voy a enamorar? ¡Vivo anestesiada! Además, quita, quita, ¡no quiero saber nada de artistas!
Abel: ¡Necesitas un hombre recto que te mantenga! (ríe)
Lisa: ¡Uno de derechas, claro! (ríe tanto que se tiene que agarrar a Abel para no volver al suelo).
Abel (susurrándole al oído): necesitas a alguien que te mantenga.
Lisa (devolviéndole el susurro): no quiero eso.
Abel: (sigue con el juego): no te veo a ti manteniendo a tu marido. (Se separa de ella estallando en una carcajada)
Lisa (a una distancia prudencial, mirándole a los ojos): Estás empezando a tocarme las pelotas.

Abel vuelve a la cama y retoma la posición inicial, con el portátil sobre las piernas.

Abel: En esta parte estás bastante bien. Pero a veces tiras de unos gestos que… pff… tienes que perfeccionar…
Lisa (interrumpiéndole, ofendida): Pues bien.
Abel: Me pones. ¿En serio no te has tirado a ninguno de la compañía?
Lisa: No.
Abel: ¿En serio no te has tirado a nadie desde la última vez que nos vimos?
Lisa (Va hacia la ventana, tira el cigarrillo, camina hacia la mesilla izquierda, saca otro, lo enciende, y se coloca de espaldas al espejo, apoyada con aire distante). Hablas como si me follara a todo dios.
Abel: No se por qué, pero tengo esa impresión. No puedo ver a un tío a tu lado sin pensar que te lo tirarás.
Lisa: Pues vaya.

Abel se levanta de la cama y se pone frente a ella. Le acaricia la barbilla y la obliga a mirarle a los ojos.

Abel: Contigo todo deriva a lo mismo.
Lisa. Ya, qué presión.
Abel: Tú y el sexo sois inseparables. Deberías meterte a monja para acabar con la virtud de la iglesia católica. (Tocándose el paquete) ¡Me duele muchísimo la polla!

Lisa suspira.

Abel: Lisa… ¿Tú te acuerdas de la sensación de mi polla en tu boca?
Lisa: No mucho.
Abel: Es que a mí se me está olvidando también y hay que solucionarlo… porque tengo la sensación de que era algo placentero (Le acaricia el cuello y ella intenta apartarlo para seguir fumando) pero no me hagas mucho caso…
Lisa: No sé, te he dicho que no me acuerdo.
Abel (separándose un poco): ¡Pues nada!

Lisa toma otra larga calada y Abel la observa fijamente mientras expulsa el humo.


Abel: ¿Cuánto hace que no ves porno? ¡Dios, te asocio indisolublemente al sexo!
Lisa: Ya. Tú y todos.

Otra larga calada.

Abel: ¿Y eso no te pone triste?
Lisa (ríendo): Esto me recuerda a una parte de Rayuela… “Todos los que la habían deseado, a la Maga, se portaban siempre como unos cretinos”. Pero yo no soy tan tonta como la Maga y tú… más quisieras ser como Oliveira.
Abel: ¿En serio no te pone triste?
Lisa (Encaminándose hacia la puerta): ¿Voy a buscar una cuchilla?
Abel (detrás de ella, en un susurro): Me intrigas a veces… mi bella Lolita.
Lisa: Me alegro.
Abel: Sé que te gusta eso.
Lisa: ¡Joder, Abel! ¡Sé que no te intrigo, que no te hago daño, ni nada de nada!

Abel le propina un fuerte azote en el culo, después la agarra de la cintura y la vuelve para ponerla frente a él.


Abel: ¡Te he dicho mil veces que no soporto que uses ese tono conmigo!
Lisa: ¡Ni que te fuera a hacer caso siempre!

Lisa se agacha y coge del suelo su ropa, se pone los pantalones y unos zapatos.


Abel: ¿No me vas a hacer caso siempre? (alejándose de ella, hacia el público) ¡Esto empieza a degenerar! (volviéndose hacia ella) ¡ya no me respetas!
Lisa (agarrando el picaporte): Tengo hambre, me voy.
Abel: ¡Hala! ¡Impulsiva! En fin…

Lisa abre la puerta.

Abel: ¡Vete y cómete el mundo! ¡Te lo mereces!

Lisa sale de la habitación (escenario)  sin hacerle caso.


Abel (asomándose a la puerta, le envía un beso): ¡Ciao, bella Lisa!

8 comentarios:

  1. Ahora ya solo falta que hagas croquetas de mejillón.
    Hablando en serio, buen principio.
    besazo

    ResponderEliminar
  2. Quiero ver como sigue :)

    Buena entrevista, por cierto.

    ResponderEliminar
  3. Veo que tu paso por Radio MK ha causado un pequeño antes y despues, jeje, me alegro... A ver como acaba el tema :P

    ResponderEliminar
  4. genial entonces! (q hayas escrito teatro digo) :-)

    ResponderEliminar
  5. Me gustaría ver la continuación, buena suerte con tu nuevo propósito de escribir teatro, parece que la cosa no va mal. Besos guapa

    ResponderEliminar
  6. He vuelto!! enahorabuena por la entrevista de radio... Adoro los mejillones sobretodo si tienen acento gallego.

    ResponderEliminar

Entradas y Comentarios