viernes, 30 de abril de 2010

de lo acontecido...

Situación:
2:34h. 30 de abril. Habitación. Valladolid. Escucho el disco Las Otras Vidas, de El Hijo.

La noche anterior soñé que tenía un aspecto horrible. Creo que es porque ayer fui con shorts y sin medias y notaba cómo se iba meneando la carne de mis muslos. Pat y yo estuvimos bromeando sobre eso mientras caminábamos de La Curva al Café Teatro a eso de la medianoche, chutando un vaso de plástico que hacía eco por las calles desiertas. Se recogieron todos aquellos a los que escuchamos gritar unas horas antes.
Pat opina que ser pobre engorda. Claro tía, sólo podemos comer mierdas.  Últimamente cocina con mantequilla. ¡Barata y contundente! Me dice. Por eso la usaban tanto los ingleses en la segunda guerra mundial. Continúa. Son días de grandes frases. El ser pobre engorda me mató, pero hoy me ha rematado con una gran verdad: lo más barato es vivir en la calle. Soluciones anti crisis.

Hoy recibí una llamada extraña. Esperaba que me llamaran para currar en una caseta de la Feria del Libro de Valladolid, pero en su lugar me llamaron para ofrecerme una oferta de trabajo… iba a decir bizarra, pero eso significa valiente, dices, ¿no? Total. Escribir definiciones para crucigramas. Mientras escuchaba la oferta busqué la cámara pero no la encontré. La verdad es que cuanto más hablo de la oferta más raro me parece todo, y más ganas tengo de acudir mañana a la entrevista. Llegaré, no habrá nadie, o me darán una paliza. Quién sabe. Todo son ventajas.

La semana pasada estaba a gin tonics por Madrid después de haber leído con Eva Márquez y Paz Hernández en los Diablos Azules. Como siempre, nerviosa a morir, y con el mini vestido negro palabra de honor que encontré por cuatro perras en El Corte Inglés, sólo que esta vez se ensanchaba más por la zona de las caderas. Grande, grande.  Aquel día por la mañana me puse mona a morir. Mona a morir implica haber estado abrasándome el pelo con las planchas a conciencia. Lo peor que te puede pasar en estos casos es que al salir a la calle te pille una lluvia torrencial. Pasó. Llegué a Madrid con tirabuzones. Horreur!

Con los tirabuzones y las caderas no quiero ni pensar qué parecía, pero ya no había nada más qué hacer, y con los nervios y las múltiples inseguridades llegué a los Diablos Azules. Sólo me salvaban los zapatos. Azules punta redonda tacón bajo y con hebilla. Una cucada que según el Kebran parecían los de Dorothy. Somewhere over the rainbow.


Eva Márquez y Paz Hernández (conocida en la blogosfera como Calipso) estuvieron estupendas. La primera, protagonista de la noche, leyó poemas de “Retales de Estrógenos”, poemario que acaba de publicar con Bohodón Ediciones y que recopila los versos encarnecidos de una Eva que, como dice Ana Patricia Moya en el prólogo: “es mujer, esposa, madre, hija, amante, ama de casa, amiga y, sobre todo, poeta. Casi nada.”
Paz Hernández, guapísima como una pin up y con una voz dulcísima, leyó  varios de sus poemas, suaves, azules.

Y aquí una servidora, con tirabuzones, caderazas, cara pan, con más nervios que una hoja y un eye linner del chino que se corría con la mirada, en su línea. Qué os voy a contar.
Que fue una noche de puta madre.

El sábado 24 quedé con Hyku. Hyku es un buen amigo, pero también un salvavidas cuando se trata de moverme por Madrid. A las cinco en Tirso.
Media hora de planchas tahe, pelo liso, zapatos de tacón (cómo que bajo, ni bajo ni hostias) diez centímetros lo mínimo, blancos de punta redonda, Mustang, que pillé por cuatro perras en las últimas semanas de rebajas de verano. Mini shorts negros y camisa azul, ambos de Jennyfer, la tienda de ropa para chonis que me priva del Parque Rioja. Medias tupidas negras Calzedonia. Qué mona que vas, qué mona que te me pones. Y de Tirso al coche, a Esquivias, a leer al Destroyer.



Al llegar a Esquivias paramos en un bar que nos dejó temblando. Sabido es lo mucho que me mola lo cutre. No puedo pasar por delante de un bar que se llama Fernanda y dentro del cual hay dos cabezas de toro disecadas rodeadas de vírgenes, cuadros de toreros, capotes sucísimos y no entrar. Lo mejor, por supuesto, la carta: Sandwiches mistos, vejetales y cuvanos. No me atreví a pedir el cuvano, pero eso sí, la tapa que nos pusieron… tela:  Un platico de ensaladilla rusa fermentando salmonelosis (a morir) ¡impagable!
Mola. Aunque al rato ya me empezaron a dar mal rollo los toros muertos y decidimos ir en busca del Casino Rock Bar.


Como aún era pronto a morir, entramos en una cervecería que me moló la vida porque tenía una de esas máquinas de pillar movidas con un gancho que me hizo tener algo por lo que reírme durante un buen rato. No es que fuera gracioso, es que a mí me sorprenden las cosas con facilidad. Sobre todo si lo que contiene la máquina son cosas como una bomba para inflar yo qué sé qué, pero a ver cómo se pilla eso, espejos (¡¡Espejos!!), relojes, y un juguete súper inaccesible que parecía ser algo así como un piano. Yo qué sé. Me empecé a imaginar la imposibilidad de pillar algo de eso con el gancho y el desquicie de algún padre intentando contentar al hijo, emocionado y flipándolo en colores creyendo que pudiera ser posible coger, yo qué sé, la puta bomba esa o el espejo. El espejo, por Dios. El espejo. En fin. Es muy fácil hacerme feliz.
La tira de fácil.


Hyku tenía cena y yo una timidez patológica de la hostia que me acompaña desde que tengo uso de razón, pero ahí me quedé, sola en el Casino Rock Bar, con mi paquete de Lucky en vías de extinción, y mi dinero siguiendo el mismo camino a base de cervezas. Sí, sí, otro botellín. Sobre la barra mi bolsita con fanzines y en uno de los bolsillos de los mini shorts un papel arrugado con poemas.

Y el Kebran atacado de los nervios, y Ana Patricia, a quien aún no conocía en persona, adorabilísima, extrovertida, majísima. Y Voltios, y Sor Kampana, qué personaje, el Kutxi, David González, Ana Pérez Cañamares (brutal su poema “Capitalismo”, aunque a veces se les escuchara más a Sor Kampana y Kutxi, que hablaban animosamente por allí por el fondo del bar), y Eva Márquez, de nuevo estupendísima, Antonio Díez comiéndose el escenario, el facebook, los pezones de aquella que tenía un novio que le hablaba por Skype y todo lo que hiciera falta, María acompañándonos con su guitarra y sus canciones (demasiado lights para tanto destroyer, como kit kats entre tanto punki, tanto chichi, tanta polla y tanto realismo sucio del que más de uno ya me sé yo esta´ hasta las mismísimas). Y todo tan bien, joder, tan genial, y yo temblando, qué remedio, pero mucho más tranquila que el jueves en los Diablos, pese a estar tan petadísimo el bar, pero yo qué sé, así somos, como decía aquel vhs de Barrio Sésamo que tenía aquella niña a la que mi madre cuidaba cuando nos fuimos a vivir a Logroño: Todos somos raros.


Sor Kampana y Kutxi Romero


David González


Con Antonio Díez



 El Kebran
 Eva Márquez 


Y la noche del sábado en Esquivias, joder, qué genial, hostia.  Y en el post, más cervezas, y aquí la Awi  repartiendo fanzinas a la peña, más feliz que unas castañuelas (ay lola, lolita, lola) . Hasta la una y media, que me vino a “rescatar” Hyku y me llevó a Chueca, a que nos clavaran ocho eurazos por un puto malibú con piña (¡tan adolescente, tan sideral!).

Y a correr. Qué bien se siente una cuando se siente bien.

Muchas gracias a Hyku, por acompañarme, hacerme un hueco entre sus planes e invitarme a ese malibú. Tanto vodka y tanta ginebra me habían hecho olvidar lo mucho que me gustaba el coco. Cocoguagua.

A Eva Márquez por haberme invitado a leer junto a ella y Paz en los Diablos. Un rayo de sol, uo oh oh.

A Ana Patricia por esos pendientes de plata tan bonitos, pero sobre todo por esa capacidad que tiene para hacer sentir cómoda y a salvo a la gente tan desquiciada e histérica como yo. Menudo solete de mujer.

Al Kebran, cómo no. No tiene mérito ni nada, reunir a gente de cada rincón de España, y tan buena, organizar un festival de poesía (o para destruirla) y llenar un bar en un pequeño pueblo de Toledo. Chapeau!

Y a Óscar, claro. Por todo. Pero todo, todo, todo. Por aguantarme todo el fin de semana, descubrirme a El Hijo y Lisandro Aristimuño, pegarme la cancioncita de Standstill, desquiciarte por mi timidez, tratarme tan bien y no dejarme tirada en la estación.

Pero, total, lo que venía diciendo al principio: Que anoche soñé que daba asco verme. Otra noche soñé con dos hermanas. Una de ellas era deforme y retrasada, pero eran hermanas gemelas. La otra, la estándar,  venía a buscarme, a decirme que toda la vida había estado engañada, que su hermana gemela era yo. Óscar me dijo que puede que tuviera que ver con que tengo una imagen de mí bastante deformada. También soñé que se me llenaba la cara de costras y me las quitaba con la espátula de limpiar vitrocerámicas. Pero bueno, anoche le tocó a mis caderas. Me vi mórbida y como con treinta kilos más, pero kilos mórbidos, no kilos Beyoncé, kilos Torbe, yo qué sé.  

Pero me desperté. Me miré al espejo y dije: qué cojones, aún con estas caderas, estoy estupenda.  Y me puse las sandalias blancas de tacón y al que no le guste, que no mire. 





*Las fotos las he ido pillando de facebook y de aquí



Situación:
4:58h. 30 de abril. Habitación. Valladolid. Suena Marlina, de Refree. 

10 comentarios:

  1. Nunca he leído en público. Bueno, con 8 años salí a leer en una misa, y al subir al púlpito se me cayó un puñado de canicas del bolsillo que empezaron a rebotar por el altar, mientras TODO el mundo estallaba en una risa perfectamente sincronizada.

    Dejé el cristianismo con alegría.

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  2. Alli estaba la niña de las naranjas, temblando debajo de un precioso vestido con botones blancos en el escote, unos cuantos tirabuzones desgreñados, preciosos, suaves, que la coronaban como ese halo extraño con el que siempre imaginamos a los angeles.

    Que decir! Eva, alli, con sus manzanas mordiendo y ofreciendo bocados de sueños nuevos que conquistar, Awi, Tú, pequeña, fragil imagen de la mujer fuerte que se esconde dentro, y aqui yo, con mis horas de curro interminables, estas ojeras que no me abandonan, y unas botas, negras, rotas, como siempre.

    Para mi la noche del jueves en los diablos, increible, inolvidable, increiblemente azul.

    El sábado, me escapé como espectadora esta vez, para poder escuchar tus versos y los de Eva, con más sosiego, desde abajo, como hay que escucharlos para disfrutarlos, porque a veces, tanata mesa que tiembla por los nervios compartidos, deja un recuerdo inolvidable e insostenible que hace que los versos y los besos y las copas se mezclen en un todo inseparable, dificil de diseccionar.

    Todo esto para decirte que encantada de conocerte pequeña, un placer, y un honor sobre todo.

    Un gran abrazo desde mi Madrid caótico.

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  3. Es curiosísima tu manera de escribir... Me he quedado como un bobo leyendo hasta el final (y mira que me cuesta), absorto, emborránchandome de sinceridad.

    Decirte dos cosas desde el cariño:
    Una, no creo que tengas que ir al dentista, ni al dietista. Más bien al oculista, el sábado se te vió estupenda y... ¿caderas? ¿donde?

    Dos, sin duda, en esa noche de DESTROYER, uno de los puntos donde más atención se prestó fue en tu lectura, ya que esas puntillitas de sinceridad, de nervios, de palparse tus sentminetos, de coletillas ("no volveré a hacer eso que me pierdo"), despertaron más sonrisas que carcajadas, de esas que uno ve cuando siente empatía, de decirse por dentro: "esto también me pasa a mí", o cosas parecidas. Generando que todos mantuvieran la atención, vista y oídos en lo que se está mostrando ante nosotros, que no es un papel y un narrador perfecto, como el de las noticias, no, es una persona, una personita igual que yo con sus pros y sus contras que lucha por mostrarse a todos y además lo hace siendo como es, sin trampa ni cartón.

    Un aplauso para ella, ¡por favor!

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  4. Querida, tú estás estupenda hasta cuando no estás. Un placer haber esquivado la salmonelosis en la compañía del estilazo de tus tacones y que para la estación no te hiciera falta plan B
    ;-)

    Besos manchegos

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  5. muchisimas gracias a ti
    estupenda crónica
    abrazotes
    Kebran

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  6. awiii, te me estás haciendo una famosa literata y yo perdiéndomelo¿?
    lo sabes... eres "way"
    jaj

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  7. qué bueno lo de barrio sésamo!!! lo voy a poner el FRIKOÑOblogrl.
    no sé cómo son tus caderas, pero seguro q saben deliciosas ;)

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