El
caso de Diana (ponga aquí su apellido) fue un caso realmente
especial de auto vigilancia, pues en él estuvieron implicadas al
menos una veintena de dianas y una papelera municipal. El gran
absurdo de todo esto es que ninguna de ellas tenían gafas, cuando
Diana (apellido) tiene una miopía del (alto tanto por ciento), lo
que significa que esta cantidad ingente de dianas apenas veía más
allá de la esquina de la calle por donde aparecían estos individuos
clónicos. Como mucho podrían ver la sombra y la luz que salían de
la habitación de Diana, intuir su presencia y sus movimientos, pero
nada claro. Esto nos hace dudar de que estuvieran allí para
espiarla. Si, como asegura Diana (apellido), su propósito era
matarla, tampoco le termino de ver el sentido. ¿Qué lleva a alguien
a matarse a sí mismo?
Diana
(apellido) no es una persona interesante. Quiero decir: tiene un
apartamento sencillo, económico, de una sola habitación y cocina
americana en un barrio barato no excesivamente alejado del centro, lo
que le permite acudir caminando hacia el trabajo, aunque suele volver
en el autobús urbano de las nueve. Pocas veces utiliza el metro.
Desconocemos sus razones. Trabaja en una tienda de productos típicos
y souvenirs
que actualmente se ve al borde de la quiebra por la competencia
china. Les salvan los productos gastronómicos, todos ellos dulces,
de modo que la tienda tiene la opción de convertirse en algo así
como una pastelería para seguir a flote. También venden frutos
secos, gominolas, encurtidos y peluches de felpa. Tiene libres los
domingos por la tarde y los lunes por la mañana. Los domingos suele
salir a pasear por los parques. Los lunes por la mañana duerme hasta
tarde. No se le ha visto con nadie. Alguna noche un individuo de
estatura media va a buscarla al trabajo, van a una cafetería
cercana, salen al cabo de media hora o tres cuartos -pocas veces
llegan a la hora completa- y se despiden sin ningún tipo de contacto
físico. Ese es el único viso de amistad que podemos encontrar en la
vida de Diana. Tiene un teléfono móvil sencillo y de prepago. Puede
estar mucho tiempo sin saldo sin preocuparse por ello. No llama
mucho. Las llamadas que recibe suelen ser de su hermano, Pablo (ponga
aquí el apellido), y son escasas. Unas dos llamadas a la semana,
normalmente los miércoles y domingos a mediodía. Esa es la única
relación familiar que hemos encontrado. Con respecto a otros medios
de comunicación como podrían ser Internet, Diana no ha contratado
ninguna línea ni la hemos visto acudir a ningún lugar que disponga
de WiFi.
Que
Diana tenga un problema de visión tan pronunciado la obliga a llevar
como complemento indispensable unas gafas de culo de vaso que le
otorgan un aspecto poco atractivo. Tiene el pelo monocromo marrón
oscuro y sin brillo, largo y lacio, y suele llevar vaqueros claros
rectos, zapatillas blancas de tenis y camisetas de manga larga con
palabras en inglés que seguramente no se haya molestado en leer ni
mucho menos traducir. No suele llevar pendientes ni otro complemento
de bisutería. Tiene veinticinco años pero aparenta treinta y cuatro.
No parece estar molesta por esta observación. El punto fuerte de
Diana es su sonrisa. Tiene una dentadura perfecta, seguramente debida
a una ortodoncia exagerada que ocupó la mayor parte de su infancia
y/o adolescencia. Deducimos por tanto que sus años de colegio no
debieron de ser muy agradables.
Lo
primero que nos preguntamos después de saber todo esto sobre los
hábitos de Diana, es por qué aquella noche salió hasta tan tarde.
Ella nos responde que no tiene ni idea. Yo no salí aquella noche.
Estaba en mi casa cuando mi primer otro yo se situó al lado de la
papelera, ¿recuerdan?
I remember you. Eilen Jewell.
Muy bueno Adriana.
ResponderEliminarmolas mazo :-) .
ResponderEliminar:) muchas gracias! Me alegro mucho de que os haya gustado. Besos.
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