jueves, 13 de noviembre de 2014

Pero si a mí esto dejó de gustarme en 2010






El animal comete. Quiero decir; el hombre, el hombre comete dos veces el mismo error. Bla bla. 

He vuelto a borrar Facebook. [¡Hala, pesada, si vas a volver, de qué vas, boba!]. No, no, ya está. No pienso volver. Volví —no os cabreéis tan pronto— porque sabía que el único modo de estar al tanto de los saraos poéticos de Madrid, era a través de Facebook. Y mi idea era simple: utilizar FB solo como agenda. Agregar a gente conocida o de Madrid. No agregar a nadie de Logroño para que no me generara frustración o ansiedad [jajaja, exagerada de mierda] y, sobre todo, no volver a cometer los mismos errores de antes, tales como: hablar de mi vida, aceptar Sujetos X, y, por supuesto, no frustrarme por el éxito [¿en serio te atreves a hablar de "éxito"? ¿En la poesía, en serio?] de los demás. 


No quiero escribir poesía. No quiero formar parte de este mundo. ¿Qué os parece? Por supuesto, no lo voy a cumplir. No puedo no escribir. Pero tengo que dejar de tomarme todo tan en serio. La otra noche, logré escribir dos párrafos [oh, sí, Adriana, te vamos a dar un pin por tremendo esfuerzo] de mi novela. Que ya el mero hecho de llamarla novela me parece pedante y pretencioso. Da igual, lo que sea. Y me agobié tanto. Me entró tal ansiedad. Me acuerdo de mi médico, cuando me dijo: tómate un Lexatin en cuanto te venga el bajón. Y ahí estaba el Lexatin, al lado del portátil, sonriendo. Pero, en lugar de eso, llamé a Pat.

—¿Qué pasa, pimpolla?

—Nada, ¿te puedo robar dos minutos? Es que estoy muy agobiada. Solo necesito hablar con alguien un momento y se me pasa.

Y Pat hace algo que no puede hacer un Lexatin, que es recordarme quién soy y por qué hago lo que hago. Me dice: tú nunca has escrito para los demás. Tú escribes como desahogo. En el momento en que ya no te sirve como desahogo, ¿de qué te sirve? ¿Qué haces ahora? Esto me lo digo yo: ¿Qué haces ahora que no gritas? ¿Sangras?

Entro a Facebook. Todos son poetas. El muro de inicio lleno de poemas. Y nóminas de autores en antologías y revistas para las que dejé de ser interesante cuando cumplí los veintitrés. Que es como decir: has dejado de ser interesante cuando has cumplido la mayoría de edad. Me dice Dre: fíjate, hay hasta muertos, pero no estás tú. No sé si reírme o matarlo. Si estuviera aquí, seguramente le daría un abrazo. 

Una persona a la que no conozco, se toma la licencia de ofenderse porque no le voy a agregar y comparte mi perfil con este comentario:




Y lo veo ahí, como amigo común de gente interesante, de gente que aprecio, de gente que admiro, y digo: venga, hasta aquí. 


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4 comentarios:

  1. ¡Buenas! Empecé a leerte hace muy poco tiempo. Creo que tienes un blog muy interesante, por eso me quedé por aquí.

    En este caso, quiero darte ánimos. Si se molesta el tío este, que se moleste, es tu perfil y lo manejas como te salga del epicentro. Faltaría más.
    Y escribe, no dejes de hacerlo. Porque si lo haces porque lo necesitas, porque tiene que salir de ti, no podrás dejarlo, así que disfruta con el proceso. ¿Que no te quieren por la edad/colectivos/loquesea? Ellos se lo pierden, tú disfruta.

    Nos leemos, un beso.

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    1. Buenas noches, Isi <3
      Muchas gracias por comentar y por seguirme. Tienes toda la razón, y me conozco la teoría en serio: que no debería tomarme tan en serio todo esto. Pero no lo puedo evitar: me entra un asquísimo tan grande.

      Un beso, y a ver si publico más a menudo. Ahora que tengo una seguidora, no puedo dormirme en los laureles, jaja.

      miau.

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  2. Olvídate de los troles de este tipo. Yo los bloqueo directamente. Y lo que te dice Gabriel: céntrate en lo importante.

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