sábado, 29 de agosto de 2009

El movimiento de la lagartija (o reencuentros en la tercera fase)

Entre los libros y la porquería de mi habitación - la de Logroño - he encontrado el borrador de El Movimiento De La Lagartija, una cosa que escribí en 2006 y que ahora se puede comprar en Bubok.

El borrador (A5, encuadernado en espiral), está repleto de notas que escribieron los amigos que lo leyeron, y dibujos que hicieron los amigos a quienes les parecía una soberana estupidez.




El libro se divide en cinco partes: Pomme de Reinette, Cafeína y Ácido Acetilsalicílico con Azúcar, Musas y Sirenas, Chèvrefeuille y Fracaso y Traición.

Os dejo un fragmento de Fracaso y Traición:

Piso tus lágrimas lentamente, mientras al otro lado del puente me vigila tu protector. No temo al dolor, así que ya puedes gritar para que venga a rescatarte. Una paliza, un golpe ¿qué me hará? Estoy ansiosa por saber cuál será mi castigo. Tal vez me agarre fuertemente y me arroje al río, donde me perderé entre peces y plantas; insectos y piedras. Agua y contaminación.
Tal vez desaparezca ante tus ojos y dentro de unas semanas descubras mi cuerpo hinchado, arrugado, de un color morado pálido, putrefacto y despreciable. Carente de sentido y llena de vacío.
Tu protector sigue al acecho, pero no parece querer venir en tu ayuda. Una lágrima más. ¿Por qué sigues empeñada en llorar? ¿Por qué no puedes ser capaz de disfrutar con lo que tienes?
No es más feliz quien tiene todo lo que quiere, sino quien quiere todo lo que tiene.
Piso otra lágrima y me zambullo sin pensar al fondo del mar.
Corro sobre el agua, como dicen que hizo Dios, y me siento impotente cuando me persiguen las ballenas. Grandes, preciosas.
Soy parte del plancton, soy parte del almuerzo; pero no soy mentirosa. Yo no acabaré siendo engullida por una orca; no, yo no soy mentirosa.
Resbalo por su piel, húmeda y suave, pero sigo intentándolo. Quiero acercarme a ese orificio por donde expulsa agua. Sigo trepando, pero vuelvo a tropezar, a resbalar y caer de nuevo al agua.
El agua es salada y se cuela en mis ojos y en mi boca, provocándome una ceguera momentánea y un sabor desagradable. Clavo mis uñas en la piel de la ballena, dando lugar a la aparición de pequeñas betas rojas. Las lamo; lamo la sangre de la ballena y me siento terriblemente bien. Reconfortante es el amargo sabor de la debilidad ajena. Betas de sangre, delirios de poder.
Avisaste a las autoridades de la costa, pero ellos no te hicieron caso; corriste a llamar a tu protector, pero él sólo es un voyeur que se excitó con mi victoria. Es así, cariño.
No importa cuál sea tu problema, siempre estarás sola.
Todos somos individuos solitarios.
La vida, como dijo Virginia Wolf, es una experiencia que no puede ser compartida, y en ello radica la esencia de la soledad.
Soledad abismal, como este océano inmenso en el que ahora me encuentro.
Araño salvajemente, como una gata en celo, la dulce y negra piel de este monumental animal, y saboreo ansiosa su bebida carmín que, sin ser alcohólica, me embriaga de valor.


El Movimiento De La Lagartija. 2006

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