La novela ha llegado a su fin, como el trayecto.
- “ La posibilidad de un sitio no sometido a la lógica del beneficio que siempre lleva aparejada la lógica de la beneficiencia.”
Pág.134
- “El amor es un pacto inseguro. Hay combinaciones duraderas. No obstante, se suele estropear y llorar no es necesario. Los astutos no lloran, señor director. Pueden llorar por fuera, pueden gemir y sollozar, pueden temblarse los labios, pero por dentro saben que no perdieron. Que no perdieron porque no entregaron. Porque en lo más íntimo, en lo que sólo a ellos pertenece tampoco entró el amor y siguen a la espera, y anhelan el momento en que la vida por fin se cumplirá.”
Pág.135
- “ “Entonces tu cola se dividirá en dos y se convertirá en lo que los seres humanos llaman piernas. Pero has de saber que eso te producirá tanto dolor como si una espada recién afilada te rajase por la mitad. La pequeña sirena, de Andersen. ¿Lo recuerda? A cada paso que des te parecerá que pisas cuchillos afilados y que tus pies sangran. Yo lo recuerdo. Casi siempre en los cuentos las transformaciones se producen sin dolor, son instantáneas y completas. Pero esa cola de sirena que se resiste a dejar de serlo. Imagino que habrá habido multitud de interpretaciones sexuales para esta imagen, aunque creo que de niña no pensé en el sexo cuando escuchaba el cuento, y tampoco ahora. Pienso en el dolor de dejar de ser lo que se es, en cuánto puede durar.”
Pág.163
- “Me disipo a su lado, le decía. Llaman disipación a la conducta de los libertinos. Pero disipar es hacer que una cosa que está en el aire sea cada vez menos densa hasta desaparecer. Claro que nunca desaparece del todo. Aunque la niebla se disipa y deja de verse, queda en el aire extendida. Disiparme ahí, a su lado, significa aceptar que la materia no es siempre plomo, carne, madera. También en ocasiones roza lo invisible. Porque si la energía es masa por la velocidad de la luz al cuadrado, entonces la energía es materia también, es una forma de materia, y así las conexiones, las chispas diminutas que deben de saltar en el cerebro cuando una neurona se conecta con otra, son materia también, y cuando yo le escribo y usted me lee saltan chispas microscópicas, y usted y yo nos hacemos menos densos.”
Pág.188
Pág.134
- “El amor es un pacto inseguro. Hay combinaciones duraderas. No obstante, se suele estropear y llorar no es necesario. Los astutos no lloran, señor director. Pueden llorar por fuera, pueden gemir y sollozar, pueden temblarse los labios, pero por dentro saben que no perdieron. Que no perdieron porque no entregaron. Porque en lo más íntimo, en lo que sólo a ellos pertenece tampoco entró el amor y siguen a la espera, y anhelan el momento en que la vida por fin se cumplirá.”
Pág.135
- “ “Entonces tu cola se dividirá en dos y se convertirá en lo que los seres humanos llaman piernas. Pero has de saber que eso te producirá tanto dolor como si una espada recién afilada te rajase por la mitad. La pequeña sirena, de Andersen. ¿Lo recuerda? A cada paso que des te parecerá que pisas cuchillos afilados y que tus pies sangran. Yo lo recuerdo. Casi siempre en los cuentos las transformaciones se producen sin dolor, son instantáneas y completas. Pero esa cola de sirena que se resiste a dejar de serlo. Imagino que habrá habido multitud de interpretaciones sexuales para esta imagen, aunque creo que de niña no pensé en el sexo cuando escuchaba el cuento, y tampoco ahora. Pienso en el dolor de dejar de ser lo que se es, en cuánto puede durar.”
Pág.163
- “Me disipo a su lado, le decía. Llaman disipación a la conducta de los libertinos. Pero disipar es hacer que una cosa que está en el aire sea cada vez menos densa hasta desaparecer. Claro que nunca desaparece del todo. Aunque la niebla se disipa y deja de verse, queda en el aire extendida. Disiparme ahí, a su lado, significa aceptar que la materia no es siempre plomo, carne, madera. También en ocasiones roza lo invisible. Porque si la energía es masa por la velocidad de la luz al cuadrado, entonces la energía es materia también, es una forma de materia, y así las conexiones, las chispas diminutas que deben de saltar en el cerebro cuando una neurona se conecta con otra, son materia también, y cuando yo le escribo y usted me lee saltan chispas microscópicas, y usted y yo nos hacemos menos densos.”
Pág.188
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