Estamos viviendo un tiempo de cambios.
Unos días de noticias absurdas,
porque nuestra política es de comedia,
y por ser tan tonta asusta,
aunque estemos tardando en darnos cuenta.
Que si el gobierno de La Rioja financia los Libros Libres (hablando, entre otras cosas, de la cura de la homosexualidad), que si los dos bandos juegan al Cluedo con el 11-M, o los medios de comunicación saturan la imagen de un agresor y su víctima, y otra víctima menor muerta por un conflicto ideológico, o vídeos del YouTube parodiando el “¿quieres callarte?” de nuestro ilustrísimo Rey a Chávez, que si a E.T.A le fallan dos bombas en Getxo...
Blah, blah, blah...
Y yo me quedo en casa, coja por un esguince producto de la caída más tonta - tal vez fui víctima de unas obras en Valladolid, qué quieres que te diga...-, aprovechando las tardes para hacer un trabajo sobre el Discurso de la servidumbre voluntaria de La Boëtie, preguntándome a santo de qué están ocurriendo estas cosas, y por qué nos empeñamos en ser tan sumamente gilipollas.
Que se pongan de un lado cincuenta mil hombres en armas, y el mismo número del otro; que se les lance a la batalla; que se encuentren unos, libres, combatiendo por su libertad, y los otros por quitársela. ¿ a cuáles se les presagiará, por presunción, la victoria? ¿Cuáles, se pensará, que irán ma´s temerariamente al combate: los que esperan como galardón de su sacrificio la conservación de su libertad, o los que no pueden esperar cobrar los golpes que dan o que reciben ma´s que con la servidumbre de los otros?
Discurso de la servidumbre voluntaria o el Contra uno
Etienne de La Boëtie
me he dado cuenta de que, sin querer, me salen rimas...
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