viernes, 7 de noviembre de 2008

borracha a las tres

Boomp3.com
Ya no deshojo margaritas. Eso lo hacía cuando era niña, cuando se llamaban chiribitas. Porque sí, se llamaban así. Las pequeñas chiribitas, las grandes margaritas.
Lo hacía en el patio de mi abuela, que ahora es nuestro.

Me recojo el pelo en mil trenzas que arrancan la raíz. Soy calva, aunque no te des cuenta. No, no me queda un solo pelo.

Vivo en un rincón repleto de moho y vaho ennegrecido por cada segundo que paso contigo. Un vaho tan denso como la nieve que se acumula en mi bolsillo. Riego las piedras con coca cola para que revivan, porque sé que un día estuvieron vivas. Lo dicen. Me miran. Las pinto. Las coloreo con ceras, aunque su aspecto, por mi parte, cada vez sea ma´s superfluo. Sera´porque es lo único que pretendo conseguir. Algo fuera, algo fuerte.

Me miento. Miéntome y a todo el universo, porque todos quieren creer algo que no llega a lo real. Sólo es... sobrenatural. Como mis pechos. Se esta´n volviendo transparentes, como pla´stico, gelatina.

Tiemblo. Me pierdo entre hipérboles de hachís. Entre hierba que se cuela entre mis ojos. No me dejan ver.

Veo. ¿Tinieblas? No, eso que se lo coman los que dicen ser góticos y todos sus derivados. Yo escucho a Christina Rosenvinge y digo que “tu boca es mi perdición”. Aunque no me creas.

Tu boca es mi perdición. Quiero perderme.

Visto con mi camisón. Ese camisón con el que me presenté hace ya dos años en novatadas, cuando las veteranas nos mandaron bajar en pijama. Sólo yo iba con camisón. Puede que porque nunca quise ser igual que el resto, y ahora que por fin soy oficialmente diferente una parte de mí quiere ser igual, como los dema´s.

Chorradas. Son todo. Todo son estupideces, y me canso de todo. Quiero que todos sean como yo pero quiero ser distinta. No quiero que todos compartan mi opinión. Ayer salté de alegría en el salón porque Obama fue nombrado presidente. No es tan importante su color de piel, la cuestión es que es demócrata. Pero ¿qué? Parece que nos sea indiferente. Yes, we can.

Judith, que estudia enfermería, me dice que mientras un paciente esta´sedado, pero consciente, dos compañeras suyas bailotean por la habitación gritando “yes, we can”. ¿Qué piensa el paciente? Marta tiene un marcapasos.

Me miro en el espejo y no, no hay reflejo. Me duelen los pa´rpados intentando describir el acertijo. Quién es esa cosa verde que se asoma por el cristal. Ello dice ser el antigo inquilino, yo me reclino hacia atra´s, haciendo una “c” con la columna vertebral. No me duele nada que no sea el equilibrio. El miedo se ha evaporado convertido en sal. Creo que he logrado el espíritu (del viento).

Me rechinan los dientes al pensar en el delirio de la arena. En su angosta espesura al ponerse una sobre otra. Castillos derruidos por el mar. Por su sal.

Mienten los telediarios, miente mi mente, menta poleo en una taza de café. Caliente.

7 comentarios:

  1. También yo llegué a las 3 y a punto estuve de ponerme a escribir. Por suerte para el mundo en general no lo hice. Salud! y buen fin de semana

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  2. Buen fin de semana para ti también, Nacho. Por cierto, ¿eres algún Nacho de los nachos que conozco?

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  3. creo que tras leer esta entrada mi religión me exige que te emborrache más días para que así puedas escribir cosas como esta...

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  4. Sara, supongo que tu religión también te exigira´ venir conmigo al concierto de Christina Rosenvinge, ¿no?

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  5. no te preocupes. mi pc, a veces hace cosas raras... no, está en tu taller pero escribe y me contó que tuvo contacto con el tipo y que iba a escribir una historia... un abrazo.

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  6. ...embriagada...palabras etílicas...infinitos besos de bolsillo a las tres...o a cualquier hora...

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  7. Te sienta bien escribir de madrugada, has vuelto a vencer a ese calimocho cabezón, tal vez porque, por algún motivo, en tu vida siempre acaba apareciendo una taza de café salvador.

    Besos a fuego lento.

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