sábado, 18 de abril de 2009

Batahola sincrónica


Te veo feliz, ausente y mirando a la pared, mientras el resto de tus nuevos amigos se apiña en el sofá como en una foto de familia.


Me duele esa confianza que te tomas con ellos, me duele que se haya perdido entre nosotros. Me duele que ahora no esté ella como creo que es pero sí como si fuera otra, la mujer perfecta, pero igual de simple.


Como todos los del sofá, orgullosos de sus limitaciones, y de un lugar donde el frío y el nulo criterio son los protagonistas.


Brindando por la facilidad, que es el pan de cada día. Brindando por los días que transcurren iguales desde hace tres años.


Lo fácil de ganar, de olvidar, de resucitar a los muertos.


En un lugar que me resulta tan familiar, y no es el sitio en el que ellos creen estar.


Es el enorme salón del convento que las monjas antes cedían en mi pueblo para impartir clases de baile.


Un lugar donde el frío y el sudor eran los protagonistas. Las mallas negras y el maillot rosa, las zapatillas de bailarina, la cantidad de chorradas que se decían y la cantidad de tonterías que tenía que tragar por querer ser parte del medio con tan sólo nueve años.


Ahora que se levantan del sofá, tan borrachos, quieren bailar. Y lo hacen sincronizados, pero arrítmicos. Para amortiguar su inutilidad, ella juega con su mejor baza, que no son más que las tetas, y se desnuda. Y me recuerdo en los dibujos que me hacía, siempre con las tetas más grandes de lo que las tengo, y tal cual eran sus pechos: perfectos para él.


Me los ha robado.


Bailando con multitud de niños sin brazos, preocupados por seguir en equilibrio y combatir al frío. Porque la música ahora es lo de menos, aunque en silencio la tristeza duela más y sea más difícil deshacerse de todos los recuerdos.


Estoy tan atrapada en la nostalgia que os aparecéis en partes de mi vida a las que fuisteis totalmente ajenos.

¿Cuándo va a terminar todo esto?
La foto la he pillado de aquí.

5 comentarios:

  1. La memoria a veces se divierte con esos trucos de prestidigitador que, si lo piensas, pueden ayudar a sentir como trivial lo que nos duele. Un beso,
    V.

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  2. Un texto muy cautivador porque encierra la inutilidad de algunos actos...
    animo y suerte
    Besos
    Yoyo

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  3. Muchas gracias a los dos por vuestras palabras.
    Esto que he escrito no es m´as que un sueño que tuve la noche anterior, y que, realmente, guarda muchísimos m´as detalles que no he sabido describir... Si he de confesar una virtud, es que tengo sueños lúcidos y logro recordar hasta el m´as mínimo detalle. Eso, por otro lado, también es una putada acojonante, porque me duelen tanto como si los hubiera vivido realmente.

    Gracias Yoyo por desearme suerte, suerte en este caso para poder olvidarme o, mejor dicho, para afrontar que después de todo... él esta´ mejor con una otro que no soy yo.

    Un beso enorme para ambos, y a seguir así de bien, ¡o mejor!

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  4. Me ha gustado mucho tu texto.

    Has sabido construir una escena desoladora, descarnada.

    Espero verte algún día por mi blog.

    Saludos.

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  5. Orgullosos de sus limitaciones...

    me ha gustado mucho, Adri. Mucho!

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