miércoles, 15 de abril de 2009

El Peso del Cambio. Un texto de Raquel Martínez Soto.

El peso del cambio.

Voy perdiendo mis formas, me estoy convirtiendo en un cuadro abstracto de esos que puedes interpretar como te dé la real gana.

Yo, a pesar de parecer un ser humano y de tener un título: Raquel, Raquel en el campo, Raquel enfadada, Raquel desayunando, Raquel bosteza junto al supermercado turco...a pesar de ello ya no puedes verme. No eres capaz de verme como me veías antes. Lo sé, no es tu culpa. Si no me ves bostezar, callar, amar, sonreír, saborear, llorar, palpar, merodear como antes no te culpes.

A menudo intento achacarme a mí todo ese peso, el peso del cambio, del no ser nunca lo que ya se ha sido, pero me doy cuenta de que tampoco es cuestión de machacarse ni de intentar amoldarse a lo de antes.




-Ya no quepo ahí ¿sabes?




Mis brazos han crecido, los ojos se me escapan entre los pequeños huecos del molde y casi tengo atrofiados los músculos. Creo que no merecen la pena los lloros. Lo entenderás cuando se quede pequeña tu caja de los juguetes...

-estoy segura de que lo entenderás.

No hay culpas, yo creo. Ya no soy yo, ya no se me distingue.




Puedes seguir a Raquel en su blog El Último Noviembre De L0s Años Ochenta.

1 comentario:

  1. Mil gracias Adriana. Me gusta mucho que te haya gustado. Te contesto un poco más tarde al mail, que ando haciendo trabajos.

    Abrazazos.

    R.

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