El morbo.
Desde siempre el hombre ha sentido rechazo hacia lo diferente. O, más bien, una convergencia de sentimientos contradictorios: rechazo y atracción; repugnancia y fascinación.
Sentimos una atracción casi enfermiza por las malformaciones, las manchas en la piel, la sangre y todo lo visceral. Tal vez porque nos hace sentir realmente conscientes de lo que somos y, en consecuencia, más vivos. Dan cuenta de ello parafilias como la abasiofilia, la excitación sexual por personas minusválidas, o la acrotomifilia: atracción sexual por gente con miembros amputados.
Sin olvidar los Freak Shows (circos de fenómenos), tan populares en Europa y Norteamérica a finales del siglo XIX. Circos donde el espectáculo no lo daban payasos, equilibristas o magos, sino personas con malformaciones físicas como siameses, enanos, mujeres con barba, etc.
¿Quién no conoce la historia de Joseph Merrick, el hombre elefante? Sobre todo después de que David Lynch adaptara su historia al cine. Joseph Merrick (Leicester, 1862 - Londres, 1890) padeció durante toda su vida, desde los dieciocho meses, malformaciones prácticamente por todo su cuerpo. Cuando tenía aproximadamente cinco años, los huesos de sus extremidades y su cráneo se desarrollaron de forma increíble. Estas malformaciones fueron en aumento, y aunque su madre, Mary Jane, deseaba que su hijo fuera al colegio, llegó un momento en el que el mero hecho de ir era una pesadilla para el niño, alrededor del cual se apiñaba la gente para observarle. Su madre, tenaz, le protegía, llevándole y trayéndole del colegio, pero cuando Joseph contaba once años, Mary Jane murió de bronconeumonía. Este hecho, según palabras textuales de Jospeh Merrick, fue el peor suceso de su vida, ya que su madre fue la única persona que le había cuidado y demostrado amor.
Su padre, que nunca llegó a tratarle como a un hijo, volvió a casarse con una mujer que tenía dos hijos. Con la llegada de ellos comenzaría la peor etapa de la vida de Merick, ya que nunca le aceptaron, llegando incluso a humillarle, privándole de comida y maltratarle físicamente. Para colmo, a los quince años su mandíbula estaba muy deformada y sobre la boca tenía un enorme tumor que le impedía vocalizar bien. La gente de Leicester, de todas las edades, le rodeaban para gritarle e insultarle. Pese a estas dificultades, y viendo que la convivencia con su nueva familia era insostenible, decidió irse de casa a los quince años. A partir de entonces, trabajó en la Leicester Union WorkHouse, y, más adelante, en ferias ambulantes exhibiéndose. Sin embargo, por aquellos años los Freak Shows estaban comenzando a ser prohibidos, y en especial el espectáculo que ofrecía el físico de Merrick solía ser un problema porque las autoridades lo consideraban indecente. Así, llegó un momento en que el mundo de la farándula se acabó para Joseph.
Fue entonces cuando decidió visitar al doctor Treves, quien ya se había mostrado interés por el caso de Joseph un par de años antes. Soportando las vejaciones, la morbosa curiosidad de la gente, los acosos (en la estación de Londres incluso sufrió un ataque de locura), al fin consiguió llegar al London Hospital, donde fue atendido por Treves y pasó la última y mejor época de su vida. Al fin pudo dedicar su tiempo a leer y escribir. También recibía visitas (incluso de la Princesa de Gales) de personas que siempre quedaban maravilladas por su educación, su cultura y su sensibilidad. Una mañana de abril, cuando tenía veintisiete años, Joseph fue encontrado muerto en su habitación. Murió de asfixia al quedarse dormido debido al peso de su enorme cabeza, que le había comprimido la tráquea.
La historia de Joseph Merrick es un gran ejemplo de lo que venía contando al principio. Desde niño fue acosado por las miradas, los insultos, la ávida curiosidad del ser humano, a quien todo lo que se escapa de su normalidad cotidiana le aterra y le seduce.
Hace unos años, y hasta hace poco, surgió un boom mediático en torno al bullying, conocido de toda vida como “acoso escolar”. Como todos los booms, nació, se reprodujo y murió, aunque en realidad sigue latiendo en cada colegio. Quién no se acuerda del gordo de la clase, del cuatro ojos, de la rarita, del violento, de la flaca, de la hija de madre soltera, del gitano, de la empollona… La única diferencia es que antes los insultos, las humillaciones y las agresiones no se grababan con el móvil.
Astenolagnia: Atracción sexual por la humildad, la humillación o la debilidad ajena.
El año pasado, una noticia nos conmovió a todos a través de la televisión, aunque en el momento en que se produjo la acción fue el morbo el que apoderó la situación desde cada ventana.
Sucedió en Ermua, en febrero de 2008, donde una niña de quince años fue agredida brutalmente por doce de sus compañeros de clase.
Parece que nos preocupan las cosas, esa es la imagen que queremos dar siempre, pero cuando agreden a una niña de quince años, cuando le queman el pelo, orinan sobre ella, pasan sobre sus rodillas con una moto, cuando le destrozan la cara y la dignidad, nos asomamos a la ventana y contemplamos. Contemplamos igual que contemplaban en los circos romanos, disfrutamos del morbo que propinan los autos de fe.
Cuando una niña de quince años vuelve a casa sola, con el pelo quemado, coágulos de sangre que emanan de sus ojos, las rodillas destrozadas y apestando a orín, al encontrárnosla cruzamos de acera. Qué pintas tiene la niña, que hedor tan insoportable.
Ermua tiene 16331 habitantes, y ninguno de ellos movió un dedo. Los suficiente para llamar a la ertzaintza y evitar que la agresión hubiera llegado a esos límites.
Pero nos gusta más el circo, así de alejados estamos siempre de la realidad.
Un año antes, en 2007, veinte tanzanos fueron asesinados por, (palabras textuales extraídas de la prensa) superstición e ignorancia.
Se trataba de negros albinos, personas de raza negra que tienen la tez blanca y el vello claro. Debido a su afección genética, sufren problemas ópticos y el sol africano les produce ulceraciones y quemaduras. De hecho, muchos mueren jóvenes por cáncer de piel.
La diferencia. Explicar la diferencia. Joseph Merrick escribió quela deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre; ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos, y desafortunadamente empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad; los pueblos rurales de Tanzania achacan la falta de pigmentación del albino a una maldición sobre la familia. Es por esta cuestión que los albinos son marginados socialmente. En el colegio, incluso por sus propios padres (quienes suelen abandonarlos, a ellos y a sus madres), en el trabajo (siendo prácticamente imposible que accedan a un puesto laboral) y en la vida en general.
Pero muchas veces no sólo se trata de marginación, sino que estas supersticiones dan lugar a episodios realmente violentos donde entran en juego el asesinato y la mutilación.
Se tratan de asesinatos rituales, ya que se suele acusar a las madres de haber mantenido relaciones sexuales extramaritales con blancos o con tokoloshes (espíritus malignos).
Por otro lado, no siempre se trata de ingenuidad y superstición, sino de puro fetichismo.
De hecho, en Tanzania lo que buscan sus asesinos son partes de sus cuerpos (principalmente dedos, órganos sexuales, lengua y pelo), principalmente por el atractivo estético que suponen escudándose en la falsa creencia de que dan suerte a la hora de evitar la muerte.
Se han dado caso terribles, de madres que matan a sus propios hijos y maridos que venden a sus mujeres albinas para este macabro contrabando alimentado por le fetichismo y la superstición.
Sin ir más lejos, el pasado mes de noviembre una niña de seis años fue decapitada y desmembrada ante sus padres en Burundi; en Tanzania dos madres fueron atacadas con machetes porque se negaron a entregar a sus hijos y un hombre fue detenido por tratar de vender a su esposa a dos hombres de negocios congoleños por dos mil euros.
Afortunadamente, existen asociaciones como TAS (asociación de albinos de Tanzania) y ADD (acción en discapacitación y desarrollo) que luchan contra estos ataques contra los albinos y trabajan para que se reconozca el albismo como una minusvalía. No obstante, el albismo no es una enfermedad o una anomalía, forma parte de la variedad natural:
En los individuos no-albinos, el cuerpo transforma un aminoácido llamado tirosina en la sustancia conocida como melanina. Para que se produzca la melanina tiene que ocurrir una serie de reacciones enzimáticas (ruta metabólica) por las cuales se produce la transformación del aminoácido Y (tyr) en melanina por acción de la enzima tirosinasa. Los individuos albinos, tienen esta ruta metabólica interrumpida ya que su enzima tirosinasa no presenta actividad alguna o muy poca (tan poca que es insuficiente) de este modo no se produce la transformación y estos individuos no presentarán pigmentación. La melanina se distribuye por todo el cuerpo dando color y protección a la piel, el cabello y el iris del ojo. Cuando el cuerpo es incapaz de producir esta sustancia o de distribuirla se produce la hipopigmentación, conocida como albinismo.
http://cienciasiesbi.wordpress.com/2008/05/07/albinos-mueren-en-africa/
Según Mwalongo, de ADD, la combinación de condiciones terrible de trabajo, pobreza, desesperación e ignorancia en las minas y en el sector pesquero, es la causante de los asesinatos. Pero ¿realmente puede achacarse todo a la superstición y la ignorancia? ¿Puede llegar a tal punto la fe en una creencia que ni siquiera se llegue a tener en cuenta la vida humana? Estamos hablando de asesinatos y mutilaciones a personas inocentes de cualquier edad. ¿Tanta fuerza puede llegar a tener una creencia o ésta sólo es la excusa tras la cual respaldarse para poder ejecutar las acciones más perversas, los deseos más sádicos y las fantasías más aterradoras?
Esta pregunta me ha hecho recordar a Samira Ahmed Jassim. Esta mujer, originaria de Bagdad, era conocida como “Madre Sangre” por la labor que desempeñaba: mandaba violar niñas para que luego se inmolaran en ataques terroristas.
Las convencía de que el único modo de limpiar su vergüenza era inmolarse en un ataque suicida.
Esta mujer, que pertenece al grupo insurgente “ansar al suna” (seguidores de la tradición del profeta Mahoma), según el general de división Kassim al-Mussai, fue artífice del reclutamiento de más de ochenta mujeres y reconoció haber planeado veintiocho atentados suicidas en diversas zonas.
El ser humano es sádico. Se deleita con el dolor. Además de esto, el ser humano es vulnerable a las órdenes, aún cuando éstas son contrarias a su conciencia.
El experimento de Milgram. Los peligros de la obediencia (Stanley Milgram, 1974).
Fue un experimento de psicología social organizado por Stanley Milgram, cuyo fin era medir la voluntad del participante a obedecer las órdenes de una autoridad aunque estas órdenes fueran contrarias a su conciencia personal.
Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio
Stanley Milgram. The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974)
La política social no escrita. La política social de los colegios, de nuestras calles, de los pueblos, el miedo a sentirnos rechazados nos lleva a seguir una serie de normas de convivencia, e incluso de interpretación, para sobrevivir en el medio. Somos como borregos, y como tales nos movemos en grupo hiriendo al descarriado y en el fondo queriendo ser como él.
En los últimos años internet se ha convertido en el refugio donde poder ser quiénes somos, gritar y encontrar a otros como nosotros. A otros Joseph Merrick.
A otros monstruos. Y así, Airmin Meiwes, conoció Bernd Brandes.
Airmin Meiwes era un chico educado que vivió desde el final de su pubertad y hasta mil novecientos noventa y nueve con su madre, quien le sometía a una estrica disciplina. De los episodios de su vida cabe destacar que fue al ejército (donde desctacaba por su disciplina) y que después trabajó como técnico informático.
Tras la muerte de su madre, en mil novecientos noventa y nueve, Meiwes se quedó sólo e inició una nueva vida. A través de internet observaba fotos de crímenes , cuerpos abiertos, etc. Algo que tampoco nos debería sorprender mucho teniendo en cuenta la cantidad de visitas diarias que tiene la página web http://www.malrollo.com/. Y así, entre foros de internet y páginas de este estilo, Meiwes conoce a su contrario: Bernard Brandes, cuya mayor fantasía era que se le amputara el pene para comérselo después.
De modo que quedaron, porque juntos podrían satisfacer sus más ansiadas fantasías.
Algofilia: exitación producida por el dolor.
Armin manifestó que no entendía el sentimiento de felicidad que Bernd experimentaba. Meiwes no tenía previsto matarlo, pero el estado de Bernd era agónico: se desagraba y caía inconsciente repetidas veces, una de ellas más prologada. De modo que Meiwes decidió asesinar a su víctima en la mesa de descuartizar. Descuartizó el cuerpo y conservó la carne. Después de dos días, Armin vio cumplido su deseo de comer carne humana. Según las declaraciones a la policía, la carne humana tiene un sabor parecido a la carne de cerdo.
Todo, absolutamente todo, quedó grabado.
Llegados a este punto me pregunto cuál es el significado de la palabra Monstruo.
José Antonio Pérez Roja define monstruoso como ser de configuración contraria al orden regular de la naturaleza y como símbolo de la fuerza cósmica en estado todavía embrionario o caótico. Es decir, en estado de potencia formal. Desde esta perspectiva, el munstruo se asocia a lo irracional y prelógico; al ámbito de lo pulsional.
De todas formas, lo que sí es irrefutable, es que el hombre esta´ sometido a dos impulsos:
-El impulso del terror.
-El impulso de la atracción.
El primer impulso tiene que ver con el sentimiento que experimentamos como mortales hacia la finalidad de la vida: el terror y su consecuente náusea. Ambas reacciones se vinculan de manera paradójica con un movimiento de sentimiento contrario: la atracción fundamental por la muerte y por la fusión erótica.
Ambos procesos (la muerte y la sexualidad) conducen hacia la indistinción, hacia la confusión de entidades diferentes, derivando en un sentimiento de continuidad que permite intuir (aunque de forma fugaz) la eternidad.
El ser humano, como mortal, sintiéndose encerrado, circunscripto a los límites de su propio cuerpo, busca fundirse en la continuidad que le permitirá proyectarse en la permanencia de un flujo de continuidad que liga a todos los seres.
Como ya he dicho, las vías que nos permiten experimentar este contacto con lo permanente son el erotismo (que implica una disolución de las formas constituidas y fundamentan el orden discontinuo de los seres que somos. Bataille) y la muerte.
Y, ante estos dos extremos, experimentamos dos pulsiones de sentido contrario: una irresistible atracción frente a la violencia que los devuelve a su continuidad original, y un sentimiento de terror frente a lo que amenaza su discontinuidad elemental de seres limitados.
Sin embargo, en toda tradición, vemos que tanto el sexo y la muerte son de alguna forma prohibidos. En la cultura cristiana encontramos los mandamientos quinto y sexto (no matarás y no cometerás actos impuros, respectivamente). Sus consecuentes tabúes dan lugar a la sostenibilidad de un mundo tranquilo y razonable, aunque también establecen una convivencia – necesaria - con las transgresiones que funcionan como vías de acceso hacia el ámbito del caos y la irracionalidad.
De este modo concluimos que hombre es aquel que ha logrado ese equlibrio entre el tabú y la transgresión. En cambio el monstruo, según palabras de Elena Bossi, no es un ser en reposo que ha logrado la síntesis, sino un ser inestable en proceso permanente, una forma marcada por la inestablilidad de dos o más seres, dos aspectos en pugna. La compexión del ser es violenta porque no establece un punto de articulación entre las distintas naturalezas; no hay lugar para el monstruo, él es el lugar de representación de la lucha, el eje mismo de lo tensivo. El monstruo, visto de este modo, nos enfrenta a nuestras propias tensiones pulsionales, dejándolas al descubierto. Es cuando estamos frente a ellos cuando regresamos al estado salvaje, animal… y verdaderamente monstruoso, tal como lo entendemos en el lenguaje común.
El monstruo es un modo de dar forma a la angustia en un intento por superarla.
Bibliografía:
- Feminidad y monstruosidad en el imaginario social: una lectura y dos textos. María Eduarda Mirande. Cuadernos, Diciembre, número 19. Universidad de Jujuy, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Secretaría de Ciencia y Técnica y Estudios Regionales. San Salvador de Jujuy, Argentina.
-http://cienciasiesbi.wordpress.com/2008/05/07/albinos-mueren-en-africa/
-El comercio.
http://www.elcomercio.com.pe/noticia/240818/detienen-supuesta-terrorista-reclutar-80-mujeres-suicidas-iraq
-Armin Meiwes. El "Caníbal de Rotemburgo"
http://www.jluis37.com/2004mar/canibal.htm
-http://mondomedico.wordpress.com/2008/12/18/los-negros-albinos-%C2%BFalguien-ha-pensado-en-ellos/
-Wikipedia.
Hay una peli, "Crash", de David Cronenberg, que es muy ilustrativa en este sentido. Yo la vi hace unos años y me gustó bastante. Por si te interesa:
ResponderEliminarhttp://www.adictosalcine.com/ver_pelicula.phtml?cod=2096
Un saludo.
Hay tantas películas que podrían hablar de este tema... una de las últimas que he visto se llama "La jauría humana", con Marlon Brando, Robert Redford y Jane Fonda cuando era jovencita y no anunciaba productos de cosmética. Quizás ya la hayas visto. Un pueblo se convierte en un atajo de monstruos que el sheriff tiene que intentar controlar para que no vayan a cargarse por su cuenta a un preso que se ha fugado y que era vecino del pueblo. El título original era "The chase" (La persecución), pero la conversión en "La jauría humana" le da el matiz justo para hablar de este tema.
ResponderEliminarRealmente me ha conmovido el artículo entero. Yo también me he preguntado en más de una ocasión cual es el significado de la palabra monstruo, pero nunca lo he puesto por escrito, y tampoco creo que pudiera hacerlo de una forma tan increíble.
El morbo, el gusto por la sangre, por la humillación ajena, por el dolor sádico, por la abyección más horrible...
La bestia sigue viva, la bestia sigue viva.
Por cierto, acabo de recibir tu libro. Soy de esa clase de gente que no puede abandonar una lectura una vez la ha empezado (siempre que merezca la pena), así que en unos días te diré qué me parece. De momento, el separador de páginas me encanta. Un saludo.
ResponderEliminarJ, gracias por la recomendación. Es una peli que quiero ver desde hace tiempo (entre otras cosas porque Cronenberg me encanta). Ya me la estoy bajando por el Torrent... jeje.
ResponderEliminarMi libro como objeto de decoración queda bastante bien. No creo que tenga otra utilidad. De todas formas, gracias por comprarlo.
Gracias también, Erebus, por tus recomendaciones. Me lo agro de que te haya gustado el trabajo. Espero que a Calderón también le guste...
me alegro... no me lo agro...
ResponderEliminarAwixumayita, no está bien renegar de los hijos de uno ¿Sabes lo de "en aquel momento me pareció una buena idea"? Pues apostaría cualquier cosa a que, en aquel momento, parir "La soledad del café" te pareció una idea tan buena como (y esto es sólo una apreciación personal) necesaria. Un saludo.
ResponderEliminarCuántas cosas me quedan por probar...
ResponderEliminarMe estoy leyendo tu libro en el blog. No pierdes un cliente, si me gusta lo compraré.
Besos en los miembros no amputados.
¿Y no te censuran esto? joder si se la ven los pezones en plan galleta campurriana style a la enana. Que morbazo.
ResponderEliminarInteresante, muy interesante.
ResponderEliminarVara.
Un beso monstruoso
(Sí, Crash, de Cronnenberg es una película brutalmente cautivadora)
hola!
ResponderEliminarresulta que yo también he hecho el trabajo del monstruo y, curiosamente, mi portada era el Merrick de Lynch. tu artículo es interesante y me ha hecho pensar. en realidad no tengo muy claro que despierte tal atracción. sí terror, puesto que el hombre teme aquello que le es diferente ya que le hace perder seguridad. y es cierto que hay individuos que por sus circunstancias personales y educativas se exciten con la monstruosidad. pero esa atracción...la idea de que atrae por el disfrute que nos da el dolor ajeno es interesante pero, hasta qué punto me convence? podría admitirlo pero no en todo el mundo. sí en una persona muy dolida, sí en alguien orgulloso,no sé. qué me dices?
un saludo y hasta el jueves!
quizá todo dependa de que el hombre ve tambalearse su seguridad (y con ello su supervivencia). eso produce el miedo pero también la fascinación por el sufrimiento ya que nos pone por encima de los otros, especialmente de aquellos ante los que vemos tambalearse esa seguridad.
ResponderEliminarPues mira: hoy acabo de ver "Funny Games" de Haneke. Eso sí que son monstruos. ¿No tendrás unos huevos para dejarme? Es que a Eva se le han acabado...
ResponderEliminarEl que es un monstruo es Haneke!
ResponderEliminarPero qué peliculón, joder... qué peliculón... Y La Pianista una obra de arte con todas letras. Olé.