Recuerdo otra vez, en el patio de Paula y Rodrigo.
Yo tenía diez años.
Tras la muerte de mi tío nada volvió a ser igual.
El carácter de Paula se había endurecido aún más. Rodrigo era más silencioso; parecía que siempre estaba ausente.
Paula estaba más preciosa que nunca. Me sorprendió verla después de tanto tiempo. Tan deliciosamente hermosa.
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