martes, 17 de abril de 2007

#1 Contra la pared

Paseé desnuda por la habitación, con los ojos cerrados, acariciando la pared.

Sabía en qué estabas pensando, sabía que querías que me fuera. No soportabas tenerme cerca ni un minuto más.

Mi presencia te enloquece, porque nunca sabes qué es lo que quiero.

Nunca podrás adivinar si existo...

Me apoyé contra la pared.
Sentí los pelillos de la nuca erizarse. Sentí un aura fría a medio centímetro de mi piel.
Por todo mi cuerpo.

Me estabas mirando.

Pero yo seguía con los ojos cerrados.

Apoyada en tu pared, invadidos todos los poros de mi piel por tu mirada, me sentí perdida, ausente.

Incapaz de pensar en nada.

Me había olvidado de respirar.

Sólo mis manos eran capaces de reaccionar a aquello. Sólo mis manos fueron capaces de abrazar mi esencia, darme calor. Recorriendo mis dedos suavemente por mi cintura, rodeando el ombligo, subiendo hacia mi pecho, introduciéndose lentamente en mi boca, bajando hacia el reino de tu placer. Dándome todo lo que tú no pudiste ofrecerme.

No emití ni un solo gemido. Sólo suspiraba, porque no soy capaz de hablar, de expresar ni un solo sonido. Suspiros rápidos, entrecortados, suaves.
Silencio.

Y tus ojos puestos en mí.

Este aura frío.

Te acercaste a mí, me gritaste, me agarraste.

Suplicaste que me fuera.

Abrí los ojos, enfoqué mi vista con fuerza hacia los tuyos. Como un rayo de luz, te dejé ciego.

Me agarras, me elevas bruscamente en tus brazos.

El gotelé de la pared no entiende de pasiones.
Y celoso sesga la piel de mi espalda,
convirtiéndola en jirones.

Escuece, pero teniéndote dentro, nada duele.

Sólo es otra pequeña muerte.

Sólo una más...

¿Volverás a verme?

Jamás.

8 comentarios:

  1. Necesito protagonizar contigo semejante exhibición de pecado cristiano.
    Deja que te amamante, y amamántame tú a mí también.

    Te quiero lamer las heridas dorsales en la misma postura que un perro jadea con su perra.

    Agarrarte de los hombros y elevarte hasta que subas sola.

    Necesito que me necesites compenetrado con tu tesoro, cuidándolo y dándole buenas capas de cera.

    Te voy a manipular durante el resto de la eternidad,
    ¡Arpía desgarrada!
    ¡Amante del fotograma mental viril!

    ResponderEliminar
  2. muchas gracias por tu comentario, a mí también me gustó tu blog ;)
    espero que sigas escribiendo para que podamos seguir leyéndote
    un beso

    ResponderEliminar
  3. en fin... lo que son las cosas.Que te la pique un pollo KAE. A veces me sorprendes demasiado

    ResponderEliminar
  4. Saludos...interesantes textos. Interesante conocer a alguien con imaginacion. Sinceramente falta en casi todo y un poco de alma a las cosas nunca viene mal ;)

    Un beso!

    ResponderEliminar
  5. El frío de la pared, el calor de la pasión... fugaz... desaparece mientras tu espalda lo recuerda.

    Un beso niña ;*

    ResponderEliminar
  6. ninfómana... mmmmmmmmmmmmmmm...


    ;)

    ResponderEliminar
  7. siempre te has sentido ninfòmana?

    y autista?

    ResponderEliminar
  8. Hermosa Ninfa:

    Me sorprendí de la forma en que escribes tus relatos, te felicito!!!
    Realmente sos una artista escribiendo, espero que sigas con tus relatos para el regocijo mío y de todos.

    Besos.
    Santiago

    ResponderEliminar

Entradas y Comentarios