El escritor Giovanni Pontano (Marcello Mastroianni ) y su mujer, Lidia (Jeanne Moreau), conversan con el empresario Mr. Gherardini (Vincenzo Corbella) y su esposa (Gitt Magrini), anfitriones de la fiesta dentro de la cual transcurre la noche a la que hace mención el título del film.
Mr. Gherardini: Yo siempre he pensado en mis empresas como en obras de arte, y lo que sacaba de útil casi me daba igual, porque lo importante, para mí, es crear algo sólido que nos sobreviva.
Mrs. Gherardini: Sí, pero no todo el mundo quiere crear algo duradero.
Mr. Gherardini: Perdona. Permíteme, tesoro. Lo que mantiene a un escritor, pongamos su caso, Pontano, no se trata de la idea del beneficio, sino de un sentimiento de necesidad. Escribe porque es necesario para sí mismo y para los demás.
Mrs. Gherardini: Pero también hay que vivir.
Mr. Gherardini: Yo no me he preocupado nunca. Hágame caso, la vida es la que nos creamos con nuestras obras. Ud, Pontano, ¿Qué haría de no escribir?
Lidia: Hace años, se habría suicidado. Ahora, no lo sé. Di tú, Giovanni.
Giovanni: No, no me siento tan importante. Hay otras soluciones. Cuántas veces un escritor se pregunta si la escritura no será un instinto imposible de acallar, pero anticuado. Este trabajo tan solitario, artesanal, el meter esforzadamente una palabra tras la otra, este trabajo imposible de mecanizarse.
Mr. Gherardini: ¿Esta´ realmente convencido?
Giovanni: Los industriales tienen la ventaja de crear vuestros “cuentos” con personas de verdad, casas de verdad, ciudades de verdad. El ritmo de la vida y del tiempo esta´ en sus manos. Quizá también el futuro.
Lidia: Hoy es un día particularmente negro.
Giovanni: Sí, quizá.
Mr. Gherardini: No. Ud. Es uno de tantos que se preocupan del futuro. Yo me lo organizo. Pero me basta con el presente, hay tanto que hacer. Además, el futuro, recuerde, es probable que no empiece nunca.
Mrs. Gherardini: El futuro será algo horrible, ¿no creen?
Desdeluego el futuro siempre parece tan horrible como incierto
ResponderEliminar