viernes, 27 de abril de 2007

La chica Triste que te hacía Reír

Si no te gustara tanto meterte en líos
si eligieras un camino asfaltado alguna vez
conservarías el sombrero norteño y
la chica triste que te hacía reir
Aunque no la quisieras ni ella a ti
teníais sed siempre a la vez en los mismos lugares en los bares
conservarías el bolsillo repleto y
la chica triste que te hacía reir
Bunbury

martes, 24 de abril de 2007

Simétrica: Todo Par Tiene Su Inverso



¿Qué sentiste cuando tu madre dijo que le daban miedo tus dibujos?
¿No sentiste el verdadero miedo? El miedo a uno mismo.
En realidad sentiste que te estás convirtiendo en ella. Porque cuando tú eras una niña, sus dibujos, aunque te fascinaban, te daban miedo.
Te fascinaban, porque te daban miedo.


Corre:

Cantas, titubeas, y miras hacia atrás.
Lloras y engañas, vives y mueres.
Sientes, mientes, lloras, y me miras.
No, no me mires.
¿ a quién?
No sé:
Piensa, llora,
cae sin caer, vuela sin volar, salta.
Llámame. Muérete.

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Estoy como si me hubiera metido espid.
Cuando más dormida estoy,
Con los párpados pesados,
Y apenas soy capaz de escuchar, y mucho menos de hablar, me pongo una taza de agua caliente con cuatro o cinco cucharaditas de café.
Un buen chute.
Me espabilo inmediatamente.
Demasiado.
Me vuelvo loca. Como una borracha parlanchina.
Demasiado café. Demasiadas horas sin dormir.
Y una alimentación que deja mucho que desear.

Hace demasiado calor aquí dentro.

¿Una función o una relación?
It doesn’t hurt me.
________________________________________

Miro mi estuche, ese que me compré en un chino, durante un recreo de primero de bachillerato.
Es un estampado como un collage.
Un collage de portadas del Vogue y fotos de ojos.
En tonos verdes.
Pero siempre lo recuerdo en blanco y negro.
__________________________________________

Axiomas.
Reemplazo.


Un conjunto de individuos fieles. Cada uno con otro. Un único otro por individuo. Y todos esos otros son otro conjunto.
... pero quizá esos otros no quieran hacer un conjunto.
Si lo es, es una función. Siete hermanos para siete hermanas es una función.

Hair and make up
Hot off the
Runaway.
Sex and food. (Sentir tu piel… lamer tus senos, entrar en tus sueños)

Home exercise gear, for the birds?
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Awy, que te aburres, tontita:

Ni lógica, ni razón.
Ni nada de nada de nada.

NECESITO QUE ME METAN CAÑA.

Siempre vengo a clase de lógica, manteniendo la esperanza de que llegaré a entenderla. O al menos prestaré atención.

Y ahora ya no puedo.
Ni con café,
Ni con absenta.
Es imposible mantenerme despierta.
Atenta.

Tengo sueño...

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De pequeña, a veces mi madre me ponía discos de Kate Bush, y yo miraba las portadas de los vinilos.
Frágil cartón que nunca se rompía.

- Es una bruja.
Y me pasé toda la infancia pensando que las brujas existían, y que tenían una voz como la de Kate Bush.
Y me pasé toda la infancia creyendo que Kate Bush era una bruja y Sade una sirena de verdad.

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Todo lo que se relaciona con algo, se relaciona consigo mismo.

Para relacionarse con algo, hay que relacionarse consigo mismo.

¿La vida es lógica?
Y si la lógica me saca de quicio,
Mi vida es un camino desesperado.
Hoy nos dan la condicional.

Conjuntos que no pertenecen a sí mismos.
Se puede pertenecer a un conjunto si no se pertenece a sí mismo.

¿Entonces?

Conócete para poder relacionarte con otros.
Tú te conoces, él se conoce,
Él te conoce, tú le conoces.
Olvídate de ti para pertenecer a él.
Olvídate de él, reencuéntrate contigo mismo y relaciónate con otros.


No es cuestión de lógica, sino de alguna otra cosa mucho más difícil de explicar.

De una contradicción puede deducirse una conclusión.
Se puede razonar.
¡Todo puede razonarse!

Cree que me puede engañar, sin saber que quien ha caído en la trampa ha sido él.

No define un conjunto vacío.

Sin título (aún) Cambios

Recuerdo otra vez, en el patio de Paula y Rodrigo.
Yo tenía diez años.
Tras la muerte de mi tío nada volvió a ser igual.
El carácter de Paula se había endurecido aún más. Rodrigo era más silencioso; parecía que siempre estaba ausente.
Paula estaba más preciosa que nunca. Me sorprendió verla después de tanto tiempo. Tan deliciosamente hermosa.

lunes, 23 de abril de 2007

#3 agua

Hago sonar mis dedos contra la mesa, incordiándote. Te miro, para después agachar de inmediato la mirada. Y sonreír, y volver a ronronear.
- Si no hablo yo, estamos apañados. – Me dices. Vuelvo a ronronear. Es lo más que puedo hacer. Nunca escucharás el sonido de mi voz.
Ladeo mi cabeza, de un lado a otro, como si estuviera bailando sin poder bailar, y dejo de chocar mis dedos sobre la mesa, posándolos sobre mi pelo, enredando cada mechón entre mis manos.
Oigo tu respiración, cada vez más cerca.
Primero en mi oreja, bajando hasta el brazo, subiendo de nuevo hacia mi nuca.
Las yemas de tus dedos, un poco ásperas, rozan la piel de mi cuello.
Me siento como una muñeca de cristal, a punto de quebrarse.
Pero tú no quieres que me rompa, al menos no por el momento, y por eso acaricias con tanta suavidad: más que tocarme, susurras sobre mi piel.
Bajas hasta el pecho, sin dejar de mirarme.

¡Rómpeme!

Quiero que rompas este sujetador, quiero que me destroces, que me devores. No quiero otro niño tierno; aquello ya se pasó con la pubertad. No quiero besitos, no quiero cariño; quiero que me hagas daño.
Quiero que me revientes el corazón, y no de amor precisamente.

Harta de tanta estupidez, me voy al baño, creyendo que el agua de la ducha me otorgará el placer que merezco y el cual parece tú no eres capaz de darme.
Pero no lo consigo. Me siento frustrada, impotente, totalmente desvalida: si yo no puedo darme placer, ¿quién podrá?
Y me apoyo en la mampara, dejando que el agua purifique las heridas de mi espalda.

Otra vez, esos dedos susurrando sobre mi piel.

Recorres mi espina dorsal con tus manos, mientras besas mi nuca; antes de aferrarme a tu cuerpo amarrando mi cintura. Noto tus vaqueros, empapados, chocar contra mí. Un roce que me basta para suspirar,
resignada: has logrado excitarme.
Subes tus manos hasta tapar con ellas mis pechos.
Y apretarlos, levantarlos, juntarlos...
El agua cae sobre nosotros, uniéndose a tus labios, aún entretenidos con mi nuca.

Giro la cabeza, en busca de una boca que besar, para luego quitar tus manos de mis pechos.
Ahora quiero tocarme yo, sentir mi propia piel, notar el endurecimiento de mis pezones, e ir bajando, lentamente, por mi cintura, y reencontrarme con tu cuerpo.

Me agarras aún con ma´s fuerza, y me das la vuelta. Me tienes frente a ti: una vez ma´s, contra la pared.
Mirarme a los ojos te ha hecho recordar quién soy.
Has recordado mi silencio, mi impertinencia, mi falta de madurez. Mirarme a los ojos te ha servido para odiarme.
Encarcelas en tu mano derecha mis dos muñecas y las levantas por encima de mi cabeza.
Enhorabuena: ahora me tienes a tu entera disposición.
Sin haberme soltado, vuelves a mirarme. No puedo soportarlo, cierro los ojos, y apoyo la cabeza sobre el hombro izquierdo.
¿Es ternura lo que ahora sientes hacia mí? ¿Por eso acaricias mi pelo?
No, no puede ser ternura cuando me tienes inmovilizada con la otra mano.
Siento que soy tu esclava, tu puta, tu muñeca de cristal.
Una parte de ti quiere matarme, follarme, romperme.
Otra parte quiere quererme, amarme, protegerme.

Fóllame, rómpeme.

Besas mis labios, mi cuello... mi pecho.
Te miro desafíante y logro liberar mis muñecas.
Tú me atrapas cogiéndome por la cintura.
Pero yo no quiero eso...

Y voy bajando...

Hasta quedar de rodillas frente a ti.

Miro un segundo lo que me espera, y curiosa te desabrocho el pantalón, y por un segundo pienso que no hay caramelo en este mundo que desee introducir en mi boca más que eso.

Kate Bush - Running up that Hill

If I only could, Id be running up that hill.
If I only could, Id be running up that hill.

It doesnt hurt me.
Do you want to feel how it feels?
Do you want to know that it doesnt hurt me?
Do you want to hear about the deal that Im making?
You, its you and me.

And if I only could,
Id make a deal with god,
And Id get him to swap our places,
Be running up that road,
Be running up that hill,
Be running up that building.
If I only could, oh...

You dont want to hurt me,
But see how deep the bullet lies.
Unaware Im tearing you asunder.
Ooh, there is thunder in our hearts.

Is there so much hate for the ones we love?
Tell me, we both matter, dont we?
You, its you and me.
Its you and me wont be unhappy.

And if I only could,
Id make a deal with god,
And Id get him to swap our places,
Be running up that road,
Be running up that hill,
Be running up that building,
Say, if I only could, oh...

You,
Its you and me,
Its you and me wont be unhappy.

Cmon, baby, cmon darling,
Let me steal this moment from you now.
Cmon, angel, cmon, cmon, darling,
Lets exchange the experience, oh...

And if I only could,
Id make a deal with god,
And Id get him to swap our places,
Be running up that road,
Be running up that hill,
With no problems.

And if I only could,
Id make a deal with god,
And Id get him to swap our places,
Be running up that road,
Be running up that hill,
With no problems.

And if I only could,
Id make a deal with god,
And Id get him to swap our places,
Be running up that road,
Be running up that hill,
With no problems.

If I only could
Be running up that hill
With no problems...

If I only could, Id be running up that hill.
If I only could, Id be running up that hill.

domingo, 22 de abril de 2007

Unos vienen, otros van


Los hombres no tenéis ni idea de a lo que nos enfrentamos ahí abajo:
Desplazamiento de dientes, estrés en las mandíbulas, succión, arcadas y todo el rato subiendo y bajando la cabeza, gimiendo e intentando respirar por la nariz. ¿Fácil? Chico, no le llaman “trabajito” por nada.



Samantha Jones.

Sexo en Nueva York, capítulo 9 de la 3ª temporada.

Con un tecl rot



sábado, 21 de abril de 2007

AcAsEr

Agua, más agua. Sólo hay agua.
Nada más que agua y más agua.
Be water my friend.

“Me he nterao n la tv 2 q l chirri s un artista cinético.”

Estamos en el Keseyó, Sara y yo, sin sujetador después de bebernos dos botellas de lambrusco.
Creo que el camarero nos ha dicho algo, pero no me entero de nada, sólo sé que me estoy empitonando y que mi sentido del ridículo no lo he perdido por completo.

Algo vibra.
Es el móvil, esa cosa que te ha costado una eternidad encontrar antes de salir de la habitación.

Por cierto, ahora me pregunto: “¿Qué hacía mi móvil debajo de la cama pidiendo a gritos que alguien le pusiera la tarjeta SIM?”.

Cojo el móvil y leo: “Me he nterao n la tv 2 q l chirri s un artista cinético.”

Sólo hay una persona en este mundo capaz de enviarme semejante mensaje un viernes a la una menos diez de la madrugada.
Sólo hay una persona capaz de ver la TVE2 un viernes a esas horas de la noche.
Sólo hay una persona interesada en artistas cinéticos de Alberite,
y esa es mi madre.

- Sara, creo que no me encuentro muy bien. - Piensas que acabas de alucinar.
- ¿Estás bien? - Sara recuerda el episodio en la fiesta de arquitecura y se asusta.
- Si, pero no me encuentro muy bien. - Empiezo a no coordinar.
- ¿Estás mal?
- No. Déjalo, que no me encuentro bien. - Definitivamente, voy mal.

¿Qué es más sorprendente?
a) Que esté sin sujetador en un bar.
b) Sin sujetador y borracha de lambrusco.
c) Sin sujetador, borracha de lambrusco y cantando Arrepentido de Sôber.
d) Sin sujetador, borracha de lambrusco y recibir un mensaje de tu madre mientras cantas Arrepentido. De Sôber.
e) Creer que se te ha olvidado respirar, que no existes y que todo es una ilusión.

No, lo más sorprendente no es eso.
Lo más sorprendente es que vas al baño y te pones a escribir cosas en el móvil.
Cosas que lees a la mañana siguiente y te asustan.

a) “Lo que me pone este tío no es ni medio normal, que es verle y “cut”, ¡corten!, y las ganas que tengo de que me folle, aquí, contra el corcho en la pared, rasgando mi piel con las chinchetas, empapando las listas con mi sangre.”

Ay, no, ostia... Esto lo escribí cinco minutos antes de empezar la clase de antropología.

En fin, repetimos:
a) Entre la a y la o está la e.
b) Cultura es lo que nos han enseñado o lo que hemos aprendido?

jueves, 19 de abril de 2007

Reminiscencia

Es que siempre pienso que antes era demasiado gilipollas, cuando en el momento pensaba que era inteligente. Y si recuerdo algo más, pienso que me molestaba tanto en ser algo más culta que desaproveché aquellos años. Por lo tanto, he sido gilipollas, pero podía haberme dado el gustazo de haberlo sido aún más.

#2 Pelusas




Me descalcé y caminé así por todo el piso, a veces riendo, a veces dando saltitos. Me sentía como una retrasada mental, lo cual resulta más humillante y menos delicioso que sentirse como una loca.
- ¿Quieres hacer el favor de ponerte los zapatos? El suelo está lleno de pelusas.
No le respondo.
No le hago caso, ni mucho menos. No hay ni un solo mueble, y el eco repite incluso el sonido de mis pasos indigentes sobre el parqué. Un parqué repleto de pelusilla.
Ni siquiera aún está seguro de si quiere vivir ahí, y, sin embargo, ya me ha invitado a subir.
Se acercó a mí y detuvo mi líquida coreografía amarrándome desde atrás por la cintura.
Reí, meneé un poco las caderas y al fin decidió deslizar sus manos por debajo de mi falda.
Lo que mi cuerpo experimenta al sentir unos dedos masculinos bajar mis bragas es algo casi indescriptible. Todo el vello de mi cuerpo, al notar cómo un pene crece apoyado en mi trasero, se eriza inmediatamente.
Es el delicioso placer de la excitación, de eternizar el sentimiento de impaciencia, abandonándome como si estuviera enamorada.

Todo el suelo está lleno de pelusas, pelusilla rosa, dulce.
Me arrojas al vacío, cual cigarro consumido, para luego abalanzarte sobre mí con apetitosa ansia.

Las pelusas, negras, grises, pesadas, revolotean traviesas de un lugar a otro. Pero no desaparecen: se multiplican.

Se multiplica mi excitación,
(rosas)
tu fuerza,
(pesadas)
mi vulnerabilidad,
(negras)
tu virilidad,
(dulces)
mi lujuria,
tu lascivia,
mis pezones,
tu polla.

Ya no queda de mí más que una blusa rota en el suelo y un sujetador abandonado con desprecio en la esquina de un salón sin amueblar.

No quisiste quitarme la falda, y en mi pelo alborotado se fundieron miles y miles de pelusas hambrientas. Rosas, pesadas, negras, dulces.

Tu lengua es como una tira de pica pica.
roja,
rosas,
áspera,
pesadas,
fina,
negras,
ácida.
dulces.

¿Qué sientes?

Silencio.

¿No sientes nada?

Silencio.

Me abofeteaste, me mordiste un pezón.
Y me reí de todo, porque me hacías muchísima gracia, desesperándote sin razón. No sabías que en tu desesperación encontraría el éxtasis, el máximo dolor. El exquisito dolor, el dolor que me encadenaría a ti y me liberaría de mí misma.

Por cada embestida, perpetrada con gran fuerza, intentando castigarme. Follándome sin emotividad, sólo ira, sólo desesperación, como una terrible violación.
Sentir que desgarras mi interior, que destrozas mi pecho con tus dientes.

Ya no lames, muerdes.
Ya no follas, violas.
Ya no acaricias, pellizcas.

Y mi pelo lleno de pelusas,
Como tu boca y tu lengua.

Tu lengua, roja.
Mi coño, rosa.

Tu ira, mi dolor.
Mi dolor, mi orgasmo.
Mi orgasmo, tu felicidad.
Tu felicidad...
Suavidad.


Sólo es otra pequeña muerte.


Sólo una más...


¿Volverás a verme?


Jamás.

Ya no me sirves.

martes, 17 de abril de 2007

#1 Contra la pared

Paseé desnuda por la habitación, con los ojos cerrados, acariciando la pared.

Sabía en qué estabas pensando, sabía que querías que me fuera. No soportabas tenerme cerca ni un minuto más.

Mi presencia te enloquece, porque nunca sabes qué es lo que quiero.

Nunca podrás adivinar si existo...

Me apoyé contra la pared.
Sentí los pelillos de la nuca erizarse. Sentí un aura fría a medio centímetro de mi piel.
Por todo mi cuerpo.

Me estabas mirando.

Pero yo seguía con los ojos cerrados.

Apoyada en tu pared, invadidos todos los poros de mi piel por tu mirada, me sentí perdida, ausente.

Incapaz de pensar en nada.

Me había olvidado de respirar.

Sólo mis manos eran capaces de reaccionar a aquello. Sólo mis manos fueron capaces de abrazar mi esencia, darme calor. Recorriendo mis dedos suavemente por mi cintura, rodeando el ombligo, subiendo hacia mi pecho, introduciéndose lentamente en mi boca, bajando hacia el reino de tu placer. Dándome todo lo que tú no pudiste ofrecerme.

No emití ni un solo gemido. Sólo suspiraba, porque no soy capaz de hablar, de expresar ni un solo sonido. Suspiros rápidos, entrecortados, suaves.
Silencio.

Y tus ojos puestos en mí.

Este aura frío.

Te acercaste a mí, me gritaste, me agarraste.

Suplicaste que me fuera.

Abrí los ojos, enfoqué mi vista con fuerza hacia los tuyos. Como un rayo de luz, te dejé ciego.

Me agarras, me elevas bruscamente en tus brazos.

El gotelé de la pared no entiende de pasiones.
Y celoso sesga la piel de mi espalda,
convirtiéndola en jirones.

Escuece, pero teniéndote dentro, nada duele.

Sólo es otra pequeña muerte.

Sólo una más...

¿Volverás a verme?

Jamás.

Relación: Conjunto de Pares

Se me ha aparecido una imagen en la mente...

Estoy en un autobús urbano y de pronto bajan del techo tiras como enormes tallarines de látex negro.
Nos atrapan, nos ahogan.
Una chica grita tu nombre y un desesperado “por qué”.

Me da pena, no te alcanza.
Yo tampoco puedo, pero no me causa angustia no lograr tenerte más cerca.

Un brazo cae cercenado al suelo cuando ella intenta aferrarse a ti.

La veo rota, cual indefensa,
ingenua casi puta,
muñeca de porcelana.

Rota, bonita, triste y sola.
Ignorada.

Miro su brazo, tirado en el suelo, y río.
Río aún sabiendo que en caso de no morir descuartizada los cables me ahogarán.
De un momento a otro, también a mí me olvidarás.

Cual muñeca de porcelana abandonada en un desván.

lunes, 16 de abril de 2007

Chocolate


Buenas tardes.


Me presento ante ustedes con el nombre que merezco.Con aquella denominación que mejor me define: Autista Ninfómana.


Es de risa, lo sé.Pero es como me siento.

Soy tímida desde que nací.

Dudo hasta de que el día de mi nacimiento hubiera soltado un mínimo gemido de dolor. Callada.


En el colegio me decían: "eres muy callada". Y, sí, es cierto. Y lo sigo siendo.

Pero tengo una especie de don magnético que excita. De manera más o menos inconsciente, estoy continuamente insinuándome, queriendo provocar.

Me excita que me miren.En clase paso las horas muertas jugando con el boli, rozándolo con mis labios. Paso las horas mordiéndome los labios, jugando con mi pelo.


Y en casa, jugando con mi vibrador.

domingo, 15 de abril de 2007

La cena se está enfriando


Para Lorena y Pablo el peor momento del día era la hora de la cena, porque se tenían que volver a ver.
- ¿Qué tal el día?
- Bien.
Y comida fría, pero no tanto como su situación. Seguramente lo más acertado
hubiera sido haberlo dejado hace ya mucho tiempo, pero la estabilidad y la rutina son drogas letales, y acostumbrarse, como dicen Le Punk, es empezar a morir.
Lorena está callada. No quiere mirar a Pablo: le da asco; y mira la comida de su
plato, desmenuzándola con el tenedor en cachitos pequeñitos.
- Podrías dejar de hacer esa guarrada y comer de una puta vez. Da asco. – Sí, está vivo, piensa Lorena.
- Mi madre solía decirme de pequeña que en la calle hay bestias salvajes. Bestias nocturnas. Supongo que me lo decía para que no saliera a la calle después de cenar.
- Que lista tu madre. – Dice Pablo indiferente.
- Esta noche podíamos salir. No sé, ir al cine o algo.
Pablo se levanta de la mesa sin terminar el plato. No entiende nada. ¿Por qué cambiar las pautas, si les iba bien así?

viernes, 13 de abril de 2007

Imperial Teen - Yoo Hoo

Conjunto Maximal

Si no te pasaras el día pensando en lo mismo...

Lo que quiero decir es...
Soñar con sexo sólo simboliza la represión que sufres en la realidad.

Los sueños no son más que una manifestación del subconsciente.

Igual que lo puede ser la escritura, el dibujo...

la papiroflexia.
Por lo tanto, regresando a la lógica....
Soy una reprimida,

¿pero...?

Pero, por favor,

si me estoy conteniendo....
...hasta el punto de negarme a...
¡cambiar las pilas del vibrador!


Porque sé que cuando llegue al orgasmo me acordaré de ti.


¿Es esto sentimentalismo...?

Soy ese único otro que puede vincularse con esos dos.

Pero ahora me encuentro en una función binaria.
Función de elección (que no felación)

y yo en medio de una función binaria.

Me gusta pensar en ese segundo.
Me gusta recordarte así.
Odio caminar con alguien dada de la mano.
Pero pensar en ese instante me pone la piel de gallina.


- Paula, escúchame. Tenemos que reaccionar pronto. Vienen hacia aquí.

Lo recuerdo como si todo tú estuvieras penetrándome.
Dentro de cada uno de los poros de mi piel.


¿Por qué siempre lo dejo morir?

Mi vida es una sucesión de orgasmos.
De pequeñas muertes.


Espero que algún día el orgasmo se extienda hacia el infinito,
Convirtiéndose les petits mortes en un gran conjunto infinito.

Un conjunto maximal.
Al que ya no se le pueda añadir nada, porque ya lo tendrá todo.

Una muerte eterna,

Equivalente a la inmortalidad.

jueves, 12 de abril de 2007

Absenta

DRÁCULA: Absenta, es el afrodisíaco del alma. El hada verde que vive en la absenta quiere tu alma, pero tú estás a salvo conmigo

MINA: Háblame, príncipe, háblame de tu hogar.

DRÁCULA: El lugar más hermoso de toda la creación.

MINA: Sí, debe serlo. Una tierra más allá de un bosque grande y vasto, rodeada de montañas majestuosas, ubérrimos viñedos y flores de tal fragilidad y belleza como no se encuentran en ningún sitio.

DRÁCULA: Has descrito mi lugar como si lo conocieras perfectamente.

MINA:Es tu voz, tal vez. Es tan familiar. Es como, como una voz en un sueño que no puedo situar, y me conforta

AMBOS: cuando estoy a solas.

MINA: ¿Y la princesa?

DRÁCULA: ¿Princesa?

MINA: Siempre hay una princesa con deslizantes vestidos bancos y su rostro , su rostro es un río. La princesa es un río lleno de lágrimas de tristeza y congoja

DRÁCULA: Hubo una princesa, ...Elisabeta. Era la mujer más radiante de todos los imperios del mundo. El engaño humano se la arrebató a su antiguo príncipe, saltó hacia su muerte en el río del que has hablado. En mi lengua materna se le llama Archís, río princesa.

miércoles, 11 de abril de 2007

Sin Título (Aún) Fría


- Eché a volar aquel día, cuando llegaron las bestias.
Eché a volar, pero no me moví del sitio, Paula.
Eché a volar porque tenía miedo. Dejándote sola, llorando... Hablando.
Fue la noche cuando mataron a tu padre.
Aunque yo no tenía conciencia de ello. Porque por más que te acercaras, yo estaba más
lejos.
Porque por muy intensas que fueran tus caricias, yo no sentía absolutamente nada.
Porque, por más que tus ojos lágrimas derramaran, te veía inexpresiva. Fría. Como
siempre.

Sin apartar sus manos de las mejillas de Malena, Paula susurró:
- Las flechas de Cupido están empapadas en absenta. – La besó. – Por eso siempre estás ardiendo.

Un buen diálogo no deja indemne a ninguno de los dos.

La chica del autobús

Me he despertado con la sensación de haber conocido a alguien.
Alguien que me ha aconsejado, me ha mirado a los ojos y me ha enseñado a mirarme desde fuera. Porque por un momento he sentido que esa persona era yo.
Ha venido a darme las dos hostias que me merecía, pero sin contacto físico.

No recuerdo su nombre. No sé, quizá ni siquiera lo tuviera.

Nos conocimos en un autobús urbano.
Como siempre, me senté para observar, para adivinar sus vidas, sus historias. Ver cómo se odian entre ellos aún sin conocerse, chocándose, otros aprovechando el momento rozándose con las chicas de pantalones bajos.
Lo que más nerviosa me pone en estos casos, es la persona que tienes en frente. Nunca entenderé qué sentido tiene poner un asiento frente al otro.
Normalmente en el autobús se va sólo.
Normalmente, todos somos extraños de todos.
Resulta todo tan incómodo...
Pues ella estaba justo ahí, frente a mí, mirándome a los ojos.
Me dijo susurrando que ya había llegado el momento de cambiar. Que no dudara, que me fuera lejos y gritara hasta quedarme sin voz.
Me dijo que las cosas son muy fáciles, que no merece la pena pensar demasiado.
Y que, siempre es bueno que hablen de ti, aunque sea bien.

Que si te critican o te insultan, es porque existes. Pero también me aconsejó que dejara de hablar de mí, que todo lo que diga se volverá en mi contra.
Dijo que cuando estoy sobria, tímida, que apenas hablo (susurro) y no miro a los ojos, soy adorable.
Que camino con la cabeza gacha, y parece que voy a llorar.
Que es así como le gusta.





Porque los sueños adulan nuestra impotencia. Eso es todo. Hermosa impotencia, conmovedora impotencia, inolvidable, dicen los sueños y amagan invitaciones. Haber podido ser y no haber sido dicen los sueños y se bañan los ojos en lágrimas que, sin embargo, no se desbordan.
Muchas veces he mirado mi vida con los ojos bañados apenas por un brillo mientras imaginaba un túnel que perforó la tierra al lado de mi vida pensando en el desvío que pude haber tomado y creyendo que aún lo podría tomar.
La nostalgia es tan dulce porque pensamos que todavía podríamos, que en alguna parte las cosas permanecen a la espera y si sólo por fin nos decidiéramos estarían ahí, estaría el caballo al pie de la ventana, el coche del amigo al otro lado del muro de la prisión.
Belén Gopegui, El Lado Frío De La Almohada.

martes, 10 de abril de 2007

10 Años

El 11 de mayo de 1997 aconteció un hecho que marcaría un antes y un después en mi vida. Atención al dato: tenía nueve años e hice la primera comunión.

Sí, niños míos, increíble pero cierto.

Recuerdo que íbamos por la calle después de tal evento y mis padres se besaron. Mi prima Beatriz, un año más joven que yo, exclamó “mis padres nunca se besan así”.
Lo que mi prima no sabía, pero yo sí, es que aquel beso no existía.
No era real.
Mi comunión sólo fue una tapadera, una excusa.
Una prórroga.
Conmigo vestida de blanco, con una iglesia de por medio, una buena comida y toda la familia reunida (los torcuatiños y los bañejos), podría darse el caso de que el Espíritu Santo bajara del cielo convertido en un Valentín reconciliador impidiendo que mis padres se divorciaran.
Mi abuela materna me creó un complejo: “Pero qué pelo llevas”.
Mis tíos estaban hundidos: nos regalaron un puto peluche del veinte duros a cada prima. Con lo bonito que hubiera sido ser la protagonista.
Al poco tiempo, esa mierda de peluche fue a la basura.
Para colmo, después de comer, apareció la tuna.
Era mayo. Faltaba muy poco para las vacaciones de verano y sólo dos cosas rondaban por mi cabecita: la imitación de las Spice Girls el último día de clase en el patio del colegio, y la inminente separación de mis padres.
Lo tenía muy bien asumido: las discusiones de todos los días terminarían de una puta vez y yo comenzaría una nueva vida con mi madre y mi abuela en Baños De Río Tobía, en donde mi tío Manuel, eterno admirador de Pink Floyd, me decía: “dentro de unos años pensarás que cómo coño podías escuchar esta mierda, cuando te reencuentres con un cd de las Spice Girls”. Me tenían harta, siempre con sus vinilos de Pink Floyd, o los cassettes de The Housemartins y Elton John de mi madre.
Mi padre prefería a La Polla; era más que predecible que aquello no funcionara.
Mi madre no dejaba de dibujar mientras escuchaba a Patti Smith o Kate Bush.
Heredé el gusto musical de mi madre.
Y su inseguridad. Sus celos. Sus nervios.
Sus complejos.
Heredé la incapacidad de ser fiel de mi padre.
Pero sobre todo heredé la timidez.
El silencio de mi tío.

Me hizo mucha gracia cuando Carmela interrumpió la comido de ayer para decir: “El 11 de mayo será la fiesta de la Niña María”.
Toma ahí: La puta fiesta de la residencia.
El día de los días. +o(
Para ver a mis compañeras, como en las mejores galas, vestiditas de Dolce & Gabanna, y llevando como llavero al súper novio pijo guapo como broche de oro de sus complementos.
Comienza el espectáculo: la competición de la vergüenza. Dejando, como dice mi coleguilla Manuel, que nos mueva la envidia.
Se proponen temas de decoración para la fiesta: Van desde Hawai hasta Rebelde Way, pasando por una propuesta romana...
Voy yo, que ni siquiera pienso aparecer por la residencia ese día, y recordando el fracaso de la fiesta de los ’70 en Logroño, escribo: PSICODELIA, para ver si las gafo.
Debajo, Sara escribe con decisión: Cabaret.

¿Alguna otra sugerencia (o razón convincente que me anime a quedarme a la puta fiesta)?

lunes, 9 de abril de 2007

Leyendo a Belén Gopegui en un Tren

Viniendo hacia Valladolid, en el tren, me he entretenido retomando la lectura de aquel libro que comencé antes de las vacaciones, durante el trayecto Valladolid - Logroño.


Me ha sorprendido la página 71 con lo siguiente:


Soñamos soledad y la soñamos siempre contra alguien, para demostrar algo. Distinto es dar los pasos hacia la soledad al final de una vida. Entonces no es el sueño, entonces es ir apagando las luces de las habitaciones hasta que quede una, y nada más. Distintos, sí, los pasos y los actos de los sueños. Soñamos soledad. Tendidos en la cama convocamos a nuestras huestes para el reagrupamiento. Soñamos soledad igual que un desafío.

Nos daremos cuartel para después seguir. La soledad es siempre para después y por eso los muertos no nos sirven. Los muertos pueden hacer, a veces, compañía, pero en el álbum de fotos de la soledad, en los acantilados, en las ciudades extranjeras, en las montañas que proyecta el lado frío de la almohada no aparecen los muertos sino los ojos de los vivos contra los que apostamos.

Soñamos soledad no para remediar los tímidos errores sino porque ellos, los tímidos errores, los insignificantes, nos han puesto en el disparadero. Se ha sonrojado el rostro en mitad de la noche reviviendo la equivocación y es entonces cuando ambicionamos un cambio de registro, un logro tan alto que los errores ridículos pierdan relevancia, se desdibujen, se lleguen a extinguir. Los muertos no nos sirven, los muertos no verán ese logro tan alto. Acaso ellos nos den algo de aliento en la consecución del gran propósito. Pero soñamos soledad contra los ojos de los vivos que sin saberlo, a veces, nos retaron.


El Lado Frío De La Almohada,


Anagrama 2004.




domingo, 8 de abril de 2007

Adry Finde

¿Qué es un amigo?
Un amigo es alguien en quien puedes confiar por encima de todas las cosas.

No recuerdo muy bien, pero creo que algo así era parte de la conversación que mantienen la detective y una de las estudiantes pijas del instituto Reagan en la que fuera célebre película de mis años púberes: “Caramelo Asesino” (“Jawbreaker”). Sí, así es: Rompe mandíbulas.

Después de hacer lo que hace un tiempo fuera típico en mí: comportarme como una perra. Como una gran hija de puta.
Como una Mala Pécora.
Después de eso, y de mantener una conversación hasta casi las siete de la mañana en mi portal con Marta y Manuel, empiezo a verlo todo un poco más claro.

No hay amigos y enemigos cuando la persona a quien más odias en el mundo eres tú mismo.

¿Envidias?
¿Celos?
¿Un poquito más de hipocresía?

Hace ya bastante desde que situaciones como estas debieran darme risa y no ganas de romper cabezas. Empezando por la mía, cómo no.

Lo guapa que es la última tía con la que estuvo el único tío que me destrozó el corazón.
Liarme con cualquiera que me haga un mínimo de caso.

Las locas aventuras de la Anónima Loca, Cebolleta Reineta y Bonifacio Señor Guay.

¿Qué más da?

En su día te hicieron gracia aquellos comentarios de mierda, ¿por qué no irías a reirte ahora, Adriana?

Adriana, no Awy. Esta mañana, a las 6:59h, eres Adriana. Haz el favor de mandar a la mierda a Nístrim, a Awixumayita y la maldita Niña de las Naranjas.
Hoy vuelves a ser Adriana, pero sin diario. Aún no eres capaz de escribir a mano.

Cuando hablo, cuando actúo, soy una retrasada mental. Es así, es cierto, y lo admito. Claro que sí.

Sé que soy inferior, sé de qué va todo este rollo. No existe la envidia, porque no hay nada que envidiar.
Simplemente soy odiosa, porque me comporto como una zorra.

Como una Mala Pécora.

Pegaos a guantazo limpio entre vosotros si es lo que deseáis. Reíros de mí, que es lo que mejor se os da.
Porque yo me río de vosotros.
Lo sé, me he comportado como una auténtica hija de puta.

La fea universal se despide.

Hasta más ver.

I love you, my friends.

Yo quiero ser SuperGuay y que todos me quieran

PERO MIRA, ESTAS NOCHES QUE SUELEN EMPEZAR TAN MAL, SON TAMBIÉN LAS NOCHES QUE MEJOR TE LAS PASAS. Y EN ESTAS NOCHES SE SUELE DECIR ESTA FRASE Y SIEMPRE ES MENTIRA.

No he conseguido vomitar la mierda de comida que me he tragado hoy.
Cada vez que me miro en el espejo me veo peor.
No puedo creer que por menos que coma o más te verde beba; que por más que vomite o me ponga estos malditos parches reductores siga engordando sin parar.
Cada vez tengo más cadera, más tripa, más pierna.
Es horrible. Estoy horrible.

Sólo estoy delgada hasta el ombligo, luego todo se distorsiona.

Tengo miedo de terminar con un cuerpo deforme, aunque, a decir verdad, creo que ya lo tengo así.
No es normal tener estas caderazas, esas cartucheras que son puro hueso. No es natural que la osamenta esté así de descontrolada.
No es normal que mi esqueleto sea tan deforme.

Tengo las piernas gordas, pero el maldito hueso ese... esa mierda que cuando engorda se llama “cartuchera”. Ese puto extremo sobresale tanto que no puedo cerrar las piernas. Y me hace deforme.
El culo deforme.
Caderazas, hueco, cartucherazas. Me da asco mirarme en el espejo.
Me da asco verme.
Me doy asco.

Se me debió haber pasado ya la tontería de la niña bulímica, pero no, qué va.

Nacho ayer me dijo algo mientras derramaba cerveza sobre mi pelo para ponérmelo bien.
Debió decirme lo que siempre me dice mi madre: si eres inteligente, qué más de ser gorda o flaca.
Pero no soy inteligente, soy sólo una chica que curiosamente no tiene dificultad en escribir. Pero nada más, ni siquiera lo que cuento tiene importancia.

Y, en cualquier caso, si fuera inteligente, ¿acaso por ello debería ponerme como una ballena y ser feliz?
No, no lo creo.

Me importa una mierda que los parches alteren el tiroides o lo que quieran alterar. Prefiero que me de un ataque al corazón antes que odiarme más de lo que me odio.
No quiero ser tan imperfecta, tan fea, tan horrible. Estoy harta de verme como una basura. Un maldito despojo humano sin atractivo.

Me importa una mierda el asco que de ver hierbillas flotando en el agua. Está claro que el té verde si no es así, a lo basto, no hace ningún efecto.

Té verde, infusiones laxantes, el maldito 4,3,2,1, que no me solucionó nada.
La mierda de comida que ponen en la residencia.

Estoy harta.

Quiero dejar de comer. Quiero aprender a superar el hamber antes de volver a poner mis rodillas sobre los baldosines del baño y vomitar.

Quiero ser fuerte y bella. Todo lo que no pude ser cuando era niña.

Quiero poder ser como ellas. Una maldita diosa.
Quiero ser una diosa.
Quiero ser una diosa.

Quiero coger una sierra y serrarme estas caderas. Quiero ser guapa y tener un cuerpo bonito.

Quiero volver a poner a alguien con sólo mirarme, como cuando pesaba 52 kg.

Si soy fuerte lo conseguiré.
Me lo he prometido.

Y en esta vida sólo hay alguien a quien no puedes hacer promesas falsas: a ti mismo.

Ya me he decepcionado demasiadas veces.

Ahora ya, en serio. Puedo vivir sin comer. Puedo hacerlo.

Al menos hasta volver a ser bella.

sábado, 7 de abril de 2007

Pedacitos de sueño


Tengo una herida en el párpado.
Sangro muchísimo, y siento que se me acabará partiendo.
La sangre me nubla la vista.
Tengo miedo.
Y me da dentera.
Me da dentera esta sensación de notar que parte de mi ojo hasta ahora no visible, ahora está al descubierto. Y me escuece tanto.
Pero es peor la dentera.
La estación de tren está en Covent Garden.
Busco ayuda, pero nadie puede salvarme... Todos me miran aterrados. Dicen que no me pasa nada.
Nadie puede salvarme y me estoy quedando ciego.
Esta sensación es insoportable.
Cómo la sangre se va secando y el párpado, desgarrado, casi chirría.
Odio sentir que la sangre se seca sobre mi ojo.
Y al párpado, cada vez más roto, le cuesta más moverse.
Se está quedando pegado sobre el ojo como un pellejo.


Creo que el dolor lo puedo soportar bien.

Vuelves a casa, un viernes.
Vuelves a casa sola, porque los demás siguen su camino juntos, que viven cerca.
Pero tú siempre vas sola.
Aunque se ofrezcan a acompañarte, tú te niegas.
Siempre acabas yéndote sola.

Vas vestida de negro, con el pelo empapado en cerveza y los cuellos de la camisa manchados por el tinte de tu cabello.

Quieres que parezca que tienes clase con esa camisa blanca, esos pantalones negros. Pero no das más que pena con tu pelo húmedo y las zaptillas Victoria’s imitación de Conversse.
No eres nadie a estas horas de la noche. Tampoco lo eras antes, pero es que ahora importas aún menos.

Te cruzas con un tipo en la acera, caminando por la casi interminable Vara de Rey. Te mira y hace amago de acercarse.
Sé que te desviaste hacia la carretera y comenzaste andar. A estas horas no pasa ningún coche.
Quieres demostrar que prefieres mil veces que te lleve por delante algún conductor borracho antes de que él tenga la poca vergüenza de intentar tocarte.

Te lo has buscado sola, siempre intentando demostrar lo fuerte que eres.
Cuando cruzas la esquina, mirás hacia atrás. ¿Hubieras querido que te follara?
Después de todo, el tipo no estaba tan mal...

Sacas las llaves del bolsillo de la parca. Quieres llegar cuanto antes a casa y ponerte a escribir gilipolleces en el word. Ya casi has olvidado lo que es escribir a mano.

Odias mirarte en el espejo del portal. Por muy bien que vayas, siempre te ves mal con esas putas luces blancas, fluorescentes. Ese cristal casi gris, ¿qué es eso? Quizá no te veas mal, quizá eres así.
Hoy ni siquiera te has maquillado. No tienes la excusa de que se te haya corrido el rímel. Hoy, no.

Hace un par de años, llegabas de fiesta y te apoyabas en los buzones, para verte desde lejos. Ponías alguna pose estúpida y sonreías. Los tenías a todos locos y eso te hacía feliz.

Fue el mismo año en que te liaste con Céfiro cuando llevabas jersey rosa sin mangas de cuello alto.

Antes vestías peor que mal, y ni siquiera te preocupabas por teñirte o adecentarte el pelo antes de salir. Antes sólo te echabas rímel y te pintabas la raya. Si estabas de buen humor, también tres puntos al lado del ojo derecho.

Ya no recuerdas tus sueños, sólo pedacitos.

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Ojos:

-Cuando en sueños miramos fijamente a los ojos de quien tenemos delante revela el temor a dejar traslucir algo que deseamos mantener oculto.
-Sentirnos mirados con insistencia pero sin ver los ojos que nos miran denota complejos de culpabilidad.
-Si nos soñamos ciegos o con los ojos vendados es indicio de un miedo ilógico a ser engañados o perseguidos o también puede revelar nuestra impotencia ante las circunstancias de la vida real.
-Soñar que padecemos de la vista pero sin llevar gafas denota una falta de coraje que nos impide mirar de frente los hechos.
-Si acudimos a un oculista indica el deseo de hallar a quien podamos hacer partícipe de nuestros problemas y nos ayude.

Piel:
- La piel con manchas, asperezas, tumefacciones, etc. debe entenderse como incapacidad para alcanzar mucho de cuanto la vida ofrece a los demás, particularmente en los social y lo sentimental.

Las frases que marcaron una época

Cuando iba a primero de bachillerato, tenía dos cositas que siempre me acompañaban a clase: la cabeza de muñeca que tenía colgada en el bolso de Emily y un pequeño libro en blanco de 5x7cm más o menos.
La función de aquel pequeño cuadernillo era la de recoger “frases”.
Frases, expresiones, lo que fuera, que a la gente se le escapara, y guardarlas como posibles frases que incluir en algún próximo relato.
El caso es que aquello acabó siendo un fracaso: creo no haber utilizado ninguna de ellas (o tal vez sí y no lo recuerde).
Hoy me he encontrado con él en mi habitación, en Logroño, y se me ha ocurrido publicarlas aquí:

- El aburrimiento es claustrofóbico. Marta.
- Que triste es la existencia humana. Awy.
- Estoy con toda la cabeza aquí metida. Sara.
- Momentos esporádicos de la vida. Pili.
- La vida es el principio de la muerte. Pili.
- De cerca no tenía tanta nariz: se le disimulaba con los ojos. Marta.
- Pelo niña pija-salvaje Sunsilk. Julio.
- ¿Te aporta algo? ¿No? ¡Pues déjalo!
- Toda tu vida se resume a nada. Leti.
- La verdad es la verdad, dila. Lara.
- Qué dramatismo. Awy.
- Haz siempre lo que deseas, no te quedes con las ganas o te arrepentirás. Clara.
- No vivas la vida, vive tu sueño. Tamara.
- Me quiere me.
- Siempre que le veo está haciendo churros como... mm...o no ... mmm. Marta.
- El arte viene solo. Juan.
- A mí me coloca el aguarrás. Awy después de clase de grabado.
- El conejito es Dios, o, en su defecto, Makoki. Pili.
- Somos un chorizo envasado al vacío. Víctor.
- No quiero saber nada más de carpetas. Cecilio.
- Fruñe el cejo. Marta.
- Tú eres la alternativa guay. Manu.
- Hoy es un día neutro. Cecilio.
- No todo el mundo es brillante pero todo el mundo es capaz. Julio.
- Al estilo de mejorarme. Jose.
- Si no tienes tu propio mundo acabarás en una cárcel para el otro. Mila.
- Más maja que las pesetas.
- Me gustas físicamente y me pareces interesante como persona.
- Me pica un ojo y llevo cinco minutos sin toser.
- Eso es muy “teen”. Nacho.
- Estoy cansada moralmente. Pili.
- Nunca te pilles por un chaval. Sara.
- Seudo hippie extraña que le queda por encima de la rodilla. Awy.
- Hay excepciones pero yo no las encuentro. Awy.

2º de bachillerato:

- Somos unas deprimidas sociales. Leti.
- A mí me recuerda a un loro, a un ojo y una nave espacial a la vez. Vecino (por uno de mis dibujos)
- Si vendieran agujeros negros... Awy.
- No me des en la cabeza que se me van conceptos. Leti.
- Llegó un momento en que me encocoré. Ricardo.
- Me es imposible saber lo que piensas porque no miras a los ojos. Sasu.

viernes, 6 de abril de 2007

Kate Bush - Wuthering Heights

Out on the wiley, windy moors
We'd roll and fall in green.
You had a temper like my jealousy:
Too hot, too greedy.
How could you leave me,
When I needed to possess you?
I hated you. I loved you, too.

Bad dreams in the night
You told me I was going to lose the fight,
Leave behind my wuthering, wuthering
Wuthering Heights.

Heathcliff, it's me, your Cathy, I've come home. I´m so cold,
let me in-a-your window

Heathcliff, it's me, your Cathy, I've come home. I´m so cold,
let me in-a-your window.

Ooh, it gets dark! It gets lonely,
On the other side from you.
I pine a lot. I find the lot
Falls through without you.
I'm coming back, love,
Cruel Heathcliff, my one dream,
My only master.

Too long I roamed in the night.
I'm coming back to his side, to put it right.
I'm coming home to wuthering, wuthering,
Wuthering Heights,

Heathcliff, it's me, your Cathy, I've come home. I'm so cold,
let me in-a-your window.

Heathcliff, it's me, your Cathy, I've come home. I'm so cold,
let me in-a-your window.

Ooh! Let me have it.
Let me grab your soul away.
Ooh! Let me have it.
Let me grab your soul away.
You know it's me--Cathy!

Heathcliff, it's me, your Cathy, I've come home. I´m so cold,
let me in-a-your window
Heathcliff, it's me, Cathy, I've come home. I´m so cold,
let me in-a-your window.

Heathcliff, it's me, your Cathy, I've come home. I'm so cold.

AHHHHHHH YAAAAA YAAAA OHHHH YAAAAAAA

MalaPécora


1:09h.
Es jueves. Jueves Santo, para más INRI.

Hace un año comenzaste a escribir tu último diario, ¿recuerdas?
Hablabas de tonterías, como siempre, de algún viaje en autobús.
Eres mala, una mala pécora de las buenas. ¿Tienes el poder de castigar a los demás?
Te presentas donde no desean que estés.
No vas allí donde quieren verte.

¿Quién sufre?

El que quiero no me quiere y al que me quiere no quiero, decía mi abuela.

mmm...happiness.

Has abandonado el negro por el naranja, el dibujo artístico por la filosofía y los concursos literarios por un blog que sólo sirve para hacerte perder el tiempo.

Has llevado al máximo el “sólo sé que no sé nada” de Sócrates y ansias nutrirte de cultura, de empaparte de todo lo que los demás saben.
Y tú no.
Tú qué vas a saber...
(risas)

Me aburro.
Estoy sola en casa.
He visto Hannibal (el origen del mal).
Estoy escuchando a Maddona...

Un día estás harta de que haya tanta gente a tu alrededor.
La noche siguiente estás sola y temes volverte loca.

Yo también quiero una Mía que en las cartas se despida con "Tuya"


martes, 3 de abril de 2007

SMS

Kimbo: - ¡Adrianne! Hemos quedado luego para hablar de la fiestuki. Venid tú y Marta para conversar distendidamente. ¡Contesta!

Awy: - A ver, yo ahora me voy al San Pedro. Si quedáis sobre las 8 o así, genial.
One moment, llamo a Marta y te digo.

Awy: - Marta no me coge, ¿cómo vais a quedar?

Awy
(a Marta): - Estos van a quedar luego para hablar de la fiesta. Llámales a ver, que yo estoy en el
hospital.
Awy
(a Kimbo): - A ver, que yo estoy en el hospital, ¿cómo habéis quedado?

Nacho: - Vamos al oriente. Llegamos en nada. Nacho and co.

Awy
(a Nacho): - ¡Ahhh! No puedo, oñe, y no localizo a Marta :S Luego me mandáis un mensaje o algo y
me decís cómo habéis quedado.

Calladita y Pelirroja: La Ñoñas de la Clase

- Deberían prohibir la sinceridad.
- Pero bueno, Ruth, ¿qué dices?
- Mira, cuando yo era pequeña, mi madre me dio un consejo: nunca dar a entender a alguien lo que sentía por él, ni siquiera dar a conocer mis puntos débiles. Si a alguien le dices que eres tímido y que encima estás enamorado de él, estás perdido. No te respetarán, e incluso darás asco.
- No lo veo así.
- Oh, ¡venga ya! ¿A cuántas tímidas has querido?
- No lo sé, Ruth. No tengo una lista de tímidas y no tímidas.
- Venga, ¿vas a decirme que te tiraste a la ñoñas de tu clase?
- Jaja, claro que no.
- Y no te la tirarías.
- No, claro que no.
- ¿Te fijaste alguna vez? ¿Era guapa? (...) ¿ves? Claro que era guapa, seguro, pero no la veías así, porque timidez y belleza no van asociadas.
- No digas tonterías.
- No son tonterías. ¿Y si alguna de las chicas con las que estuviste fue la ñoñas de su clase?
- No lo creo.
- Alguna habrá caído, aunque no lo supieras.
- ¿Cómo no iría a saberlo?
- Porque te lo ocultaron. Si te lo hubiera dicho, la hubieras rechazado.
- El pasado no importa.
- Y una mierda. Bueno, a lo que iba. Si te desnudas, todo está perdido. Lo aprendí a los siete u ocho años, no recuerdo bien. Le entregué una carta a Raúl, un chico rubito muy mono de mi clase. Me mandó a la mierda. Quisiera que me viera ahora el coño.
- Más quisiera él.
- No, no querría. No si supiera que soy la misma niña con uno cuantos años más.
- ¿Qué clase de niña?
- La ñoñas. La ñoñas de la clase.
- Ah. Bueno.
- ¿Te vas?
- Eh... Si, esto... tengo cosas que hacer. Adiós.

Pulp Fiction


- ¿No los odias?
- ¿El qué?
- Estos incómodos silencios. ¿Por qué creemos que es necesario decir gilipolleces para estar cómodos?
- No lo sé, es una buena pregunta.
- Entonces sabes que has dado con una persona especial. Puedes estar callado durante un puto minuto y compartir el silencio.
- No creo que hayamos llegado a tanto aún, pero no te preocupes: acabamos de conocernos.

lunes, 2 de abril de 2007

Sin Título (Aún) Recordando


- ¿Recuerdas la noche que se llevaron a mi padre?
- Sí, Paula, claro que la recuerdo. – Dije, sin cambiar de posición: me encantaba que Paula tocara mi cara.
- Quería que fueras feliz, Malena, perdóname. Quería que fueras feliz y te destruí la infancia. Lo nuestro no era felicidad. Lo nuestro era algo... indefinible, sin más. Pero no era felicidad. Te he destrozado la vida, Malena. No entiendo cómo has seguido a mi lado todos estos años.
- Paula, hoy pisé un perro. No me di cuenta: iba caminando por la calle, pensando en dios sabe qué cuando me di cuenta de que había pisado algo. Era un perro, de esos pequeños que no valen una mierda. Le hubiera dado una patada sino fuera porque vi que llevaba una correa. Y ¿sabes lo que hizo el puto animal? Se me subió a la pierna. No pude averiguar si quería jugar o morderme. Si quería morderme, la verdad, el perro era aún más estúpido de lo que pensaba. Quizá estuviera jugando. La dueña se disculpó: Gracias por intentar matar a mi perro, zorra. Hice daño al perro, y no me importó. Es comprensible que quisiera jugar conmigo: el dolor y la indiferencia ponen cachondo a cualquiera.

Madonna - Human Nature (1995)

Did I say something wrong?
Oops, I didnt know I couldnt talk about sex
[i musta been crazy]
Did I stay too long?
Oops, I didnt know I couldnt speak my mind
[what was I thinking]

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