y nada tiene que ver con tu boca
que hecha para besar hay veces que muerde
que anuncia cordura y a veces se vuelve loca
Y duele porque la piel no es materia inerte
Duele porque el querer es dolerse a veces.
Ya no es que me lo preguntes tú,
me lo pregunto yo.
Me pregunto hasta qué punto
puedo llegar a odiarme.
No me importa tanto pensar
si te quiero a ti
o escondo en mí tus puñales.
No me importa volar hacia mi límite,
ni llegar a la desidia,
el delirio, mi desdicha.
Ya no creo en tu incondicional
repleto de condiciones.
Sólo creo en tus prejuicios
que acomplejan lo que antes para ti
eran mis virtudes.
Me rechinan los dientes si pienso
por un solo momento
en comerte a besos. No quiero.
No me llaman tus labios, ni tu cuerpo.
Me preguntas por qué
ya no digo “te quiero”.
Si supieras que me reprimo
para no decirlo
después de cada orgasmo
que ya no vivo contigo...
Y no es un sustituto,
ni un amante,
ni soy yo.
Como tampoco volverás a serlo tú.
Ahora me pregunto
si en verdad algún día lo dije,
si realmente lo sentía
o era pura necesidad.
- La foto esta´ sacada del filme La Chica del Puente.