Qué chic se pone Valladolid durante la Seminci.  La
Este año es el primero que vivo la Seminci.  Otros
El día anterior por la tarde vi Copie Conforme, -fuera del abono-, de Abbas Kiarostami y protagonizada por Juliette Binoche y William Shimell. Me dejó como me tiene que dejar una película. Las interpretaciones son cojonudas. Lo corrobora premio a mejor actriz que recibió Binoche en Cannes. Pero no sólo eso. Me gusta cuando el cine es cine. Cuando el director se toma la libertad de jugar con las opciones que brinda el cine. No me importa que una historia tenga principio ni final. Ni mucho menos que tenga un final “lógico”. Me paso las explicaciones y los “análisis” por ahí. Kiarostami juega con la idea de las copias y los originales. Empieza hablando de arte y continúa por la vida de sus protagonistas, por las vidas que tienen y podrían haber tenido. Todo a través de una broma. Una simple broma que termina convirtiéndose en toda una reflexión sobre las relaciones, el amor tal – y – como – es. Sin florituras, sin sentimentalismo barato. Habla de la caducidad y la transformación. Coño. Habla y dice las cosas como lo son. Total, que me pareció genial. Pero apenas cuatro aplausos y multitud de gente que se va como si quisiera huir del cine. Al salir, una caña en un bar cercano. Cerca de mí dos hombres mantienen una conversación. Se sienten indignados con lo que acaban de ver. No dejan de repetir que no lo han entendido, que no tiene lógica alguna. Y yo me pregunto ¿qué coño hay que entender?
Por la noche, dentro del abono, En Familie. Una auténtica violación emocional. Desde el principio. Una auténtica violación. Utilizando recursos tan faciles como el aborto, el cáncer, las decisiones, momentos parejita de “no me tienes en cuenta”, y bla bla bla. Me pasé llorando toda la puta película. Pero cómo no llorar. Quién no ha vivido en su familia un cáncer. Todo el proceso que eso conlleva desde que recibimos la noticia hasta la muerte. En Familie es una violación. Me sentí completamente violada. Cuando parece que van a salir a flote, se vuelven a hundir. Como en cualquier dramón de Antena 3. Primeros planos de los hijos pequeños sufriendo. El perro al lado del enfermo. Y el colofón final: momento postal del portal de Belén mientras el enfermo muere con toda la familia alrededor. Y yo llorando. Pero no por la puta película. Llorando por la parte que me toca. El cáncer de mi abuela, el año que mi tía pasó sin recordar absolutamente nada tras un tumor cerebral y hasta su muerte. La espera y las limitaciones que conlleva tener a un familiar así. Todos hemos pasado por baches así de duros. Para mí no tiene ningún mérito una película que recurre a temas de ese tipo para conmover al público. Al final, el tema principal de la película, que me parece que es la dificultad de debatirse entre las opciones más importantes en la vida, queda subordinado al drama facilón. Como me dijo Óscar al terminar la peli: un telefilme con bonita fotografía. 
Pero la gente aplaude emocionada y se va contenta a casa. Qué envidia. Yo me voy con unos lagrimones del quince, violada y estafada.
Al llegar anoche a casa le comento a Jesús que necesito ver una película que me devuelva la fe en el cine. Él me comenta que una amiga suya ha ido a ver Picco y que le ha dejado destrozada. Que es muy dura. Que mucha gente se salió antes de que terminara. 
-         Eso es lo que necesito.
Veo en el programa que la proyectan al día siguiente a las 9,30 en los Roxy. A esa hora tengo Historia de la Filosofía  Moderna.
“Es una encarnación de nuestro fracaso como seres humanos: un fracaso que somos incapces de aceptar. El objetivo de Picco es mostrar a la gente sin reservas ese mundo cuya existencia nos empeñamos en negar”
Philip Koch, director de Picco.
Devastadora.  Simplemente. 
Le escribo un mensaje a Jesús mientras tomamos un desayuno de cine, tardío, pero de cine, en el Libertad 3:
“Picco buenísima. Bue-ní-si-ma”
Aunque no lo suscriban los cuatro aplausos que se han escuchado entre los que nos hemos quedado a verla entera. 
Yo estoy contenta. Ha triunfado el amor. 
 


 
Demasiado arriesgado pillarse un abono.Pero para todo hay una primera vez.
ResponderEliminarGracias por la recomendación, porque yo este año andaba desencantada y solo me apetecía ver Héroes,pa flipar!! :))
El buen arte siempre es minoritario, al menos cuando es contemporáneo, ahora nadie cuesitonaría que Monet o que Bukowski son buenos. Pero míralos en su época. Tú tienes criterio. Y siento envidia por perderme otro año la seminci, la verdad es que es un poco por pereza, por ignorancia, por desconocimiento, porque no me gusta el barullo, el arremolinamiento. como dijo isa, prefiero ir cuando se acabe y estrenen las pelis en los casablanca. Pero vamos, que mañana me toca ir a una rueda de prensa por un trabajo de clase... Será lo más cerca que esté de todo el pifostio. un beso, adri. me quedé con ganas de hablar contigo hoy o de que vieramos una peli juntas. no sé.
ResponderEliminarel amor nunca triunfa para mí :(
ResponderEliminarLa confusión entre témpano y templo se soluciona con un neologismo: témplano, témpano como un templo.
ResponderEliminarRotundamente de acuerdo contigo sobre esos filmes que son bombas lacrimógenas. Recuerdo que leí una artículo sobre un nuevo canal de telenovelas en Israel. El motivo era que la ciudadanía quería evadirse de la realidad de los atentados y conflictos bélicos, centrarse en problemas "cotidianos" sobre relaciones sentimentales, problemas de trabajo y cosas menos traumáticas.
Saludos.
R.
tu si que eres rancia
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