martes, 16 de enero de 2007

Latidos

Parecerá una tontería, y seguramente en cuanto leáis esto pensaréis que soy gilipollas, pero, ¿en serio vais a negarme que hayáis pensado en esto alguna vez?
Suena a tópico la pregunta “de dónde vengo y a dónde voy”, pero se nos muestra ridícula porque no nos hemos parado a pensarla de verdad.
A pensar que un día moriremos y dejaremos de existir.
La eternidad, la oscuridad... Todo se esfumará.
Y seremos nada.
Pensar en cada uno de nuestros órganos, cómo late el corazón, como maquina nuestro cerebro. Pensar en cada órgano como una pequeña máquina programada para realizar su función. Nuestro cuerpo, una máquina. Nosotros, una máquina.
Una máquina programada para pensar y actuar, cada uno de una manera diferente pero al fin y al cabo, todos como borregos somos lo mismo.
Nada.
Empeñándonos en durar y durar, cada día un poco más, nutriéndonos de información, más información... información que algún día desaparecerá. Con nosotros.
Levantarte de la cama y caminar hacia el baño. De repente paras. ¿Cómo he llegado hasta aquí?
Unas piernas que se mueven, unos ojos que miran. Unos ojos que lloran. Una mente triste. Una mente que no se merece esto.
¡Una mente que no debería pertenecer a esta cosa tan zafia e imperfecta!
¿Para qué tantas palabras bonitas si están escritas en papel reciclado?
En un papel, que con el paso del tiempo irá degradándose, formando una pelusilla que exterminará cada palabra. ¿Por qué no conservarlas entre planchas de cristal?
Mi escritorio, repleto de notas, palabras, apuntes, aspirinas, libros y bolígrafos. Mis discos, la luz de mi flexo, la ventana, la leve luz del sol en este mes de enero.
Volver a pensar, volver a llorar. Volver a sentir angustia.
Angustia.
Angustia.
Impotencia.
Es ridículo, ¿verdad? Pensar en la muerte es ridículo. Sí, lo es, debería tenerlo asumido, pero cada día que pasa es como el día que descubrí que el ser humano es mortal.
Odio el latido de mi corazón, lo odio. Siempre recordándome que mi existencia depende de él.

5 comentarios:

  1. Es lo que Sartre, como quizás ya sepas, denominó como "La Nausea".
    Cuando en un momento, toda la belleza del mundo te parece insignificante por que en realidad es perecedera y por lo tanto no tiene ningun sentido si nada, nada en absoluto, va a permanecer. Es entonces cuando sientes la nausea, el abrazo de la muerte desde la eternidad y es cuando te desesperas. Algunos ciegan sus mentes a la religión justo por miedo a esta idea. "No puede ser que no haya nada más allá" "Si no, ¿por qué estamos aquí? ¿Por nada?". Estas son algunas respuestas tipo que te darán algunos de estos individuos ante la posibilidad de que cuando se vayan al cieno no haya más que gusanos y polvo...
    Pero la muerte y la nada son conceptos absolutos y consecutivos, le pese a quien le pese. A mi tampoco me gusta la idea de morir, la detesto, es descorazonadora; tantos años dando traspies para que luego vayas a las cenizas y a los dos años ya solo se acuerde de ti el viento que te transpotará por toda la tierra hasta el fin de los tiempos... que mal. Pero al menos, nosotros tuvimos el valor de aceptar que esta existencia no tiene más sentido que el que puedas darle de forma personal, teniendo en cuenta que tu tiempo es limitado y que cuando se acabe ya nunca volverá; aunque para abreviar nos llamamos ateos, o nihilistas o de muchas otras maneras que indican la aceptación de la más obvia y dolorosa de las verdades. En cuanto a la eternidad, también tiene sus problemas para un mortal; piensa en vivir tresmil años y que nadie te haga caso... ¿No sería para pedir la muerte a gritos?

    ResponderEliminar
  2. Adriana, yo no creo que seas para nada gilipolas, sino más bien todo lo contrario. Bienvenida al club del 1% de la población que tenemos algo por encima de los hombros.

    Habéis escuchado una canción de Siniestro Total llamada "¿Quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos?" ?. La letra de esa canción induce a pensar.

    Me ha gustado el comentario del chaval ese. No conozco mucho de Sartre, pero me temo que soy igual de pesimista que él ante esos asuntos. :(. Náusea... qué gran forma de definirlo.

    Y lo de la muerte tiene una explicación bastante sencilla. Como animales que somos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Es nuestro ciclo biológico. Además si nadie muere no cabríamos en el planeta no? Que como seres razonables nos asusta la idea y no queramos morir porque nadie se acordará de nosotros es otro asunto.

    Yo también he pensado en lo de los órganos el año pasado con eso de la Inteligencia Artificial. Hasta qué punto podríamos dar características humanas a un robot programado por nosotros?.

    Sigue pensando y escribiendo, se te da bien xD.

    ResponderEliminar
  3. no me asusta la idea de morir, solo que aun no quiero..

    ResponderEliminar
  4. -SaRiTa-
    Recuerdo que hace unos cuantos años tenía muchísimo miedo a la muerte. Pasaba las noches en vela. Me aterrorizaba la idea de que si cerraba los ojos quizás no lo volviera a abrir, o que llegaría un día en el que me metiera en la cama y no volver a levantarme por mi propio pie. Ahora veo las cosas de diferente manera, no sé. Todos tenemos un día, y cuando te toca, te meures y punto, y da gracias si te da tiempo a despedirte de este mundo. La muerte es una sorpresa más que nos tiene preparada la vida. Qué triste... ;..(

    ResponderEliminar
  5. bla-bla-bla...palabreria, pedanteria, falso pesimismo y ese fanatismo por la auto-compasion. (Me refiero solo a los comentarios, el texto esta bien) :) picaros cuanto querais

    ResponderEliminar

Entradas y Comentarios