Parece mentira que, aún a día de hoy, una chica no pueda salir segura de casa; que la calle, cuando el sol ya se ha ido, sea un lugar peligroso para ella. Y el peligro no se encuentra sólo en las callejuelas oscuras y poco transitadas, no.
Hace unas semanas (Noviembre 2005) una chica fue violada por cuatro “niños” de apenas quince años. La escena es fácil de imaginar:
Como cada fin de semana, unos amigos se reúnen en el parque San Miguel, ya sea para hacer botellón, colocarse a base de hachís, etc., o simplemente para pasar un buen rato con sus amigos. Ya es de noche, ya son las once, el móvil de una chica suena. Ella se aleja de sus amigos para hablar por teléfono. Pero unos púberes sin ningún tipo de escrúpulos ni moral, viéndola sola, deciden utilizarla como solución a sus “necesidad” sexual. Unos la sorprenden por la espalda y, agarrándola fuertemente sin importarles si le causan dolor, ignorando el pánico que esa niña siente, permiten que uno de ellos se baje ansioso el pantalón, ciego de un falso y repugnante deseo, provocado por el morbo de hacer algo prohibido. Y así, cuatro veces. Ella gritaría, impotente, suplicando que la dejaran, presa de un dolor inexplicable. Ellos no la oían. No se puede escuchar a una presa que sólo actúa como objeto. Como un mero juguete sexual.
Una vez acabada la tarea, los niños se alejan, nerviosos. Saben que han hecho mal, y, seguramente se avergonzarán un poco de ellos mismos, pero son demasiado egoístas como para pensar en el daño que le han hecho padecer y en lo que esa terrible experiencia repercutirá en su futuro. Ella no importa lo más mínimo. Ni ella ni su futuro. “Lo importante ahora es que nadie se entere de esto”, pensarían, mientras se subían la cremallera del pantalón.
Pero ¡cruel ignorancia! Ellos no habían caído en la cuenta de que ella tenía un móvil con el que llamar a la policía.
Y así lo hizo. La policía llegó y cogió a los cuatro sospechosos: todos ellos menores de edad (uno de ellos sólo contaba con catorce años de edad).
La duda que tengo es que, a ver, la chica fue allí con sus amigos, ¿no? Entonces, supongo que al ver que tardaba en llegar la buscarían ¿no? Sin embargo, cuando la encontró la policía ella estaba sola, en la zona de los columpios del parque San Miguel y “con las ropas desordenadas”. ¿Y los amigos? ¿Dónde están los amigos cuando los necesitas?
Los rumores no han tardado en difundirse (Logroño es como un pueblo) y van desde “¿Qué hacía esa chica sola y de noche en un parque?” a “Su novio le ha dicho que se lo merece por zorra”. Pero parece que nadie se ha percatado de que esos VIOLADORES no han sido recluidos porque eso sólo se hace EN CASOS EXTREMOS.
Los rumores se han disparado. Ya nadie recuerda el caso de esta chica (que es real), pero la aparición de diversos bulos sacados de un guión típico de Quentin Tarantino ha fomentado el pánico de las chicas jóvenes, y no tan jóvenes, de nuestra ciudad. Los taxis hacen su agosto los fines de semana, ya que a partir de las once NO hay autobuses urbanos en Logroño.
Y los violadores menores están en la calle, siguiendo con sus vidas. Mientras, esa chica es presa de unas miradas de compasión o incluso asco, sufre en silencio y rememora inconscientemente un momento terrible de su vida que jamás logrará superar por completo.
Logroño, 2005.
Me ha gustado mucho este artículo. Tanto como me ha asustado. Asustado, sí, porque haciendo referencia a un suceso de 2005, y aún siendo publicado en 2007, sigue siendo asquerosamente "actual". De hecho, creo que ha empeorado. Bajo la falsa apariencia de una estructura social civilizada, estamos dando cancha a unos elementos que, hoy por su edad y mañana por no haber sabido lidiar con el problema a tiempo (desde la ley, por supuesto), pueden llevarnos a una situación aberrante con un efecto, tal vez, más allá de lo que podamos imaginar en el día de hoy.
ResponderEliminarRescato esta reflexión, con tu permiso, para mi blog. Creo que es útil que no nos olvidemos. Y peligroso no recordarlo.
Por cierto,dada su temática, la incluiré dentro de otra sección destinada a temas similares, titulada "El lodazal". Sino te pareciera bien, la ubicaría sólo en la tuya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me parece muy bien, inclúyela donde crear ma´s oportuno :)
ResponderEliminarUn abrazo