miércoles, 31 de enero de 2007
El chico del bolso de los Beatles
Soy una estúpida, pero qué más da. Si siendo así, cada vez más soñadora, soy más feliz.
Salir del Lupa, ¡con estos pelos!
Si ya me decía mi madre: aunque sea para bajar la basura, arréglate, que nunca sabes qué va a pasar.
Bueno, después de acostarme tarde, entre estudios, messenger y la alarma de incendios (como siempre, tan oportuna), me levanté y por no arreglarme el pelo no fui al Centro de Idiomas.
Total, sólo íbamos a ver una película, así que... una coleta y a estudiar historia de la ciencia.
Después me llama Judith y me pregunta que si tengo que comprar algo porque ella iba a ir al
Lupa a por Red Bull.
Ya ves, nos hemos hecho inmunes al café.
Así que nada, viendo que la repisa de mi ventana sólo albergaba dos tristes kiwis, no me vi con más opción que adecentarme el pelo y salir a comprar munición. O lo que es lo mismo: a por naranjas.
Así que, pin pan pun, un poco de agua, algo de espuma, el secador... ¡Dios, qué pelos!
Pero bueno, total, para ir sólo al Lupa... qué más da.
En estos casos, cuando te ves tan horrible, el instinto crítico latente en mi interior sale a la luz.
Que cómo va vestida aquella, que feo es aquel... en fin.
Y no hay lugar mejor para eso que el supermercado.
Así que nada, dos red bulls sin azúcar y cinco naranjas después, salimos a la calle.
Y allí, esperando al semáforo, estaba él.
Un abrigo verde caqui con capucha, un bolso de los beatles, las John Smith (¿o eran Conversse? ¿O eran de imitación –lo cual le habría dado más puntos- ?) los vaqueros rotos. Y yo mirándole, con una mano en la boca, y Judith dándome para que reaccionara.
Ay, que tonta, que tonta, que tonta, ¡y con estos pelos!
Me miro: con mi abrigo verde caqui, o marrón, o no sé de qué color indefinido es este mi abrigo, el bolso cuya larga correa hace que me golpee los muslos al caminar con chapitas de Muse, Franz Ferdinand y Siouxie, los vaqueros rotos y las Mustang marrones al estilo John Smith.
Ay, que tonta, que tonta, que tonta.
Me he enamorado platónicamente de alguien a quien jamás veré de nuevo.
Lo sé, Adriana, lo sé...
No sueñes.
No eres Amelie.
Salir del Lupa, ¡con estos pelos!
Si ya me decía mi madre: aunque sea para bajar la basura, arréglate, que nunca sabes qué va a pasar.
Bueno, después de acostarme tarde, entre estudios, messenger y la alarma de incendios (como siempre, tan oportuna), me levanté y por no arreglarme el pelo no fui al Centro de Idiomas.
Total, sólo íbamos a ver una película, así que... una coleta y a estudiar historia de la ciencia.
Después me llama Judith y me pregunta que si tengo que comprar algo porque ella iba a ir al
Lupa a por Red Bull.
Ya ves, nos hemos hecho inmunes al café.
Así que nada, viendo que la repisa de mi ventana sólo albergaba dos tristes kiwis, no me vi con más opción que adecentarme el pelo y salir a comprar munición. O lo que es lo mismo: a por naranjas.
Así que, pin pan pun, un poco de agua, algo de espuma, el secador... ¡Dios, qué pelos!
Pero bueno, total, para ir sólo al Lupa... qué más da.
En estos casos, cuando te ves tan horrible, el instinto crítico latente en mi interior sale a la luz.
Que cómo va vestida aquella, que feo es aquel... en fin.
Y no hay lugar mejor para eso que el supermercado.
Así que nada, dos red bulls sin azúcar y cinco naranjas después, salimos a la calle.
Y allí, esperando al semáforo, estaba él.
Un abrigo verde caqui con capucha, un bolso de los beatles, las John Smith (¿o eran Conversse? ¿O eran de imitación –lo cual le habría dado más puntos- ?) los vaqueros rotos. Y yo mirándole, con una mano en la boca, y Judith dándome para que reaccionara.
Ay, que tonta, que tonta, que tonta, ¡y con estos pelos!
Me miro: con mi abrigo verde caqui, o marrón, o no sé de qué color indefinido es este mi abrigo, el bolso cuya larga correa hace que me golpee los muslos al caminar con chapitas de Muse, Franz Ferdinand y Siouxie, los vaqueros rotos y las Mustang marrones al estilo John Smith.
Ay, que tonta, que tonta, que tonta.
Me he enamorado platónicamente de alguien a quien jamás veré de nuevo.
Lo sé, Adriana, lo sé...
No sueñes.
No eres Amelie.
martes, 30 de enero de 2007
- GETHSEMANE (I ONLY WANT TO SAY) Lyrics
JESUS
I only want to say,
If there is a way,
Take this cup away from me
For I don't want to taste its poison.
Feel it burn me, I have changed.
I'm not as sure, as when we started.
Then, I was inspired. Now,
I'm sad and tired.
Listen, surely
I've exceeded expectations,
Tried for three years, seems like thirty.
Could you ask as much from any other man?
But if I die,
See the saga through and do the things you ask of me,
Let them hate me, hit me, hurt me, nail me to their tree.
I'd want to know, I'd want to know, My God,
I'd want to know, I'd want to know, My God,
Want to see, I'd want to see, My God,
Want to see, I'd want to see, My God,
Why I should die.
Would I be more noticed than I ever was before?
Would the things
I've said and done matter any more?
I'd have to know, I'd have to know, my Lord,
Have to know, I'd have to know, my Lord,
Have to see, I'd have to see, my Lord,
Have to see, I'd have to see, my Lord,
If I die what will be my reward?
If I die what will be my reward?
Have to know, I'd have to know, my Lord,
I'd have to know, I'd have to know, my Lord,
Why should I die? Oh why should I die?
Can you show me now that I would not be killed in vain?
Show me just a little of your omnipresent brain.
Show me there's a reason for your wanting me to die.
You're far to keen and where and how, but not so hot on why.
Alright, I'll die! Just watch me die! See how I die!
Then I was inspired. Now, I'm sad and tired.
After all, I've tried for three years, seems like ninety.
Why then am I scared to finish what I started,
What you started - I didn't start it.
God, thy will is hard, But you hold every card.
I will drink your cup of poison.
Nail me to your cross and break me, Bleed me, beat me, Kill me.
Take me, now!
Before I change my mind.
About A Girl
No entiendo cómo te gusta, ¡si eres atea!
^o) (Este es el equivalente a la carita que tanto pongo, y tanto os saca de quicio, cuando hablo por el messenger)
Me hizo gracia Sarita al preguntarme esto, mientras yo sentía como se erizaba el vello de mi nuca al ver y escuchar a Jesucristo en Getsemaní gritando: I want to know, I want to know, my lord...
:)
Why should I die?
No sé cómo pueden aguantarme la Sarita y la Yuyu Judith. A mí, ¡a la niña de las contradicciones! La que no es capaz de santiguarse cuando Carmela bendice la mesa, la que hace "playback" y sonrie escéptica cuando las demás rezan, la que hace recordar a Maruja que ella una vez fue estudiante de filosofía y no una monja casca rabias, la que os habla de los sueños, la que se empeña en poneros canciones de Mars Volta y Nirvana, o películas como Mi Vida Sin Mí. La que tiene cinco naranjas, cuatro kiwis y dos manzanas en la repisa de la ventana de su habitación...
La que discute con Sara cuando ésta dice que los hippies en Valladolid son como los borrokas en Euskadi. ¿Cómo era..? ¡Ah, sí!
"¡¡¡¡Adriana, me refiero a su forma de vestir!!!!" jajajaja
Joder, me están saliendo canas.
^o) (Este es el equivalente a la carita que tanto pongo, y tanto os saca de quicio, cuando hablo por el messenger)
Me hizo gracia Sarita al preguntarme esto, mientras yo sentía como se erizaba el vello de mi nuca al ver y escuchar a Jesucristo en Getsemaní gritando: I want to know, I want to know, my lord...
:)
Why should I die?
No sé cómo pueden aguantarme la Sarita y la Yuyu Judith. A mí, ¡a la niña de las contradicciones! La que no es capaz de santiguarse cuando Carmela bendice la mesa, la que hace "playback" y sonrie escéptica cuando las demás rezan, la que hace recordar a Maruja que ella una vez fue estudiante de filosofía y no una monja casca rabias, la que os habla de los sueños, la que se empeña en poneros canciones de Mars Volta y Nirvana, o películas como Mi Vida Sin Mí. La que tiene cinco naranjas, cuatro kiwis y dos manzanas en la repisa de la ventana de su habitación...
La que discute con Sara cuando ésta dice que los hippies en Valladolid son como los borrokas en Euskadi. ¿Cómo era..? ¡Ah, sí!
"¡¡¡¡Adriana, me refiero a su forma de vestir!!!!" jajajaja
Joder, me están saliendo canas.
lunes, 29 de enero de 2007
Paréntesis
Me gustan los lunes. Levantarme pronto, desayunar café, salir.
El abrigo, la bufanda, los guantes, la carpeta con las fotos de Mars Volta.
El frío que hiere mi cara y me hace temblar.
Me gusta pasar por mi facultad y ver el agua del estanque completamente helada. Me gusta cruzar el Esgueva y ver que los patos tampoco se quejan del frío.
Me gusta caminar. Ver a los niños que esperan con sus madres al autobús urbano. Con sus mochilas y la nariz colorada, de camino hacia el colegio.
Me gustan los débiles rayos del sol desgarrando a la niebla con suavidad. Me gusta.
Me gusta ir al Centro de Idiomas, donde cada día voy perdiendo más la timidez cuando toca hacer un ejercicio oral. Me gusta.
Me gusta sentir que todo va bien.
Me gusta. I like It.
Pero qué tonta estoy, ¿no? Ya me vale.
El abrigo, la bufanda, los guantes, la carpeta con las fotos de Mars Volta.
El frío que hiere mi cara y me hace temblar.
Me gusta pasar por mi facultad y ver el agua del estanque completamente helada. Me gusta cruzar el Esgueva y ver que los patos tampoco se quejan del frío.
Me gusta caminar. Ver a los niños que esperan con sus madres al autobús urbano. Con sus mochilas y la nariz colorada, de camino hacia el colegio.
Me gustan los débiles rayos del sol desgarrando a la niebla con suavidad. Me gusta.
Me gusta ir al Centro de Idiomas, donde cada día voy perdiendo más la timidez cuando toca hacer un ejercicio oral. Me gusta.
Me gusta sentir que todo va bien.
Me gusta. I like It.
Pero qué tonta estoy, ¿no? Ya me vale.
El universo es incierto, pero cognoscible.
Hola gentecilla valiente!!!
Sé que últimamente os tengo un poco abandonadillos, pero es que ando liadilla con los exámenes y los trabajos. Los que estéis estudiando sabréis bien a lo que me refiero cuando hablo de la relación ansiedad-febrero-ganas de matar.
Y ganas de matar tendréis aquellos que queráis saber como continúa Sin Título (aún)...
Tranquilos, os prometo que en cuanto se pase el agobio retomaré la costumbre.
Habéis podido comprobar que he incluido fotos en alguna entrada, y, que como suelo hacer, he compaginado la poesía automática que escribo bajo el influjo de la "hipnosis" en clase de lógica con mis pequeñas críticas a la vida moderna de esta residencia en la que resido.
¿No os ha ocurrido nunca? Conocer a alguien por esa vía y después descubrir que todo es mentira. Es decepcionante, pero no por ello traumático, ¿no? Después de todo no merece la pena entristecerse por algo que quizá nunca llegues a conocer. Y, vale, reconozco que me da muchísima rabia...
Cuando conoces a alguien por esta vía (messenger) una molesta incertidumbre ronda alrededor tuyo: ¿Estoy hablando con un ser humano o con un personaje de ficción?
Y cuando parece que ya empieza a materializarse, a ser un ser humano cognoscible, aparece un tercer personaje en la trama que evapora de nuevo al anterior.
Todo me resulta extraño, hasta el punto de pensar en si alguien pudiera ser así; capaz de modificar su mundo, crear el suyo propio a partir de un blog y vivir de acuerdo a los recuerdos que ha inventado.
Borrar toda tu vida, crear una nueva por escrito.
Un nuevo personaje, un papel.
Una función.
¿Puede llegar a ocurrir algo así?
Cuándo termina la ficción y comienza la realidad.
¿Hasta qué punto podemos confiar en aquellos que conocemos por internet?
No sé si habéis leído La Soledad Del Café.
Nístrim teme acabar metida en sí misma, encerrarse dentro de su propia historia, muriendo con el fin de la misma. Y me da pena que haya gente metida dentro de sus blogs.
Son humanos aquellos que tienen recuerdos, y hay quienes se deshumanizan recreando sus recuerdos.
Sé que últimamente os tengo un poco abandonadillos, pero es que ando liadilla con los exámenes y los trabajos. Los que estéis estudiando sabréis bien a lo que me refiero cuando hablo de la relación ansiedad-febrero-ganas de matar.
Y ganas de matar tendréis aquellos que queráis saber como continúa Sin Título (aún)...
Tranquilos, os prometo que en cuanto se pase el agobio retomaré la costumbre.
Habéis podido comprobar que he incluido fotos en alguna entrada, y, que como suelo hacer, he compaginado la poesía automática que escribo bajo el influjo de la "hipnosis" en clase de lógica con mis pequeñas críticas a la vida moderna de esta residencia en la que resido.
¿No os ha ocurrido nunca? Conocer a alguien por esa vía y después descubrir que todo es mentira. Es decepcionante, pero no por ello traumático, ¿no? Después de todo no merece la pena entristecerse por algo que quizá nunca llegues a conocer. Y, vale, reconozco que me da muchísima rabia...
Cuando conoces a alguien por esta vía (messenger) una molesta incertidumbre ronda alrededor tuyo: ¿Estoy hablando con un ser humano o con un personaje de ficción?
Y cuando parece que ya empieza a materializarse, a ser un ser humano cognoscible, aparece un tercer personaje en la trama que evapora de nuevo al anterior.
Todo me resulta extraño, hasta el punto de pensar en si alguien pudiera ser así; capaz de modificar su mundo, crear el suyo propio a partir de un blog y vivir de acuerdo a los recuerdos que ha inventado.
Borrar toda tu vida, crear una nueva por escrito.
Un nuevo personaje, un papel.
Una función.
¿Puede llegar a ocurrir algo así?
Cuándo termina la ficción y comienza la realidad.
¿Hasta qué punto podemos confiar en aquellos que conocemos por internet?
No sé si habéis leído La Soledad Del Café.
Nístrim teme acabar metida en sí misma, encerrarse dentro de su propia historia, muriendo con el fin de la misma. Y me da pena que haya gente metida dentro de sus blogs.
Son humanos aquellos que tienen recuerdos, y hay quienes se deshumanizan recreando sus recuerdos.
domingo, 28 de enero de 2007
parabólicas
La vida,
sin más.
Piensas y respondes, ¡ja!
Para qué escribir
t
e
x
t
o
s
que puede que no vayan
a ninguna parte.
Para
qué, para
qué
para qué
seguir aquí,
así,
no sé,
que aguanto y no sé,
porqué,
así,
que va.
sin más.
Piensas y respondes, ¡ja!
Para qué escribir
t
e
x
t
o
s
que puede que no vayan
a ninguna parte.
Para
qué, para
qué
para qué
seguir aquí,
así,
no sé,
que aguanto y no sé,
porqué,
así,
que va.
Dímelo tú.
Dame una razón.
Para continuar.
Para cambiar.
Dímelo tú, por qué
me empeño
en seguir
siendo
así.
Maldita
piscis
El día que no pasé hambre
Llevo el día con un café, un cigarrillo y una mandarina. Y un té verde.
Creo que estoy empezando a acostumbrarme.
Creo que ya no tengo hambre.
Creo que algún día llegaré a ser bonita,
entonces ya no se reirán de mí.
No, no se reirán de mí.
No, no se reirán de mí.
Y podré hacer lo que quiera, podré
sentir lo que antes nadie sentía
por mí.
Podré volar, podré sonreír, podré
vivir.
Algún día podré reírme yo,
algún día
podré ser
una chica más;
sin complicaciones
Creo que estoy empezando a acostumbrarme.
Creo que ya no tengo hambre.
Creo que algún día llegaré a ser bonita,
entonces ya no se reirán de mí.
No, no se reirán de mí.
No, no se reirán de mí.
Y podré hacer lo que quiera, podré
sentir lo que antes nadie sentía
por mí.
Podré volar, podré sonreír, podré
vivir.
Algún día podré reírme yo,
algún día
podré ser
una chica más;
sin complicaciones
OKUPAR ES COMPARTIR
Solucionado ya el problema de la conexión, nos encontramos con que en la residencia aún hay gente incapaz de comprender el significado de la palabra “convivencia” y las pautas que deben seguirse para que ésta resulte exitosa y satisfactoria para todas y cada una de las chicas que habitamos en esta Residencia.
Bueno, voy a empezar por lo que me resulta más cercano: la salita de estudio del cuarto piso. ¿Por qué cada noche, cuando a ella acudes para estudiar, te encuentras con que está vacía pero montones de libros y apuntes están colocados sobre la mesa? Muy sencillo: porque dentro de las leyes no escritas de la residencia, queda establecido que el sitio ocupado por apuntes o libros pertenece única y exclusivamente a la propietaria de los mismos. En estos casos la solución es muy sencilla: apartar los tochos y okupar el lugar que te plazca. Una vez el sueño se apodere de ti, recoges tus apuntes, en su lugar recolocas los de la compañera fantasma y así quedamos todos así de contentos. ¿Por qué? Pues porque yo lo valgo. Que no está el horno para bollos ni para enfadarse por chorradas como esas. Si tanta excitación les provoca tener asegurada una porción de mesa, ¿por qué quitarles la ilusión de encontrar sus apuntes esperándolas con devoción a la mañana siguiente?
Después de pasar la noche estudiando, el sonido del móvil te despierta. Son las nueve, y el desayuno termina a las nueve y media. Así que te vistes en cinco minutos y bajas a desayunar. La sorpresa que te llevas es muy gratificante: Hay dos bandejas; una con migas y otra con pan hueco. Las migas pertenecen a unos deliciosos donuts de chocolate que tus queridas compañeras madrugadoras han devorado con fruición antes de ir a la salita y ser recibidas por sus parcelas y apuntes con los brazos abiertos. Es gracioso este hecho, ya que queda media hora para que termine el desayuno, pero tú no tienes tu maldito donuts (con el que estuviste soñando toda la noche) a pesar de que las monjas hayan comprado exactamente noventa, para que cada una tuviera su delicioso bollito de chocolate. Así que no hay otra alternativa: tus queridas compañeras se han comido tu desayuno. Y desayunas café acompañado de un cachín de pan con mermelada de fresa, lo cual no sería tan triste sino fuera porque te has pasado la semana desayunando café solo y esperando al fin de semana para darte un caprichito.
Es domingo, así que hoy el catering libra, así que no hay comida (es cuestión de lógica). Afortunadamente, fuiste precavida, y ayer compraste unas bandejitas de queso fresco. Vas al tercer piso, en donde se encuentra la cocina, y abres el frigorífico con la esperanza de encontrar tu comida sana y salva. Empiezas a apartar cosas, pero el queso fresco no está. Bolsas y más bolsas, botes con comida... ¿dónde coño están las tarrinas de queso? Temiéndote lo peor, empiezas a sacar toda la comida del frigorífico y la pones sobre la mesa. Todas las chicas te miran. Unas comen, otras están haciendo la comida. ¡Ruines! ¡Han robado tu comida!
Así que hoy te toca comer una manzana (menos mal que se te ocurrió guardar la fruta en tu habitación).
Debo decir que esto es una recopilación de hechos (a mí sólo me ocurre lo de los apuntes. Todos los días).
Si es que andamos todas estresadas con los exámenes y de vez en cuando nos visita la ansiedad, pero de ahí a robar la comida de las demás me parece excesivo. Venga chicas, ánimo, que vamos a aprobar todo, ya veréis.
Uy, que hortera me ha quedado esto...
Bueno, eso, que como dijo Carmela: Robar está mal, pero si estáis ENFERMAS (locas, bulímicas, cleptómanas...) sólo tenéis que decirlo. Estamos para eso, ¿no?Vamos, que dentro de la convivencia también se incluye el ayudarnos las unas a las otras.
Bueno, voy a empezar por lo que me resulta más cercano: la salita de estudio del cuarto piso. ¿Por qué cada noche, cuando a ella acudes para estudiar, te encuentras con que está vacía pero montones de libros y apuntes están colocados sobre la mesa? Muy sencillo: porque dentro de las leyes no escritas de la residencia, queda establecido que el sitio ocupado por apuntes o libros pertenece única y exclusivamente a la propietaria de los mismos. En estos casos la solución es muy sencilla: apartar los tochos y okupar el lugar que te plazca. Una vez el sueño se apodere de ti, recoges tus apuntes, en su lugar recolocas los de la compañera fantasma y así quedamos todos así de contentos. ¿Por qué? Pues porque yo lo valgo. Que no está el horno para bollos ni para enfadarse por chorradas como esas. Si tanta excitación les provoca tener asegurada una porción de mesa, ¿por qué quitarles la ilusión de encontrar sus apuntes esperándolas con devoción a la mañana siguiente?
Después de pasar la noche estudiando, el sonido del móvil te despierta. Son las nueve, y el desayuno termina a las nueve y media. Así que te vistes en cinco minutos y bajas a desayunar. La sorpresa que te llevas es muy gratificante: Hay dos bandejas; una con migas y otra con pan hueco. Las migas pertenecen a unos deliciosos donuts de chocolate que tus queridas compañeras madrugadoras han devorado con fruición antes de ir a la salita y ser recibidas por sus parcelas y apuntes con los brazos abiertos. Es gracioso este hecho, ya que queda media hora para que termine el desayuno, pero tú no tienes tu maldito donuts (con el que estuviste soñando toda la noche) a pesar de que las monjas hayan comprado exactamente noventa, para que cada una tuviera su delicioso bollito de chocolate. Así que no hay otra alternativa: tus queridas compañeras se han comido tu desayuno. Y desayunas café acompañado de un cachín de pan con mermelada de fresa, lo cual no sería tan triste sino fuera porque te has pasado la semana desayunando café solo y esperando al fin de semana para darte un caprichito.
Es domingo, así que hoy el catering libra, así que no hay comida (es cuestión de lógica). Afortunadamente, fuiste precavida, y ayer compraste unas bandejitas de queso fresco. Vas al tercer piso, en donde se encuentra la cocina, y abres el frigorífico con la esperanza de encontrar tu comida sana y salva. Empiezas a apartar cosas, pero el queso fresco no está. Bolsas y más bolsas, botes con comida... ¿dónde coño están las tarrinas de queso? Temiéndote lo peor, empiezas a sacar toda la comida del frigorífico y la pones sobre la mesa. Todas las chicas te miran. Unas comen, otras están haciendo la comida. ¡Ruines! ¡Han robado tu comida!
Así que hoy te toca comer una manzana (menos mal que se te ocurrió guardar la fruta en tu habitación).
Debo decir que esto es una recopilación de hechos (a mí sólo me ocurre lo de los apuntes. Todos los días).
Si es que andamos todas estresadas con los exámenes y de vez en cuando nos visita la ansiedad, pero de ahí a robar la comida de las demás me parece excesivo. Venga chicas, ánimo, que vamos a aprobar todo, ya veréis.
Uy, que hortera me ha quedado esto...
Bueno, eso, que como dijo Carmela: Robar está mal, pero si estáis ENFERMAS (locas, bulímicas, cleptómanas...) sólo tenéis que decirlo. Estamos para eso, ¿no?Vamos, que dentro de la convivencia también se incluye el ayudarnos las unas a las otras.
sábado, 27 de enero de 2007
La ciencia me importa poco.
¿Si no sé dónde estoy?
Y sentir
Es percibir
¿Qué percibo?
Y nunca fue más allá
de que lo fue.
Nunca lloré si es
por ver lo
que se llora
Como
ahora,
como nunca.
Nunca fui y
nunca estuve,
por lo que nunca
vi y
nunca...
Mirar, ser, y estar
o parecer, todo
tiene que
ver si manchas
una cosa
con el
negro
de la
muerte
¿qué?
Pues nada,
nada y todo.
Todo viene
y se pierde.
Si ser es
estar y
estar es sentir.
Nunca pensé,
por tanto, no
deduje
lo que trascendía
a lo que vi.
¿Qué es
cultura?
Y si no puedo
ver
más allá de
lo que las cosas dicen,
temo
verme
fuera,
verme simple,
como antes.
Pues nada,
nada y todo.
Todo viene
y se pierde.
Y sentir
Es percibir
¿Qué percibo?
Y nunca fue más allá
de que lo fue.
Nunca lloré si es
por ver lo
que se llora
Como
ahora,
como nunca.
Nunca fui y
nunca estuve,
por lo que nunca
vi y
nunca...
Mirar, ser, y estar
o parecer, todo
tiene que
ver si manchas
una cosa
con el
negro
de la
muerte
¿qué?
Pues nada,
nada y todo.
Todo viene
y se pierde.
Si ser es
estar y
estar es sentir.
Nunca pensé,
por tanto, no
deduje
lo que trascendía
a lo que vi.
¿Qué es
cultura?
Y si no puedo
ver
más allá de
lo que las cosas dicen,
temo
verme
fuera,
verme simple,
como antes.
Pues nada,
nada y todo.
Todo viene
y se pierde.
A veces me pregunto qué coño hago aquí.
He aprendido a calmarme cuando las cosas están en mi contra
. He aprendido a ser una persona tranquila, ya no quiero exasperarme por tonterías que quieren sacarme de quicio. Mira, ahora no tengo internet, y escribo sin la necesidad de publicarlo: como hacía antes.
Ahora vuelvo a leer las columnas de Rosa Montero y Javier Marías en el País Semanal, y no me siento mal aunque a las nueve en punto varias de mis compañeras de residencia bajen a ver el telediario de Antena 3.
Anoche fui a la sala de estudio de mi piso para repasar el temario de historia de la ciencia mientras mi compañera de habitación chateaba en el messenger con sus amigas. ¿Hola, qué tal lo lleváis? Pregunto, sonriendo, a dos chicas que estudian medicina.
Bueno... J
Me siento tranquilamente, saco mis apuntes y comienzo a tomar notas y subrayar. Y a leer, porque nunca me ha gustado aprenderme las cosas de memoria. Me gusta leer mis apuntes, contrastar información y sacar mis propias conclusiones.
¿Y tú qué tal lo llevas? Me pregunta después de un ratito una de las chicas de medicina. Bueno, creo que bien. No me quejo, la verdad, yo no tengo que estudiar tanto como vosotras. Le respondo, amablemente. Ellas están rodeadas de libros, de apuntes, de rotuladores fluorescentes, el ordenador portátil, y de vez en cuando suspiran con resignación. Deben llevar al menos dos horas ahí sentadas.
¿Pero qué hacéis en filosofía? Es que no dejo de preguntarme qué estudiáis ahí. Me dice la otra.
Exámenes tengo pocos, pero tengo que hacer muchos trabajos escritos. En mi carrera nos preocupamos por la política, la globalización, la ciencia, la lógica de la retórica. Somos estudiantes del conocimiento y nos hacemos preguntas de todas las ciencias. Cultura general. Un poco de todo...
“Dónde la física termina, no acaba el problema” dijo Ortega y Gasset. La filosofía sirve para preguntarse para qué sirven las cosas.
Soy consciente de que esta residencia me ven como una universitaria de segunda. Me verán como una pringada. Pero no, no me tiene que afectar. Esta residencia es como Baños de río Tobía. Que mal llevaban los de aquel pueblo que les llevara la contraria. Que mal se lo tomaban todo. Que difícil es ser diferente dentro un círculo humano.
Pero me gustaría que ellas se definieran a sí mismas. Uno no sabe quién es hasta que se le pide que se defina. Encontrar nuestra identidad personal buscando aquello que nos diferencia de quien tenemos al lado. Como cuando vas quitando las capas de una cebolla, al final te quedas con nada. Desapareces.
¿Ves qué cosas estudio en mi carrera? J
Aprendes a sobrellevar la tristeza. Aprendes que todo lo que vives puede que en realidad no exista. Están locos los filósofos, ¿verdad, amiga estudiante de medicina? Acabaré como Alejandra Pizarnik o Sylvia Plath. ¿Sabes lo que hizo Sylvia? La mañana del 11 de febrero de 1963, después de preparar el desayuno a sus hijos, abrió la llave del gas. Se suicidó, como Alejandra Pizarnik y Ann Sexton. J
No, no creo que termine suicidándome por estudiar filosofía. En cualquier caso me licenciaré, y en caso de aprobar las oposiciones, conseguiré un trabajo fijo como profesora en un centro de educación secundaria. Quién sabe...
Ahora vuelvo a leer las columnas de Rosa Montero y Javier Marías en el País Semanal, y no me siento mal aunque a las nueve en punto varias de mis compañeras de residencia bajen a ver el telediario de Antena 3.
Anoche fui a la sala de estudio de mi piso para repasar el temario de historia de la ciencia mientras mi compañera de habitación chateaba en el messenger con sus amigas. ¿Hola, qué tal lo lleváis? Pregunto, sonriendo, a dos chicas que estudian medicina.
Bueno... J
Me siento tranquilamente, saco mis apuntes y comienzo a tomar notas y subrayar. Y a leer, porque nunca me ha gustado aprenderme las cosas de memoria. Me gusta leer mis apuntes, contrastar información y sacar mis propias conclusiones.
¿Y tú qué tal lo llevas? Me pregunta después de un ratito una de las chicas de medicina. Bueno, creo que bien. No me quejo, la verdad, yo no tengo que estudiar tanto como vosotras. Le respondo, amablemente. Ellas están rodeadas de libros, de apuntes, de rotuladores fluorescentes, el ordenador portátil, y de vez en cuando suspiran con resignación. Deben llevar al menos dos horas ahí sentadas.
¿Pero qué hacéis en filosofía? Es que no dejo de preguntarme qué estudiáis ahí. Me dice la otra.
Exámenes tengo pocos, pero tengo que hacer muchos trabajos escritos. En mi carrera nos preocupamos por la política, la globalización, la ciencia, la lógica de la retórica. Somos estudiantes del conocimiento y nos hacemos preguntas de todas las ciencias. Cultura general. Un poco de todo...
“Dónde la física termina, no acaba el problema” dijo Ortega y Gasset. La filosofía sirve para preguntarse para qué sirven las cosas.
Soy consciente de que esta residencia me ven como una universitaria de segunda. Me verán como una pringada. Pero no, no me tiene que afectar. Esta residencia es como Baños de río Tobía. Que mal llevaban los de aquel pueblo que les llevara la contraria. Que mal se lo tomaban todo. Que difícil es ser diferente dentro un círculo humano.
Pero me gustaría que ellas se definieran a sí mismas. Uno no sabe quién es hasta que se le pide que se defina. Encontrar nuestra identidad personal buscando aquello que nos diferencia de quien tenemos al lado. Como cuando vas quitando las capas de una cebolla, al final te quedas con nada. Desapareces.
¿Ves qué cosas estudio en mi carrera? J
Aprendes a sobrellevar la tristeza. Aprendes que todo lo que vives puede que en realidad no exista. Están locos los filósofos, ¿verdad, amiga estudiante de medicina? Acabaré como Alejandra Pizarnik o Sylvia Plath. ¿Sabes lo que hizo Sylvia? La mañana del 11 de febrero de 1963, después de preparar el desayuno a sus hijos, abrió la llave del gas. Se suicidó, como Alejandra Pizarnik y Ann Sexton. J
No, no creo que termine suicidándome por estudiar filosofía. En cualquier caso me licenciaré, y en caso de aprobar las oposiciones, conseguiré un trabajo fijo como profesora en un centro de educación secundaria. Quién sabe...
Joder, joder, joder jajajajajaj
Falsa alarma: He vuelto a conectar el cable por curiosidad y me he encontrado con que vuelvo a tener conexión.
Bueno, pues hola otra vez.
Venga, que me piro a estudiar, que ya veis que estoy desvariando.
:)
Bueno, pues hola otra vez.
Venga, que me piro a estudiar, que ya veis que estoy desvariando.
:)
Las monjas y las estudiantes de teleco contra Adriana :) Y ESTOY ASÍ DE BIEN!!!!!
Hoy había una comida asquerosa: coliflor con bechamel de primero, y de segundo unos filetes de una pinta horrible. No he podido adivinar de qué eran, sólo que eran muy finos y estaban acompañados de una repulsiva salsa color teja y unas patatas fritas en forma de cubo. Dado que no había comido primer plato, me he servido un filete. Pero tal ha sido el asco que he sentido, al notar el filete frío, que he tenido que dejar de comer. Me he servido cuatro patatas fritas y he esperado a que llegara el plato con el postre para comerme una mandarina.
He subido a la habitación y me he tomado una tacita de té verde.
Hay cosas que odio, como todo el mundo, pero hay sólo una que no puedo tolerar. Que me traten como si fuera tonta.
Ayer, después de ver Marie Antoniette con Sara y Judith en la habitación de la segunda, Mónica (mi compañera de habitación) me dice que ha estado Estela para preguntarle si me estaba bajando algo.
Estela lleva en esta residencia unos cuantos años, y ya está terminando la carrera de telecomunicaciones. El hecho de que sea veteranísima y que esté estudiando tal carrera, la hace digna de tener bajo su control EL PROGRAMA.
El Programa es un programa informático, por llamarlo de una manera, que controla el uso que hace de internet cada chica de la residencia. Es un programa muy simpático, ya que, al parecer, dice lo que le da la gana.
Es muy gracioso, EL PROGRAMA DIVINO, porque juega conmigo.
¿Recuerdas, querido PROGRAMA, el día que me compré el portátil y lo subí a la habitación? Ay... que felicidad tenía yo, ¿te acuerdas? ¡Cómo no te vas a acordar, si dos días después afirmaste que me estaba “chupando el 50% del filtro de red de la residencia”! Ay... que simpático... Teniendo en cuenta que, por aquel entonces, ni siquiera tenía el Office para escribir. ¿Te acuerdas? Apenas podía hacer nada con el ordenador, porque curiosamente me lo acaba de comprar, pero según tú yo le estaba dando un mal uso y perjudicaba a las demás. J
¿Recuerdas entonces lo que ocurrió, querido PROGRAMA? Engañaste a Carmela, la manda más de la residencia, induciéndola a que me quitara la conexión, a que llamara al técnico y a que se diera un canto en los dientes (tanto ella como el “técnico”) al ver que, efectivamente, no tenía ni un solo programa de descarga.
Que broma tan graciosa, ¿verdad, querido PROGRAMA?
Supongo que también recordarás aquella mañana de diciembre, cuando Carmela me cogió por banda en el desayuno y me comentó:
- Hemos cambiado el sistema de control de internet. Ahora el PROGRAMA no lo tengo yo, lo tiene Estela, y anoche me comunicó que estabas acaparando un gran porcentaje del filtro descargándote cosas.
¿Recuerdas la gracia que me hizo, teniendo en cuenta que el día anterior a mí tampoco me funcionaba internet? Fue tan gracioso que, queriendo evitar un espectáculo como el de la vez anterior, acepté la reprimenda de la monja y me confesé culpable.
- Está bien. Esta vez no te he quitado la conexión, pero si hay una próxima vez, te la quitaré para siempre.
Y después me felicitaste el año nuevo, ¿recuerdas, querido PROGRAMA?
Yo acababa de llegar de clase y me conecté a internet... Bueno, lo intenté, porque no funcionaba. Enseguida Carmela me llamó echa un basilisco: Según tú, una vez más, me estaba descargando la vida por internet.
¡Menuda tontería, si no tengo programas de descarga, ni carpetas para compartir! ¡qué estupidez, si ni siquiera a mí me está funcionando internet!
Pero Carmela no entraba en razones, ¿y sabes por qué? Porque yo soy humana, y como ser humano sensible que soy puedo fallar, pero tú, adorado PROGRAMA INFORMÁTICO, no puedes fallar.
Y anoche llego a la habitación, después de ver Marie Antoniette con Sara y Judith, y vuelvo a ver que tú has querido reírte de mí. Le dijiste a Estela que me estaba bajando cosas. Ella bajó a la habitación y vio a mi pequeño portátil dormir plácidamente, luego, una vez más, aquella información no era cierta.
Cuatro veces, PROGRAMA, cuatro veces has querido reírte de mí. Cuatro veces me has tachado de CHUPA FILTROS.
Y esta vez, HIJO DE LA GRAN PUTA, te has salido con la tuya.
Este blog se acaba, amigos míos... Porque estas grandes CABRONAZAS me han quitado la conexión.
PUTAS MENTIROSAS!!!! GRRRRRRRRRRRRRRRR
Al año que viene, a piso y olé.
He subido a la habitación y me he tomado una tacita de té verde.
Hay cosas que odio, como todo el mundo, pero hay sólo una que no puedo tolerar. Que me traten como si fuera tonta.
Ayer, después de ver Marie Antoniette con Sara y Judith en la habitación de la segunda, Mónica (mi compañera de habitación) me dice que ha estado Estela para preguntarle si me estaba bajando algo.
Estela lleva en esta residencia unos cuantos años, y ya está terminando la carrera de telecomunicaciones. El hecho de que sea veteranísima y que esté estudiando tal carrera, la hace digna de tener bajo su control EL PROGRAMA.
El Programa es un programa informático, por llamarlo de una manera, que controla el uso que hace de internet cada chica de la residencia. Es un programa muy simpático, ya que, al parecer, dice lo que le da la gana.
Es muy gracioso, EL PROGRAMA DIVINO, porque juega conmigo.
¿Recuerdas, querido PROGRAMA, el día que me compré el portátil y lo subí a la habitación? Ay... que felicidad tenía yo, ¿te acuerdas? ¡Cómo no te vas a acordar, si dos días después afirmaste que me estaba “chupando el 50% del filtro de red de la residencia”! Ay... que simpático... Teniendo en cuenta que, por aquel entonces, ni siquiera tenía el Office para escribir. ¿Te acuerdas? Apenas podía hacer nada con el ordenador, porque curiosamente me lo acaba de comprar, pero según tú yo le estaba dando un mal uso y perjudicaba a las demás. J
¿Recuerdas entonces lo que ocurrió, querido PROGRAMA? Engañaste a Carmela, la manda más de la residencia, induciéndola a que me quitara la conexión, a que llamara al técnico y a que se diera un canto en los dientes (tanto ella como el “técnico”) al ver que, efectivamente, no tenía ni un solo programa de descarga.
Que broma tan graciosa, ¿verdad, querido PROGRAMA?
Supongo que también recordarás aquella mañana de diciembre, cuando Carmela me cogió por banda en el desayuno y me comentó:
- Hemos cambiado el sistema de control de internet. Ahora el PROGRAMA no lo tengo yo, lo tiene Estela, y anoche me comunicó que estabas acaparando un gran porcentaje del filtro descargándote cosas.
¿Recuerdas la gracia que me hizo, teniendo en cuenta que el día anterior a mí tampoco me funcionaba internet? Fue tan gracioso que, queriendo evitar un espectáculo como el de la vez anterior, acepté la reprimenda de la monja y me confesé culpable.
- Está bien. Esta vez no te he quitado la conexión, pero si hay una próxima vez, te la quitaré para siempre.
Y después me felicitaste el año nuevo, ¿recuerdas, querido PROGRAMA?
Yo acababa de llegar de clase y me conecté a internet... Bueno, lo intenté, porque no funcionaba. Enseguida Carmela me llamó echa un basilisco: Según tú, una vez más, me estaba descargando la vida por internet.
¡Menuda tontería, si no tengo programas de descarga, ni carpetas para compartir! ¡qué estupidez, si ni siquiera a mí me está funcionando internet!
Pero Carmela no entraba en razones, ¿y sabes por qué? Porque yo soy humana, y como ser humano sensible que soy puedo fallar, pero tú, adorado PROGRAMA INFORMÁTICO, no puedes fallar.
Y anoche llego a la habitación, después de ver Marie Antoniette con Sara y Judith, y vuelvo a ver que tú has querido reírte de mí. Le dijiste a Estela que me estaba bajando cosas. Ella bajó a la habitación y vio a mi pequeño portátil dormir plácidamente, luego, una vez más, aquella información no era cierta.
Cuatro veces, PROGRAMA, cuatro veces has querido reírte de mí. Cuatro veces me has tachado de CHUPA FILTROS.
Y esta vez, HIJO DE LA GRAN PUTA, te has salido con la tuya.
Este blog se acaba, amigos míos... Porque estas grandes CABRONAZAS me han quitado la conexión.
PUTAS MENTIROSAS!!!! GRRRRRRRRRRRRRRRR
Al año que viene, a piso y olé.
Y si me queréis poner nerviosa, yo me siento más tranquila. Y si queréis odiarme, muchas gracias: yo cada día me quiero más gracia a vosotros
Pistolas sueltas continúan levantando muros allende los mares del norte. Siento colores dentro de las nubes, pidiendo grises puntos a gritos, queriendo un poco de nostalgia. Ya nada queda las olas de calor, ni de las mareas trastornadas por los caprichos de la Luna. Fructíferas llanuras de sequía permanente.
Quién tiene miedo ahora?
¿Serás tú quien venga en mi busca cuando me vea perdida en la oscuridad de la noche?
¿Serás tú quien quiera ayudarme, quien quiera socorrerme?. No me mires más, no me recuerdes, no quiero estar dentro de tu imaginación, no quiero que me tengas en ningún sentido de la palabra. No quiero permanecer en tu mundo.
Las palabras fueros avispas y las calles como dunas cuando aún te espero llegar.
Eternidad de la ausencia.
Me he dado cuenta de que sólo sé estudiar por las noches
De promesas a olvidar.
Todo arde si le aplicas la chispa adecuada.
Con la chispa adecuada.
Joder, que locura. Veo a todas estudiar como locas y yo aquí, pasando el rato.
A ver si llamo a Letty. Bueno, mejor no. La llamaré cuando termine el cuatrimestre.
Es el opio la flor de la pereza................................................................................................del universo.
Jajajajajajajjaja. Estoy tan tranquila, que todo me da completamente igual. Me siento súper feliz.
Ya no me importa nada. Nada, nada, nada, nada, nada, nada, nada.
Me da igual, las que sufren son ellas, ¿yo? Yo estoy más feliz que una perdiz.
Bajo el efecto de la dormidera y el peso de mis pestañas. Las cosas más triviales se vuelven fundamentales, eliminando los moldes de paz.
Como se agita el viento sin alimento. Escucha mi canto abierto de par en par.
Ayer estuve viendo Nosferatu, la de Murnau. Ay, que cosita más mona. Pero claro, infectada como estoy de esta sociedad en la que me ha tocado vivir, no fui capaz de asimilar la banda sonora de la película. ¿Y qué hice? Quitar el volumen y poner, en su lugar, canciones de Marilyn Manson y Mars Volta. En serio, una obra de arte.
Es que menuda estoy hecha, aquí viendo películas de los años veinte. Que si Metrópolis (película que pondré a mis alumnos si algún día llego a ser profesora de filosofía)
Vaya, se me ha olvidado qué quería escribir.
Joder, normal, me he pasado media hora intentando configurar la conexión de internet para conectarme por una red inalámbrica.
Es lo que tiene, cuando no tienes ni puta idea de ordenadores y se te ocurre jugar a ser un hacker profesional. Pero que de chorradas estoy diciendo. Bueno, que os voy a abandonar.
Y os abandono de verdad...
porque las PUTAS MONJAS y otras camicaces suyas infiltradas en la residencia me han quitado la conexión.
Todo mentiras amigos, todos mentiras.
Si llego a saber que me iban a hacer esto les hubiera dado razones para ello: me hubiera descargado toda la filmografía de Nacho Vidal.
:)
un beso
Quién tiene miedo ahora?
¿Serás tú quien venga en mi busca cuando me vea perdida en la oscuridad de la noche?
¿Serás tú quien quiera ayudarme, quien quiera socorrerme?. No me mires más, no me recuerdes, no quiero estar dentro de tu imaginación, no quiero que me tengas en ningún sentido de la palabra. No quiero permanecer en tu mundo.
Las palabras fueros avispas y las calles como dunas cuando aún te espero llegar.
Eternidad de la ausencia.
Me he dado cuenta de que sólo sé estudiar por las noches
De promesas a olvidar.
Todo arde si le aplicas la chispa adecuada.
Con la chispa adecuada.
Joder, que locura. Veo a todas estudiar como locas y yo aquí, pasando el rato.
A ver si llamo a Letty. Bueno, mejor no. La llamaré cuando termine el cuatrimestre.
Es el opio la flor de la pereza................................................................................................del universo.
Jajajajajajajjaja. Estoy tan tranquila, que todo me da completamente igual. Me siento súper feliz.
Ya no me importa nada. Nada, nada, nada, nada, nada, nada, nada.
Me da igual, las que sufren son ellas, ¿yo? Yo estoy más feliz que una perdiz.
Bajo el efecto de la dormidera y el peso de mis pestañas. Las cosas más triviales se vuelven fundamentales, eliminando los moldes de paz.
Como se agita el viento sin alimento. Escucha mi canto abierto de par en par.
Ayer estuve viendo Nosferatu, la de Murnau. Ay, que cosita más mona. Pero claro, infectada como estoy de esta sociedad en la que me ha tocado vivir, no fui capaz de asimilar la banda sonora de la película. ¿Y qué hice? Quitar el volumen y poner, en su lugar, canciones de Marilyn Manson y Mars Volta. En serio, una obra de arte.
Es que menuda estoy hecha, aquí viendo películas de los años veinte. Que si Metrópolis (película que pondré a mis alumnos si algún día llego a ser profesora de filosofía)
Vaya, se me ha olvidado qué quería escribir.
Joder, normal, me he pasado media hora intentando configurar la conexión de internet para conectarme por una red inalámbrica.
Es lo que tiene, cuando no tienes ni puta idea de ordenadores y se te ocurre jugar a ser un hacker profesional. Pero que de chorradas estoy diciendo. Bueno, que os voy a abandonar.
Y os abandono de verdad...
porque las PUTAS MONJAS y otras camicaces suyas infiltradas en la residencia me han quitado la conexión.
Todo mentiras amigos, todos mentiras.
Si llego a saber que me iban a hacer esto les hubiera dado razones para ello: me hubiera descargado toda la filmografía de Nacho Vidal.
:)
un beso
martes, 23 de enero de 2007
ARCO
a Marta, con todo mi corazón:
Me levanto, con una mochilita con cosas para pasar la noche en Madrid.
Cojo el autobús urbano que me lleve a la estación de tren. 1 euro.
Cojo el tren que me lleva a Madrid. 14.70 euros.
Llego a Madrid e, intentando no extraviarme, logro coger un autobús que me lleve a Ifema. 1 euro.
Llego a Arco, suponiendo que no me haya perdido, y pago la entrada. 30 euros (suponiendo que haya entradas) Sigo con la mochilita.
Os busco. Con la mochilita
Os encuentro, otra suposición. con la mochilita
Vemos ARCO, pin pan pun. con la mochilita
Llegamos al hotel. Pagar noche de hotel, suponiendo que haya habitaciones libres. ¿?
con la mochilita
O colarme en tu habitación, suponiendo que no me pillen y me manden a la puta calle.
con la mochilita
Pasar la noche en hotel o en la calle... con la mochilita
Despertar, suponiendo que haya pasado la noche en algún sitio.con la mochilita
Coger urbano o metro que me lleve a la estación.con la mochilita
Coger tren. 14,70 euros.con la mochilita
Llegar a Valladolid.con la mochilita
Coger Urbano. 1 euro con la mochilita
imposible.con la mochilita
¡¡¡QUIERO IR A ARCO!!! ¡¡QUIERO IR A MADRID!!!
Me levanto, con una mochilita con cosas para pasar la noche en Madrid.
Cojo el autobús urbano que me lleve a la estación de tren. 1 euro.
Cojo el tren que me lleva a Madrid. 14.70 euros.
Llego a Madrid e, intentando no extraviarme, logro coger un autobús que me lleve a Ifema. 1 euro.
Llego a Arco, suponiendo que no me haya perdido, y pago la entrada. 30 euros (suponiendo que haya entradas) Sigo con la mochilita.
Os busco. Con la mochilita
Os encuentro, otra suposición. con la mochilita
Vemos ARCO, pin pan pun. con la mochilita
Llegamos al hotel. Pagar noche de hotel, suponiendo que haya habitaciones libres. ¿?
con la mochilita
O colarme en tu habitación, suponiendo que no me pillen y me manden a la puta calle.
con la mochilita
Pasar la noche en hotel o en la calle... con la mochilita
Despertar, suponiendo que haya pasado la noche en algún sitio.con la mochilita
Coger urbano o metro que me lleve a la estación.con la mochilita
Coger tren. 14,70 euros.con la mochilita
Llegar a Valladolid.con la mochilita
Coger Urbano. 1 euro con la mochilita
imposible.con la mochilita
¡¡¡QUIERO IR A ARCO!!! ¡¡QUIERO IR A MADRID!!!
Desontologizar la identidad
Causante
del miedo
viene corriendo,
me coge de repente
y yo
pienso, rápido,
qué pasa,
no sé, pero tampoco
creo que me vaya
a interesar.
Sólo quiero tu aliento
en mi nuca.
del miedo
viene corriendo,
me coge de repente
y yo
pienso, rápido,
qué pasa,
no sé, pero tampoco
creo que me vaya
a interesar.
Sólo quiero tu aliento
en mi nuca.
Insectos
lloré,
corrí, sentí,
me perdí en medio
de una locotomía de paroximos sin remedio.
...
No vuelvas
a contradecir
aquello
que digo.
Porque no...
No puedo
respirar.
corrí, sentí,
me perdí en medio
de una locotomía de paroximos sin remedio.
...
No vuelvas
a contradecir
aquello
que digo.
Porque no...
No puedo
respirar.
lunes, 22 de enero de 2007
Está nevando
Está nevando.
¿Qué tendrá la nieve?
Me encanta esta sensación, “La Chica De Ipanema” de Najwa Nimri, y frente a mí la ventana. Las persianas subidas, las cortinas corridas, y los copos de nieve tiñendo de blanco el tejado del edificio de enfrente.
Una extraña sensación de satisfacción y tranquilidad se apodera de mí y yo no me lo puedo creer.
He decidido aparcar el café y empezar a tomar té verde... Demasiados nervios absurdos.
Esta mañana tenía la alarma de mi móvil activada para que me despertara a las siete y media, ya que había quedado con Sara en ir a buscarla a las ocho para bajar a desayunar. Solemos quedar a las ocho y cuarto, pero como ella hoy ha tenido un examen a primera hora, decidimos salir antes. Sin embargo, inconscientemente, apagué el móvil cuando intentó despertarme. Al rato, terminó de despertarme el teléfono de la habitación. Estaba tan sumamente dormida que, en lugar de despertarme, agarré mi teléfono móvil y flipé al ver que eran las ocho y siete minutos. ¡Hostias, Sara!
Me levanté, tiré no recuerdo el qué, descolgué el teléfono y no obtuve respuesta. Así que nada, me arreglé, me preparé un café solo y a las nueve menos veinte salí de la residencia. No comprendo cómo no desperté a Mónica.
Ey, pitxurri, sorry; me he despertado a las 8:07h con el sonido del teléfono. Espero que saques un pedazo de diez, te quiero mucho.
Como cada lunes, de nueve a once de la mañana, clase de inglés en el Centro de Idiomas.
Esta mañana llovía a cántaros, pero como para no despertar a Mónica no subí las persianas ni encendí la luz, me puse unos vaqueros cuyos bajos arrastro por el suelo. Maldita sea, llegué al Centro de Idiomas con el pelo chorreando y los vaqueros mojados hasta las rodillas... y del vuelta a la residencia, más de lo mismo.
Un día completo, sí señor.
Jajaja, vale, si he ido a la habitación y estabas en el baño!El examen bien! Un besito.
Llego a la habitación, me cambio (unos piratas y unas botas), hago la cama, y voy a buscar a Judith para ir a comprar manzanas y naranjas (cena de la semana) e imprimir los apuntes de historia de la ciencia recién pasados a limpio.
¡Ay, que alivio! Unos apuntes sin dibujitos y sin esa letra tan pésima que compone mis apuntes... Ahora sí puedo ponerme a estudiar en serio esa asignatura. El único examen que tendré en febrero.
Para comer: Ensalada de pasta. ¿Segundo plato? ¡Anda ya! Yo de eso no uso... J
Carmela está de mala ostia (¿Será por la grave salud de su madre?)
No sé, pero está insoportable, irritablemente hiper susceptible.
“Esta noche no se escapa ninguna. A las once de la noche quiero veros a todas en la sala de conferencias. Es un asunto de gran importancia”
¿Qué será hoy? ¿Pedir a Dios por la paz...? Maldita sea, tenemos cosas mejores que hacer que una maldita asamblea católica apostólica.
En fin, que no nos libramos.
Shhhh... tranquila, Awy, al año que viene te vas a piso...
Respira
Aspira
Respira
Aspira
Además, qué más da.... ¡¡¡¡Esta nevando!!!! Jajajajajaj, que tonta...
Pero, ¿qué pasa? Una tiene derecho a disfrutar de los pequeños placeres de la vida, ¿no?
Eso y que tanto té me está transformando en la hierbas.
¡¡¡Ayyy!!!
Así me llamaban mis compañeros en primero de bachillerato, en la Escuela de Arte.
La hierbas... que tonta.Cuánta melancolía absurda...
¿Qué tendrá la nieve?
Me encanta esta sensación, “La Chica De Ipanema” de Najwa Nimri, y frente a mí la ventana. Las persianas subidas, las cortinas corridas, y los copos de nieve tiñendo de blanco el tejado del edificio de enfrente.
Una extraña sensación de satisfacción y tranquilidad se apodera de mí y yo no me lo puedo creer.
He decidido aparcar el café y empezar a tomar té verde... Demasiados nervios absurdos.
Esta mañana tenía la alarma de mi móvil activada para que me despertara a las siete y media, ya que había quedado con Sara en ir a buscarla a las ocho para bajar a desayunar. Solemos quedar a las ocho y cuarto, pero como ella hoy ha tenido un examen a primera hora, decidimos salir antes. Sin embargo, inconscientemente, apagué el móvil cuando intentó despertarme. Al rato, terminó de despertarme el teléfono de la habitación. Estaba tan sumamente dormida que, en lugar de despertarme, agarré mi teléfono móvil y flipé al ver que eran las ocho y siete minutos. ¡Hostias, Sara!
Me levanté, tiré no recuerdo el qué, descolgué el teléfono y no obtuve respuesta. Así que nada, me arreglé, me preparé un café solo y a las nueve menos veinte salí de la residencia. No comprendo cómo no desperté a Mónica.
Ey, pitxurri, sorry; me he despertado a las 8:07h con el sonido del teléfono. Espero que saques un pedazo de diez, te quiero mucho.
Como cada lunes, de nueve a once de la mañana, clase de inglés en el Centro de Idiomas.
Esta mañana llovía a cántaros, pero como para no despertar a Mónica no subí las persianas ni encendí la luz, me puse unos vaqueros cuyos bajos arrastro por el suelo. Maldita sea, llegué al Centro de Idiomas con el pelo chorreando y los vaqueros mojados hasta las rodillas... y del vuelta a la residencia, más de lo mismo.
Un día completo, sí señor.
Jajaja, vale, si he ido a la habitación y estabas en el baño!El examen bien! Un besito.
Llego a la habitación, me cambio (unos piratas y unas botas), hago la cama, y voy a buscar a Judith para ir a comprar manzanas y naranjas (cena de la semana) e imprimir los apuntes de historia de la ciencia recién pasados a limpio.
¡Ay, que alivio! Unos apuntes sin dibujitos y sin esa letra tan pésima que compone mis apuntes... Ahora sí puedo ponerme a estudiar en serio esa asignatura. El único examen que tendré en febrero.
Para comer: Ensalada de pasta. ¿Segundo plato? ¡Anda ya! Yo de eso no uso... J
Carmela está de mala ostia (¿Será por la grave salud de su madre?)
No sé, pero está insoportable, irritablemente hiper susceptible.
“Esta noche no se escapa ninguna. A las once de la noche quiero veros a todas en la sala de conferencias. Es un asunto de gran importancia”
¿Qué será hoy? ¿Pedir a Dios por la paz...? Maldita sea, tenemos cosas mejores que hacer que una maldita asamblea católica apostólica.
En fin, que no nos libramos.
Shhhh... tranquila, Awy, al año que viene te vas a piso...
Respira
Aspira
Respira
Aspira
Además, qué más da.... ¡¡¡¡Esta nevando!!!! Jajajajajaj, que tonta...
Pero, ¿qué pasa? Una tiene derecho a disfrutar de los pequeños placeres de la vida, ¿no?
Eso y que tanto té me está transformando en la hierbas.
¡¡¡Ayyy!!!
Así me llamaban mis compañeros en primero de bachillerato, en la Escuela de Arte.
La hierbas... que tonta.Cuánta melancolía absurda...
domingo, 21 de enero de 2007
Seis grados de separación
Las redes sociales se basan en la teoría de los Seis Grados de Separación, formulada en 1967 por el psicólogo Stanley Milgram de la Universidad de Harvard. La teoría dice que dos personas cualesquiera del mundo están relacionadas entre sí por un máximo de 6 personas.
Hoy es sábado, pero no he salido porque tenía pensado estudiar...
En lugar de eso, pues me he entretenido mirando cosas por la red, hasta llegar a esta teoría de los seis grados de separación.
Debería plantearme quitar el cable de conexión, estudiar más, comenzar el trabajo de "La Otra Mundialización", y escribir el comentario del texto La Epistemología Del Materialismo Cultural....
Hoy es sábado, pero no he salido porque tenía pensado estudiar...
En lugar de eso, pues me he entretenido mirando cosas por la red, hasta llegar a esta teoría de los seis grados de separación.
Debería plantearme quitar el cable de conexión, estudiar más, comenzar el trabajo de "La Otra Mundialización", y escribir el comentario del texto La Epistemología Del Materialismo Cultural....
sábado, 20 de enero de 2007
The Everlasting
(Lyrics: Nick Jones; Music: James Dean Bradfield/Sean Moore)
The gap that grows between our lives
The gap our parents never had
Stop those thoughts control your mind
Replace the things that you despise
Oh you're old I hear you say
It doesn't mean that
I don't care
I don't believe in it anymore
Pathetic acts for a worthless cause
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
But now unforgiven the everlasting
Everlasting
The world is full of refugees
They're just like you and just like me
But as people we have a choice
To end the void with all its force
So don't forget or don't pretend
It's all the same now in the end
It was set in a different life
Destroys my days and haunts my nights?
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
But now unforgiving the everlasting
Everlasting
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
Now unforgiving, the everlasting
Everlasting
But now unforgiving, the everlasting
Everlasting
The gap that grows between our lives
The gap our parents never had
Stop those thoughts control your mind
Replace the things that you despise
Oh you're old I hear you say
It doesn't mean that
I don't care
I don't believe in it anymore
Pathetic acts for a worthless cause
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
But now unforgiven the everlasting
Everlasting
The world is full of refugees
They're just like you and just like me
But as people we have a choice
To end the void with all its force
So don't forget or don't pretend
It's all the same now in the end
It was set in a different life
Destroys my days and haunts my nights?
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
But now unforgiving the everlasting
Everlasting
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
In the beginning when we were winning
When our smiles were genuine
Now unforgiving, the everlasting
Everlasting
But now unforgiving, the everlasting
Everlasting
olor a jabón de chocolate.
Hoy parece primavera.
hace sol, pero frío...
la calle es naranja
y huele a vida
PORQUE PIENSO EN LA MUERTE
que soy feliz.
(y no sé por qué)
huele a jabón,
y, aunque la pastilla
no es de chocolate,
a mí me recuerda a aquello.
y la calle naranja,
y el frío agradable.
y estas ganas de sonreir
como una auténtica gilipollas.
¿Tendrá algo que ver el chocolate?
'
Maldita sea'
ni pomme de reinette,
ni Chevreufille....
lo que me recuerda a aquellos días....
es el olor a jabón de chocolate
hace sol, pero frío...
la calle es naranja
y huele a vida
PORQUE PIENSO EN LA MUERTE
que soy feliz.
(y no sé por qué)
huele a jabón,
y, aunque la pastilla
no es de chocolate,
a mí me recuerda a aquello.
y la calle naranja,
y el frío agradable.
y estas ganas de sonreir
como una auténtica gilipollas.
¿Tendrá algo que ver el chocolate?
'
Maldita sea'
ni pomme de reinette,
ni Chevreufille....
lo que me recuerda a aquellos días....
es el olor a jabón de chocolate
jueves, 18 de enero de 2007
Sin título (aún) 2
Hola, gentecilla valiente!!!
Aquí vuelvo, como os prometí, con otra entrega de estas aventuras infantiles.
He hecho alguna que otra modificación, por eso lo vuelvo a colgar desde el principio.
Que sí, que es porque he modificado algo, no porque os quiera volver locos (que también, para qué nos vamos a engañar). Un beso.
--> Recordad que esta historia la podemos hacer entre todos, así que espero vuestras sugerencias.
Aunque no os prometo tenerlas en cuenta.
Las maletas estaban apiladas en el pasillo. No era mucho, unas pocas maletas con lo imprescindible para pasar dos semanas fuera de casa. Teresa tarareaba mientras terminaba de recoger las cosas, se aseguraba de haber bajado todas las persianas, apagar el gas, sacar la basura... Estaba realmente feliz, mientras su marido esperaba nervioso en la puerta y la pequeña Malena, acurrucada en una esquina del salón, fijaba su mirada en un punto abstracto de las cortinas. No quería ir, no quería...
- Tonta, allí te lo pasarás muy bien con tus primos. – Le repetía su madre una y
otra vez. Pero es que precisamente era eso lo que no quería: estar con sus primos.
Malena era pequeña, sólo tenía cinco años la última vez que había estado con sus
primos, hace dos años, en el verano, cuando pasaron aquel fin de semana familiar en casa de sus tíos, en un pueblecito de la costa mediterránea. Malena se sentía feliz, pues, al ser la pequeña de la familia, acaparaba la atención de todos. Teresa y su hermana preparando sándwiches y salpicándose, como niñas, con la mayonesa; los maridos, sentados al sol, fumando y bebiendo cerveza, y los niños correteando por el jardín. Malena quería acercarse a Paula y Rodrigo, pero ellos parecían distantes. Ella iba detrás suyo, intentando escapar de esos locos adultos que parecían más niños que ellos, pero Paula y Rodrigo no se lo querían poner nada fácil. Rodrigo tenía siete años y Paula doce, pero parecía que es gran diferencia de edad no existía, y no porque Paula fuera excesivamente infantil, sino porque Rodrigo aparentaba ser mucho mayor.
- Malena, ven aquí.
Malena miró a Paula con timidez. Era el tercer día de las vacaciones y aquella era la
primera vez que Paula le mostraba el mínimo de atención.
- ¿Malena? - Insistió Paula, esta vez fingiendo dulzura.
La niña se acercó a ella, Paula se agachó, la observó con detenimiento y le acarició
la cara. Sonrió, se puso en pie, Malena le dio la mano y juntas fueron hacia la habitación de Rodrigo. Era una habitación pequeña, y las persianas estaban bajadas, pero no plegadas, de manera que sobre el suelo hileras de pequeños rectángulos amarillos les recordaban que aún era de día. Rodrigo, sentado sobre el escritorio, las miraba fijamente con una sonrisa sarcástica.
- Malena, vamos a jugar, ¿vale? – Y Malena aceptó.
Paula la condujo hacia la cama y con suavidad la levantó del suelo para sentarla
después. Ella se quedó allí, quietecita, observándolo todo con sus grandes ojos marrones.
No había música, no había luz, no había nada. Tras la persiana el mundo seguía girando, pero ellos estaban muy lejos de la realidad.
Allí dentro no existía la realidad, ni las preocupaciones, ni la vida, ni la muerte. Allí dentro el mundo tenía otra importancia.
Rodrigo no tenía juguetes, o tal vez dormían debajo de la cama, y sólo un póster de algún súper héroe de la Marvel decoraba tristemente la blanca pared.
De vez en cuando Malena miraba al suelo, de vez en cuando Paula la miraba a ella, de vez en cuando Rodrigo las miraba a las dos y sonreía a su hermana. El tiempo se había detenido por completo... uno, dos, tres.
Un, dos, tres.
Tres, dos, uno, cero, cuatro, seis, ocho... Rodrigo musitó algo y se levantó para acercarse a la cama.
Ocho, nueve, tres, cinco, siete... Algo nuevo.
Algo extraño.
Algo malo.
Algo bueno.
¿Qué es eso?
Por qué no se apartó, por qué no lloró. Por qué sonrío después.
Lágrimas silenciosas, la mano de Paula, el corazón de Malena, el pecho de Rodrigo, las piernas de Malena, la sonrisa de Paula.
Caricias bonitas. Las manos de Paula. Los labios de cristal y la lengua de Rodrigo recorriéndolos...
Malena, la ignorancia infantil. Malena, la inocencia. Malena y las manos de Paula.
Los ojos de Paula, su mirada; sus ojos fijos en los de Malena y su mano, suave, en sus mejillas. No hacía falta más. La quería.
- Malena, cariño, ¿pasa algo? – Le preguntó su madre, ya más calmada, mientras esperaban al ascensor.
Ella la miró y negó tímidamente. No pasa nada, nunca pasa nada. Sólo que dentro de ella ardía algo tan fuerte que nadie, ni siquiera su madre, podría entender. No pasaba nada, sólo que por alguna razón se sentía sucia.
Pero muy bien.
De vez en cuando me siento mal, pero sé que no tengo razón para sentirme de ese modo. No hace falta que nadie nos entienda, somos Rodrigo y yo, lo demás no importa. ¿Qué más da lo que hagamos, si todo lo hacemos por amor? Soy consciente de que nadie más puede comprenderlo, que ellos nos verían como monstruos, pero no me importa. No, yo soy así y así soy feliz.
Sé que tengo catorce años, y que lo que hago con Rodrigo se aleja bastante de aquellos juegos que practicaba en el parvulario con aquellos dos chicos de cuyo nombre no me acuerdo... Hace ya tantos años...
Al principio eran tonterías. Bueno, en realidad siempre eran tonterías, pero al principio todo se resumía en una palabra: mirar. Recuerdo aquel año con mucho cariño, aunque no lo recuerdo con gran nitidez, sólo fragmentos sueltos.
Tenía sólo tres años, ¿o cuatro? No sé, tampoco creo que eso tenga mucha importancia; el caso es que era el primer año de colegio, mis primeras relaciones sociales con gente de mi generación. Cuando nació Rodrigo me dio muchísima envidia. Él podría jugar conmigo, y encima le apuntaron a una ludoteca antes de que comenzara el colegio, así que pudo experimentar antes que yo. Pero yo no, yo tuve que esperar hasta el comienzo de mi etapa escolar para poder relacionarme con niños de mi edad. Chicos, chicas, juguetes, mesas, tizas... “Mira, mira”, yo agachaba la cabeza por debajo de la mesa y él me enseñaba aquello que tanto me fascinaba. Aquello tan diferente, aquello tan delicioso.
Después, cuando tocaba jugar y las demás niñas se juntaban para jugar con muñecas, yo me tumbaba sobre un banco y dejaba que ellos dos me tocaran. Era todo tan inocente, tan bonito. Tocándonos, experimentando. Jugando, simplemente jugando, como los demás. ¿Era acaso más denigrante aquello que desnudar a una Nancy y reírse de su cuerpo? Yo, por lo menos, tenía el valor de aprender conmigo misma. Nosotros éramos especiales, teníamos valor. Teníamos un don: éramos sólo niños, pero niños que querían aprender. Los demás no es que fueran ignorantes, eran niños, simples niños. Pero nosotros éramos curiosos e increíblemente inteligentes.
Pero hoy vienen mis tíos. Hoy viene Malena.
Malena ya no será una confusa niña de cinco años, ahora tiene siete. Y recuerdo mis siete años... Los recreos besando a Beatriz y acariciando a Emma escondidas en el baño. Me pregunto si Malena también se divierte de ese modo en el colegio. Me gustaría hablar con ella, pero me moriré de vergüenza.
¿Qué es esto que siento?
¿Es arrepentimiento?Me miro en el espejo y lloro. Ayer sangré, y me odié.
Va por ustedes
Hola, amigos, compañeros, visitantes, frikis, junkies, pervertidos no comprendidos por la sociedad... Hola a toda esa gente que de vez en cuando se deja caer por este blog y la que ahora mismo se está arrepintiendo de estar aquí.
¿Os acordáis de esa entrada que hay más abajo, la de “Sin Título (aún)”? Bueno, pues el título aún no lo sé, eso es cierto, pero mis amigos bien saben lo que tengo entre manos... Y por eso mismo no les puedo decepcionar... Pero en serio, me resulta realmente difícil escribirlo (ya veis, si al final va a resultar que soy humana) pero no imposible. Me lo he propuesto y lo voy a hacer, olé.
Va por ustedes.
¿Os acordáis de esa entrada que hay más abajo, la de “Sin Título (aún)”? Bueno, pues el título aún no lo sé, eso es cierto, pero mis amigos bien saben lo que tengo entre manos... Y por eso mismo no les puedo decepcionar... Pero en serio, me resulta realmente difícil escribirlo (ya veis, si al final va a resultar que soy humana) pero no imposible. Me lo he propuesto y lo voy a hacer, olé.
Va por ustedes.
martes, 16 de enero de 2007
Latidos
Parecerá una tontería, y seguramente en cuanto leáis esto pensaréis que soy gilipollas, pero, ¿en serio vais a negarme que hayáis pensado en esto alguna vez?
Suena a tópico la pregunta “de dónde vengo y a dónde voy”, pero se nos muestra ridícula porque no nos hemos parado a pensarla de verdad.
A pensar que un día moriremos y dejaremos de existir.
La eternidad, la oscuridad... Todo se esfumará.
Y seremos nada.
Pensar en cada uno de nuestros órganos, cómo late el corazón, como maquina nuestro cerebro. Pensar en cada órgano como una pequeña máquina programada para realizar su función. Nuestro cuerpo, una máquina. Nosotros, una máquina.
Una máquina programada para pensar y actuar, cada uno de una manera diferente pero al fin y al cabo, todos como borregos somos lo mismo.
Nada.
Empeñándonos en durar y durar, cada día un poco más, nutriéndonos de información, más información... información que algún día desaparecerá. Con nosotros.
Levantarte de la cama y caminar hacia el baño. De repente paras. ¿Cómo he llegado hasta aquí?
Unas piernas que se mueven, unos ojos que miran. Unos ojos que lloran. Una mente triste. Una mente que no se merece esto.
¡Una mente que no debería pertenecer a esta cosa tan zafia e imperfecta!
¿Para qué tantas palabras bonitas si están escritas en papel reciclado?
En un papel, que con el paso del tiempo irá degradándose, formando una pelusilla que exterminará cada palabra. ¿Por qué no conservarlas entre planchas de cristal?
Mi escritorio, repleto de notas, palabras, apuntes, aspirinas, libros y bolígrafos. Mis discos, la luz de mi flexo, la ventana, la leve luz del sol en este mes de enero.
Volver a pensar, volver a llorar. Volver a sentir angustia.
Angustia.
Angustia.
Impotencia.
Es ridículo, ¿verdad? Pensar en la muerte es ridículo. Sí, lo es, debería tenerlo asumido, pero cada día que pasa es como el día que descubrí que el ser humano es mortal.
Odio el latido de mi corazón, lo odio. Siempre recordándome que mi existencia depende de él.
Suena a tópico la pregunta “de dónde vengo y a dónde voy”, pero se nos muestra ridícula porque no nos hemos parado a pensarla de verdad.
A pensar que un día moriremos y dejaremos de existir.
La eternidad, la oscuridad... Todo se esfumará.
Y seremos nada.
Pensar en cada uno de nuestros órganos, cómo late el corazón, como maquina nuestro cerebro. Pensar en cada órgano como una pequeña máquina programada para realizar su función. Nuestro cuerpo, una máquina. Nosotros, una máquina.
Una máquina programada para pensar y actuar, cada uno de una manera diferente pero al fin y al cabo, todos como borregos somos lo mismo.
Nada.
Empeñándonos en durar y durar, cada día un poco más, nutriéndonos de información, más información... información que algún día desaparecerá. Con nosotros.
Levantarte de la cama y caminar hacia el baño. De repente paras. ¿Cómo he llegado hasta aquí?
Unas piernas que se mueven, unos ojos que miran. Unos ojos que lloran. Una mente triste. Una mente que no se merece esto.
¡Una mente que no debería pertenecer a esta cosa tan zafia e imperfecta!
¿Para qué tantas palabras bonitas si están escritas en papel reciclado?
En un papel, que con el paso del tiempo irá degradándose, formando una pelusilla que exterminará cada palabra. ¿Por qué no conservarlas entre planchas de cristal?
Mi escritorio, repleto de notas, palabras, apuntes, aspirinas, libros y bolígrafos. Mis discos, la luz de mi flexo, la ventana, la leve luz del sol en este mes de enero.
Volver a pensar, volver a llorar. Volver a sentir angustia.
Angustia.
Angustia.
Impotencia.
Es ridículo, ¿verdad? Pensar en la muerte es ridículo. Sí, lo es, debería tenerlo asumido, pero cada día que pasa es como el día que descubrí que el ser humano es mortal.
Odio el latido de mi corazón, lo odio. Siempre recordándome que mi existencia depende de él.
La chispa adecuada
Las palabras fueron avispas
y las calles como dunas
cuando aun te espero llegar
(de un momento a otro)
En un ataúd guardo tu tacto y una corona
con tu pelo enmarañado
queriendo encontrar un arcoiris infinito
Mis manos que aún son de huesoy tu vientre sabe a pan
la catedral que es tu cuerpo
lo será del enemigo
Eras verano y mil tormentas
y yo el león que sonríe a las paredes
que he vuelto a pintar del mismo color
No sé distinguir entre besos y raíces
no sé distinguir lo complicado de lo simple
Y ahora estás en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada
Escribe con carbón en mi pensamiento
que cruzamos océanos de tiempo
dibujando los garabatos de mis fantasías
poco es tanto cuando poco necesitas
El fuego que era a veces propio
la ceniza siempre ajena
blanca esperma resbalando por la espina dorsal
Ya somos más viejos y sinceros y que más da
si miramos la laguna como llaman a
la eternidadde la ausencia
No sé distinguir entre besos y raíces
no sé distinguir lo complicado de lo simple
Y ahora estás en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada
No sé distinguir entre besos y raíces
no sé distinguir lo complicado de lo simple
Y ahora estás en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada
y las calles como dunas
cuando aun te espero llegar
(de un momento a otro)
En un ataúd guardo tu tacto y una corona
con tu pelo enmarañado
queriendo encontrar un arcoiris infinito
Mis manos que aún son de huesoy tu vientre sabe a pan
la catedral que es tu cuerpo
lo será del enemigo
Eras verano y mil tormentas
y yo el león que sonríe a las paredes
que he vuelto a pintar del mismo color
No sé distinguir entre besos y raíces
no sé distinguir lo complicado de lo simple
Y ahora estás en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada
Escribe con carbón en mi pensamiento
que cruzamos océanos de tiempo
dibujando los garabatos de mis fantasías
poco es tanto cuando poco necesitas
El fuego que era a veces propio
la ceniza siempre ajena
blanca esperma resbalando por la espina dorsal
Ya somos más viejos y sinceros y que más da
si miramos la laguna como llaman a
la eternidadde la ausencia
No sé distinguir entre besos y raíces
no sé distinguir lo complicado de lo simple
Y ahora estás en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada
No sé distinguir entre besos y raíces
no sé distinguir lo complicado de lo simple
Y ahora estás en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada
domingo, 14 de enero de 2007
Medea
Eurípedes es uno de los mejores poetas trágicos de la Grecia Clásica. Es difícil, como ocurre frecuentemente al situarnos esa época, establecer una precisa línea temporal que englobe sus años de vida, aunque se da por hecho que nació en Salamina en el año 480 a.C y murió en Pella en el 406 a.C. Parece ser que su aparición en el teatro data del año 455 a.C.
A Eurípides le caracteriza un modo de escribir “reivindicativo”, pues, pese a no participar jamás en la vida política, manifiesta su preocupación social en sus obras – de las que se cree fueron más de noventa, aunque a nuestros días sólo hayan llegado diecisiete – entre las que destacan “Medea”, “Electra”, “Hipólito” y “Las troyanas”. Tragedias caracterizadas por los siguientes factores comunes: la desilusión del héroe, (presentada mediante recursos psicológicos y naturalistas, alterando la mitología de obras anteriores), se centra también en la vida cotidiana y la gente común, por lo que muchos han definido su estilo como precursor del drama burgués.
Medea, obra en la que me centraré a partir de ahora, se presentó en concurso en compañía de Filóctetes y el drama satírico “Los segadores”, en Las Grandes Dionisas en el año 431 a.C, unos meses antes de que el inesperado ataque tebano a Platea desencadenara el conflicto conocido como Guerra del Peloponeso. Es evidente que, siendo posterior a la realización de la obra, este hecho no es trascendente en relación a Medea, pero sí aquellos que lo precedieron: las negociaciones que en el invierno de ese año tuvieron lugar en Atenas entre su Asamblea y diversas embajadas espartanas enviadas para evitar que estallara la guerra. El conflicto de Corcira-Epidamno-Corinto, la promulgación del Derecho Megárico, y otros hechos que fomentaron un peligroso tira y afloja de poder entre Atenas y Corinto.
Corinto, que veía peligrar sus intereses en zonas de gran importancia para su economía y, en consecuencia, disminuir su prestigio como segundo estado dentro de la liga del Peloponeso, maniobró tanto en Esparta, cabeza de la liga, como junto a los restantes estados peloponesos para conseguir que Atenas fuera considerada culpable de haber roto el Tratado de los treinta años y declararle la guerra.
Este ambiente pre-bélico y las tensiones políticas que pudieron generar las negociaciones espartanas con Atenas, ha quedado reflejado en Medea: la acción se desarrolla en Corinto, en donde gobierna Creonte: un tirano. Además el Coro alaba a Atenas, y esto no sólo es una estrategia de Eurípedes para agradar al público, a las autoridades o al corego que financió la obra; es una contestación a la propaganda peloponésica de Atenas. Pero, lo que realmente quería era ahondar en un tema: los juramentos violados.
Ha sido el matrimonio de Jasón con la hija del rey de Corinto el hecho que altera la vida de todos los personajes de la obra, y a hacerla objeto de representación trágica. Dicha boda se produce antes de comience la obra y su desarrollo mostrará las consecuencias.
Jasón viola los juramentos dados en el triple contexto familiar, social y religioso. Su acto es impío y conlleva a la desmembración de la familia, sin la cual no hay hijos que puedan ser considerados ciudadanos ni guerreros. La importancia del tema de los juramentos violados, la traición de Jasón a la palabra dada, es, por tanto, fundamental en el desarrollo de la acción dramática. Es el hecho que la ha puesto en movimiento, su gravedad no deja de ser señalada a lo largo de la obra y es el delito que se castigará a través de la venganza de Medea, sublimándose de este modo en un contexto superior al del objetivo personal de la protagonista.
El objetivo principal de Medea es castigar a Jasón, aunque a Medea se la conozca más por haber asesinado a sus hijos. Ese hecho sólo es un instrumento para vengarse de Jasón. El infanticidio sólo es el tercero de los crímenes que perpetra, después de haber asesinado a Crente y su hija; dos crímenes que no le producen ningún conflicto emocional, puesto que con ellos no le une ningún afecto positivo. Pero con sus hijos no ocurre así; ellos son el único medio que tiene para introducir en el palacio de Corinto los regalos envenenados. Esos regalos que terminan con la vida de Creonte y su hija. Hecho esto, los niños se convierten en parte inexcusable de la venganza. Con ellos se inicia y con ellos se acaba. Su objetivo no podría cumplirse con el simple asesinato de Jasón o llevándose a sus hijos; no, no podría ser así porque no se trata de una venganza pura y simple de carácter emocional, sino de marcar al culpable de algún modo, de estigmatizarle como abandono a su recuerdo, errante, para sí mismo y ejemplo viviente para los demás.
Por otro lado, y aunque los actos que comete Medea requieren de una frialdad y una fuerza emocional increíble, Eurípedes llama la atención con gran insistencia sobre la debilidad de Medea. Una debilidad que nada tiene que ver con que sea mujer (afortunadamente Eurípides no cae en el tópica de mujer-sensible), sino con el resultado de las circunstancias que la rodean en Corinto: extranjera y fugitiva.
Yace sin comer, entregando su cuerpo a los dolores, consume todo su tiempo entre lágrimas, una vez ha sabido que es ultrajada por su marido, y no alza la mirada ni aparta el rostro del suelo.
Medea aparece situada de este modo, en un escalón muy bajo de la sociedad a pesar de su origen real, ya que al traicionar a su familia a favor de Jasón le supuso renunciar a los privilegios de que gozaba en su país para venir a menos. En Grecia sabrán que es sabia, y habrá ganado buena fama, pero no deja de ser una extranjera fugitiva, lo cual no juega precisamente a su favor. En el contraste entre la heroína así presentada y la posición que ostenta Creonte, tirano de Corinto, y de la que por su nueva boda también goza ahora Jasón, queda completamente al descubierto la violencia que se ejerece sobre ella, de la que la irrevocable orden de destierro es su manifestación más extrema.
El tema principal de la obra no es que Jasón haya abandonado a Medea por otra mujer y los celos que se apoderan de la protagonista. El problema que plantea Eurípides es más grave: Jasón ha roto los sagrados juramento del matrimonio por una opción más ventajosa, ha traicionado a los suyos por egoísmo y codicia, y ha llevado a la práctica la ley del más fuerte, al igual que Creonte, representante y cabeza del poder del Estado, no dudando ninguno de los dos en apartar, con la fuerza de su posición social, al débil que puede estorbar la consecución de sus planes. Ninguno ha buscado un término medio, ni una solución de compromiso, ni recurrido a la persuasión, ni tampoco han mostrado la más mínima compasión por la huésped, la esposa, la madre o los hijos, sino que sin más contemplaciones decretan el destierro para la una y los otros, sabiendo muy bien que Medea no tiene a dónde ir, que expulsarla supone abandonarla a un destino cruel y adverso, donde puede caer en manos de los parientes de sus víctimas y a la que ninguna ciudad querrá acoger debido a su fama. Es decir, ha habido un abuso de poder, pues éste se ha ejercido en beneficio propio, despreciando el respeto debido a las normas de convivencia.
Resulta pues tan hipócrita Jasón cuando se presenta ante Medea e intenta convencerla de que se casó con la hija de Creonte por el bien de todos y que pidió a Creonte que no les desterraran:
Yo, queriendo que aquí te quedases, sus iras
por apaciguar siempre me esforcé; pero tú
no cejabas en esa necedad e insultábasles
mil veces hasta que del país te arrojaron.
Mas, aun así, aquí estoy, soy fiel a mis amigos
y por ti me preocupo, mujer, para que no
te vayas con tus hijos en la indigencia estando
o en la necesidad; pues son muchos los males
que al exilio acompañan. Y, aunque tú me detestes,
no sentiré jamás aversión hacia ti.
Tu espíritu es sutil, pero odioso resúltate
el tener que contar cómo Eros te obligó
con invencibles dardos a salvar mi persona.
Mas no aquilataré demasiado este punto:
de aquel modo o del otro me salvaste y en paz.
Pero en tal salvación fue más lo que tomaste
que lo que recibí, como demostraré.
Habitas ante todo tierra helena y no bárbara,
conoces la justicia y el vivir según ley
y no bajo el imperio tan sólo de la fuerza.
No hay heleno ninguno que ignore que eres sabia
y así tienes prestigio; si siguieras viviendo
en el fin de la tierra, nadie de ti hablaría.
Y a mí ni oro en mi casa me des ni el cantar himnos
más hermosos que Orfeo si ello no va a traerme
el gozar de una fama que distinga mis dotes.
Eso es lo que tenía que decir de mi viaje,
y ello porque tú fuiste la que inició el litigio.
Y en cuanto a la real boda que tú me echas en cara,
en eso mostraré que ante todo soy hábil
y también moderado y además gran amigo
de ti y de nuestros hijos;
Ante los gestos indignados de Medea.
mas manténte tranquila.
Una vez que aquí estoy, venido de la tierra
yolcia y tras mí trayendo problemas insolubles,
¿qué golpe de fortuna pude encontrar mejor
que unirme, un desterrado, con la hija del monarca?
Y no, si ello te escuece, porque odiara tu lecho
o me hiriera el deseo de tener nueva esposa
o de rivalizar con padres de más hijos
—bastan ya los que tengo, no me apetecen otros—,
sino, cosa importante, para que bien viviéramos
sin carecer de nada, sabiendo que a los pobres
les huyen los amigos, todos de ellos se apartan;
para que en forma digna de esta casa se criasen
mis hijos, a los cuales yo les daría hermanos
que, habitando con ellos en un linaje unido,
nos hicieran felices. ¿A qué más descendientes?
A mí sólo me importa que los nacidos hoy
gocen de otros futuros. ¿Es malo esto? Tú misma
lo aceptaras si no te irritase el pensar
en la cama. Que a un grado tal llegáis las mujeres
como para creer que todo lo tenéis
si ello va bien; y, en cambio, cuando no, en enemigas
os tornáis de lo que es más conveniente y justo.
Deberían los hombres buscar otra manera
de engendrar a la prole sin sexo femenino,
y así no sufriría mal alguno el varón.
Sí, es gracioso. Medea asesinó por Jasón, arriesgó su vida y abandonó a su familia por él. A cambio ha conseguido ser una solitaria en tierra extraña mientras él disfruta de su nueva vida con la princesa de Corinto. Ha sido abandonada con sus dos hijos, humillada y, ahora, desterrada. Y él parece no tener mayor disculpa que decir no ser culpable de que el amor que Medea por él sentía la llevó a cometer tales acciones.
Pobre Jasón, de todas las mujeres que hay en el mundo tuvo que ser precisamente ésta la que de él se enamorara. Pobre Jasón, que es tan bueno que incluso a Corinto pide no desterrar a Medea y sus hijos. Pobre Jasón, tan bueno es, que abandonó a su mujer por otra más ventajosa y menos problemática. Pobre Jasón, que ahora parece tener que sentirse culpable por el estado en que Medea se encuentra.
Medea es la víctima, y todos lo saben: Desde el momento en que anuncia su intención de castigar el ultraje sufrido, jamás es acusada de obrar injustamente, sino todo lo contrario (salvo cuando decide asesinar a sus hijos y el Coro le pide encarecidamente que no recurra al parricidio, aunque cuando éste se produce, a pesar de sugerirlo, no acude nadie en ayuda de los niños). Es más, en los últimos versos y en su última conversación con Jasón, se muestran sus actos como ejecutados con el consentimiento de la divinidad. Medea ha invocado una y otra vez a Zeus, guardián de los juramentos, y a Temis, y cuando al final de la obra, ya victoriosa en lo alto de la escena, sobre el carro alado de su abuelo Helios y con los cadáveres de sus dos hijos, Jasón invoca a los dioses y a Zeus reprochándoles su inactividad ante el crimen de Medea, ninguno le responde. No ya porque Eurípides creyera o no en los dioses, o porque presentara al ser humano librado a su propio destino, sino porque Jasón fue el primero que les ofendió, rompiendo los juramentos hechos en nombre de Zeus por beneficio propio.
Incluso Egeo, rey de Atenas, desaprueba totalmente las acciones de Jasón, y es uno de los motivos por los que concede a la heroína el refugio seguro de su hogar en Atenas. La otra razón por la que esto le concede, es porque ella le ha prometido poner fin a su esterilidad.
Una vez cometidos los asesinatos de Creonte y su hija, Medea sabe que no puede dejar a sus hijos en Corinto, porque ello supone la muerte de los niños a manos de los familiares del difunto rey. Los puede llevar con ella. Sí, es posible o no conservarlos o no consigo, pero también es cierto que hacer eso es continuar ligada a Jasón a través de los hijos comunes: que él, al conocer la desgracia acaecida en el palacio, vendrá a reclamárselos, como así sucede, y si hay algo que Medea no quiere es que sus hijos le sean arrebatados después de todo el dolor que le ha supuesto criarlos. Además, para que su castigo sea completo, debe despojar a Jasón de todo lo que le permita una mínima recuperación futura de su vida.
Resultan verdaderamente estremecedoras las palabras que pronuncia Medea antes de perpetrar ese terrible crimen. :
¡Hijos, hijos, vosotros tenéis ciudad y casa
en que viviréis siempre, lejos de vuestra madre,
dejando a esta infeliz padecer infortunios!
Yo, en cambio, desterrada saldré para otra tierra
sin gozar de vosotros ni ver vuestras venturas
ni procuraros bodas en que el lecho nupcial
yo pudiera adornar o llevar las antorchas.
¡Ay, pobre desgraciada, qué presunción la mía!
En vano yo os crié por lo visto, mis hijos,
en vano soporté dolor desgarrador
en los crueles trances de vuestros nacimientos.
Mas muchas esperanzas abrigaba esta mísera
de que mi ancianidad cuidarais y a mi muerte
piadosa sepultura me dierais, envidiable
suerte para un mortal; pero ahora ya esfumóse
tan dulce pensamiento; de vosotros privada
llevaré una existencia de pesar y amargura.
Y ya el rostro materno no verán vuestros ojos,
porque será distinta la vida que tengáis.
¡Ay, ay! ¿Por qué volvéis la mirada hacia mí
dedicándome esa última sonrisa, niños míos?
¡Ay! ¿Qué voy a hacer yo? Me desfallece el alma,
mujeres, cuando veo sus semblantes alegres.
¡No puedo! ¡Adiós, proyectos! ¿Por qué doblar mis [penas
sólo por un afán de hacer sufrir al padre
con las desdichas de ellos? ¡No puedo, de verdad!
¡Adiós los planes míos! Mas ¿qué es lo que me pasa?
¿Me resignaré a ser objeto de ludibrio
permitiendo que impunes mis enemigos queden?
Hay que osar lo que intento. ¡Vaya con mi blandura!
¡Que tan mansas ideas admita mi alma! En casa
entrad, niños.
Si lícito no es a alguien asistir
a este mi sacrificio, suya la decisión
sea; pero mi mano no desfallecerá.
¡Oh, oh!
¡No, alma mía, no lo hagas! ¡Infeliz, no cometas
tal crimen! ¡Déjales, a tus hijos perdona!
Viviendo allí conmigo me darán alegrías.
¡No, por los vengadores soterraños del Hades,
yo no voy a entregar mis hijos a que sean
ultrajados en manos de nuestros enemigos!
Ello está decidido; no es posible evitarlo.
Y además la princesa ya habrá muerto ataviada
con su peplo y diadema, bien segura estoy de ello.
En fin, pues a tomar voy un triste camino
y a éstos a encaminarles por otro peor aún,
me despediré de ellos.
Dadme, hijos, vuestra mano
derecha, que la pueda vuestra madre estrechar.
¡Queridísima mano, queridísima boca,
figura y noble faz de mis hijos! Felices
seáis los dos, pero allá, porque de lo de aquí
vuestro padre os privó. ¡Dulce abrazo, piel suave,
oh, dulcísimo aliento de estos niños! Marchaos,
idos ya, que capaz no soy de dirigir
la mirada a mis hijos, pues el dolor me vence.
Yo comprendo qué crimen tan grande voy a osar,
pero en mis decisiones impera la pasión,
que es la mayor culpable de los males humanos.
Aquí aparece la Medea más humana. La que quiere luchar contra sus instintos, pero no puede contra su pasión. Antes que sentirse de nuevo humillada, prefiere acabar con la vida de sus hijos, terminar el castigo, la venganza contra Jasón.
El sacrificio de los niños es de gran importancia porque el mismo marca el fin de la vida en común de la pareja protagonista y el inicio de la nueva vida que cada uno de ellos ha de seguir por separado. Con este acto Medea pone fin a su relación con Jasón y a todo lo que esta conllevó, pero también es la renuncia a sus hijos. Su acto final, el que marca su victoria, es también la pérdida de una importante parte de su vida y de sí misma. Es ahora cuando ya nada tiene remedio y todos sus proyectos se han venido abajo, cuando Jasón se preocupa por los hijos cuyo destierro no le produjo ningún dolor.
Medea mató a sus hijos para causar dolor a Jasón, y así queda él: convertido en un apartida sin futuro, sin lugar a dónde ir. El mismo destino que había proyectado para su esposa es el que ahora él padecerá de por vida. Ha perdido el poder, la fama, la gloria... los ideales que más valoraba y ansiaba, porque utilizó un medio erróneo para su consecución. En cambio Medea, siendo víctima, se ha convertido en verdugo, de la opresión ha pasado a la libertad. Montada en su carro alado, ubicado en el lugar reservado en la escena a los dioses, y ya desvinculada de su pasado, sabe, al contrario que Jasón, muy bien a dónde ir: a “Atenas, la ciudad que se le ofrece como remedio a la ceguera, como patria de gentes lúcidas, que respetan todos los derechos y ofrecen su compasión a los maltratados por la fortuna.”
Atenas aparece como la polis donde reina la paz, la justicia, la sabiduría, resultado de un ideal democrático que garantiza libertad y bienestar social e intelectual y que, llegado el momento, ha de ser defendida de los enemigos que quieran destruirla, de aquellos que por ambición rompen los pactos sagrados.
Si una mujer extranjera, alejada de su patria y sin parientes masculinos que la protejan o defiendan, ha sido capaz, en situación tan desventajosa, de invertir la relación de fuerzas y castigar la injusticia que contra ella se quería cometer, manteniendo su decisión, en el marco del comportamiento heroico, hasta sus últimas consecuencias, qué no deberán hacer los atenienses para conservar sus creencias y modo de vida, para que su tierra permanezca libre. Pero esta decisión, seguida a toda costa, supone tener que llegar a sacrificar, si la ocasión lo requiere, lo más querido; en el caso de Medea, sus hijos; en el caso de Atenas, implica exactamente lo mismo: debe enviar a sus hijos a la muerte para defender lo que es justo.
“Terribles son las decisiones de los soberanos, acostumbrados a obedecer poco y a mandar mucho, difícilmente cambian los impulsos de su carácter”.
Opinión personal
Medea sólo fue un mito. ¿Medea sólo es una historia de tantas..? Está claro que no todas llegaríamos al extremo de matar, por amor, a lo que, supuestamente más queremos...No todas somos así. Otras optan por suicidarse.Cuando lo que más queremos, o lo que nos hace amar, nos traiciona, somos capaces de aniquilar a lo que amamos.
Medea quería a Jasón y con él tuvo dos hijos. ¿Amaba a sus hijos porque eran parte de su ser, o sólo por que eran parte de Jasón...? Igual que a una mujer enamoradase la ve más segura de sí misma. ¿Se ama a sí misma más porque se siente amada? ¿Deseada? ¿A quién se quiere más, al querido o a lo que él nos hace querer?¿Por qué mató Medea a sus hijos? ¿Por qué hay quien se suicida por amor? ¿Por qué hay quienes se dejan matar por quienes aman?Igual que cuando se elimina la copia pero se guarda el original. Borrar algo físico pero mantenerlo intacto en la memoria. El amor como un suicidio, el amor como un acto de entrega... Ser parte del otro, una pequeña parte porque, supuestamente, cuando se ama lo más grande es el ser amado.
¿Amar para ser poquita cosa o ser poquita cosa porque se está sola?
A Eurípides le caracteriza un modo de escribir “reivindicativo”, pues, pese a no participar jamás en la vida política, manifiesta su preocupación social en sus obras – de las que se cree fueron más de noventa, aunque a nuestros días sólo hayan llegado diecisiete – entre las que destacan “Medea”, “Electra”, “Hipólito” y “Las troyanas”. Tragedias caracterizadas por los siguientes factores comunes: la desilusión del héroe, (presentada mediante recursos psicológicos y naturalistas, alterando la mitología de obras anteriores), se centra también en la vida cotidiana y la gente común, por lo que muchos han definido su estilo como precursor del drama burgués.
Medea, obra en la que me centraré a partir de ahora, se presentó en concurso en compañía de Filóctetes y el drama satírico “Los segadores”, en Las Grandes Dionisas en el año 431 a.C, unos meses antes de que el inesperado ataque tebano a Platea desencadenara el conflicto conocido como Guerra del Peloponeso. Es evidente que, siendo posterior a la realización de la obra, este hecho no es trascendente en relación a Medea, pero sí aquellos que lo precedieron: las negociaciones que en el invierno de ese año tuvieron lugar en Atenas entre su Asamblea y diversas embajadas espartanas enviadas para evitar que estallara la guerra. El conflicto de Corcira-Epidamno-Corinto, la promulgación del Derecho Megárico, y otros hechos que fomentaron un peligroso tira y afloja de poder entre Atenas y Corinto.
Corinto, que veía peligrar sus intereses en zonas de gran importancia para su economía y, en consecuencia, disminuir su prestigio como segundo estado dentro de la liga del Peloponeso, maniobró tanto en Esparta, cabeza de la liga, como junto a los restantes estados peloponesos para conseguir que Atenas fuera considerada culpable de haber roto el Tratado de los treinta años y declararle la guerra.
Este ambiente pre-bélico y las tensiones políticas que pudieron generar las negociaciones espartanas con Atenas, ha quedado reflejado en Medea: la acción se desarrolla en Corinto, en donde gobierna Creonte: un tirano. Además el Coro alaba a Atenas, y esto no sólo es una estrategia de Eurípedes para agradar al público, a las autoridades o al corego que financió la obra; es una contestación a la propaganda peloponésica de Atenas. Pero, lo que realmente quería era ahondar en un tema: los juramentos violados.
Ha sido el matrimonio de Jasón con la hija del rey de Corinto el hecho que altera la vida de todos los personajes de la obra, y a hacerla objeto de representación trágica. Dicha boda se produce antes de comience la obra y su desarrollo mostrará las consecuencias.
Jasón viola los juramentos dados en el triple contexto familiar, social y religioso. Su acto es impío y conlleva a la desmembración de la familia, sin la cual no hay hijos que puedan ser considerados ciudadanos ni guerreros. La importancia del tema de los juramentos violados, la traición de Jasón a la palabra dada, es, por tanto, fundamental en el desarrollo de la acción dramática. Es el hecho que la ha puesto en movimiento, su gravedad no deja de ser señalada a lo largo de la obra y es el delito que se castigará a través de la venganza de Medea, sublimándose de este modo en un contexto superior al del objetivo personal de la protagonista.
El objetivo principal de Medea es castigar a Jasón, aunque a Medea se la conozca más por haber asesinado a sus hijos. Ese hecho sólo es un instrumento para vengarse de Jasón. El infanticidio sólo es el tercero de los crímenes que perpetra, después de haber asesinado a Crente y su hija; dos crímenes que no le producen ningún conflicto emocional, puesto que con ellos no le une ningún afecto positivo. Pero con sus hijos no ocurre así; ellos son el único medio que tiene para introducir en el palacio de Corinto los regalos envenenados. Esos regalos que terminan con la vida de Creonte y su hija. Hecho esto, los niños se convierten en parte inexcusable de la venganza. Con ellos se inicia y con ellos se acaba. Su objetivo no podría cumplirse con el simple asesinato de Jasón o llevándose a sus hijos; no, no podría ser así porque no se trata de una venganza pura y simple de carácter emocional, sino de marcar al culpable de algún modo, de estigmatizarle como abandono a su recuerdo, errante, para sí mismo y ejemplo viviente para los demás.
Por otro lado, y aunque los actos que comete Medea requieren de una frialdad y una fuerza emocional increíble, Eurípedes llama la atención con gran insistencia sobre la debilidad de Medea. Una debilidad que nada tiene que ver con que sea mujer (afortunadamente Eurípides no cae en el tópica de mujer-sensible), sino con el resultado de las circunstancias que la rodean en Corinto: extranjera y fugitiva.
Yace sin comer, entregando su cuerpo a los dolores, consume todo su tiempo entre lágrimas, una vez ha sabido que es ultrajada por su marido, y no alza la mirada ni aparta el rostro del suelo.
Medea aparece situada de este modo, en un escalón muy bajo de la sociedad a pesar de su origen real, ya que al traicionar a su familia a favor de Jasón le supuso renunciar a los privilegios de que gozaba en su país para venir a menos. En Grecia sabrán que es sabia, y habrá ganado buena fama, pero no deja de ser una extranjera fugitiva, lo cual no juega precisamente a su favor. En el contraste entre la heroína así presentada y la posición que ostenta Creonte, tirano de Corinto, y de la que por su nueva boda también goza ahora Jasón, queda completamente al descubierto la violencia que se ejerece sobre ella, de la que la irrevocable orden de destierro es su manifestación más extrema.
El tema principal de la obra no es que Jasón haya abandonado a Medea por otra mujer y los celos que se apoderan de la protagonista. El problema que plantea Eurípides es más grave: Jasón ha roto los sagrados juramento del matrimonio por una opción más ventajosa, ha traicionado a los suyos por egoísmo y codicia, y ha llevado a la práctica la ley del más fuerte, al igual que Creonte, representante y cabeza del poder del Estado, no dudando ninguno de los dos en apartar, con la fuerza de su posición social, al débil que puede estorbar la consecución de sus planes. Ninguno ha buscado un término medio, ni una solución de compromiso, ni recurrido a la persuasión, ni tampoco han mostrado la más mínima compasión por la huésped, la esposa, la madre o los hijos, sino que sin más contemplaciones decretan el destierro para la una y los otros, sabiendo muy bien que Medea no tiene a dónde ir, que expulsarla supone abandonarla a un destino cruel y adverso, donde puede caer en manos de los parientes de sus víctimas y a la que ninguna ciudad querrá acoger debido a su fama. Es decir, ha habido un abuso de poder, pues éste se ha ejercido en beneficio propio, despreciando el respeto debido a las normas de convivencia.
Resulta pues tan hipócrita Jasón cuando se presenta ante Medea e intenta convencerla de que se casó con la hija de Creonte por el bien de todos y que pidió a Creonte que no les desterraran:
Yo, queriendo que aquí te quedases, sus iras
por apaciguar siempre me esforcé; pero tú
no cejabas en esa necedad e insultábasles
mil veces hasta que del país te arrojaron.
Mas, aun así, aquí estoy, soy fiel a mis amigos
y por ti me preocupo, mujer, para que no
te vayas con tus hijos en la indigencia estando
o en la necesidad; pues son muchos los males
que al exilio acompañan. Y, aunque tú me detestes,
no sentiré jamás aversión hacia ti.
Tu espíritu es sutil, pero odioso resúltate
el tener que contar cómo Eros te obligó
con invencibles dardos a salvar mi persona.
Mas no aquilataré demasiado este punto:
de aquel modo o del otro me salvaste y en paz.
Pero en tal salvación fue más lo que tomaste
que lo que recibí, como demostraré.
Habitas ante todo tierra helena y no bárbara,
conoces la justicia y el vivir según ley
y no bajo el imperio tan sólo de la fuerza.
No hay heleno ninguno que ignore que eres sabia
y así tienes prestigio; si siguieras viviendo
en el fin de la tierra, nadie de ti hablaría.
Y a mí ni oro en mi casa me des ni el cantar himnos
más hermosos que Orfeo si ello no va a traerme
el gozar de una fama que distinga mis dotes.
Eso es lo que tenía que decir de mi viaje,
y ello porque tú fuiste la que inició el litigio.
Y en cuanto a la real boda que tú me echas en cara,
en eso mostraré que ante todo soy hábil
y también moderado y además gran amigo
de ti y de nuestros hijos;
Ante los gestos indignados de Medea.
mas manténte tranquila.
Una vez que aquí estoy, venido de la tierra
yolcia y tras mí trayendo problemas insolubles,
¿qué golpe de fortuna pude encontrar mejor
que unirme, un desterrado, con la hija del monarca?
Y no, si ello te escuece, porque odiara tu lecho
o me hiriera el deseo de tener nueva esposa
o de rivalizar con padres de más hijos
—bastan ya los que tengo, no me apetecen otros—,
sino, cosa importante, para que bien viviéramos
sin carecer de nada, sabiendo que a los pobres
les huyen los amigos, todos de ellos se apartan;
para que en forma digna de esta casa se criasen
mis hijos, a los cuales yo les daría hermanos
que, habitando con ellos en un linaje unido,
nos hicieran felices. ¿A qué más descendientes?
A mí sólo me importa que los nacidos hoy
gocen de otros futuros. ¿Es malo esto? Tú misma
lo aceptaras si no te irritase el pensar
en la cama. Que a un grado tal llegáis las mujeres
como para creer que todo lo tenéis
si ello va bien; y, en cambio, cuando no, en enemigas
os tornáis de lo que es más conveniente y justo.
Deberían los hombres buscar otra manera
de engendrar a la prole sin sexo femenino,
y así no sufriría mal alguno el varón.
Sí, es gracioso. Medea asesinó por Jasón, arriesgó su vida y abandonó a su familia por él. A cambio ha conseguido ser una solitaria en tierra extraña mientras él disfruta de su nueva vida con la princesa de Corinto. Ha sido abandonada con sus dos hijos, humillada y, ahora, desterrada. Y él parece no tener mayor disculpa que decir no ser culpable de que el amor que Medea por él sentía la llevó a cometer tales acciones.
Pobre Jasón, de todas las mujeres que hay en el mundo tuvo que ser precisamente ésta la que de él se enamorara. Pobre Jasón, que es tan bueno que incluso a Corinto pide no desterrar a Medea y sus hijos. Pobre Jasón, tan bueno es, que abandonó a su mujer por otra más ventajosa y menos problemática. Pobre Jasón, que ahora parece tener que sentirse culpable por el estado en que Medea se encuentra.
Medea es la víctima, y todos lo saben: Desde el momento en que anuncia su intención de castigar el ultraje sufrido, jamás es acusada de obrar injustamente, sino todo lo contrario (salvo cuando decide asesinar a sus hijos y el Coro le pide encarecidamente que no recurra al parricidio, aunque cuando éste se produce, a pesar de sugerirlo, no acude nadie en ayuda de los niños). Es más, en los últimos versos y en su última conversación con Jasón, se muestran sus actos como ejecutados con el consentimiento de la divinidad. Medea ha invocado una y otra vez a Zeus, guardián de los juramentos, y a Temis, y cuando al final de la obra, ya victoriosa en lo alto de la escena, sobre el carro alado de su abuelo Helios y con los cadáveres de sus dos hijos, Jasón invoca a los dioses y a Zeus reprochándoles su inactividad ante el crimen de Medea, ninguno le responde. No ya porque Eurípides creyera o no en los dioses, o porque presentara al ser humano librado a su propio destino, sino porque Jasón fue el primero que les ofendió, rompiendo los juramentos hechos en nombre de Zeus por beneficio propio.
Incluso Egeo, rey de Atenas, desaprueba totalmente las acciones de Jasón, y es uno de los motivos por los que concede a la heroína el refugio seguro de su hogar en Atenas. La otra razón por la que esto le concede, es porque ella le ha prometido poner fin a su esterilidad.
Una vez cometidos los asesinatos de Creonte y su hija, Medea sabe que no puede dejar a sus hijos en Corinto, porque ello supone la muerte de los niños a manos de los familiares del difunto rey. Los puede llevar con ella. Sí, es posible o no conservarlos o no consigo, pero también es cierto que hacer eso es continuar ligada a Jasón a través de los hijos comunes: que él, al conocer la desgracia acaecida en el palacio, vendrá a reclamárselos, como así sucede, y si hay algo que Medea no quiere es que sus hijos le sean arrebatados después de todo el dolor que le ha supuesto criarlos. Además, para que su castigo sea completo, debe despojar a Jasón de todo lo que le permita una mínima recuperación futura de su vida.
Resultan verdaderamente estremecedoras las palabras que pronuncia Medea antes de perpetrar ese terrible crimen. :
¡Hijos, hijos, vosotros tenéis ciudad y casa
en que viviréis siempre, lejos de vuestra madre,
dejando a esta infeliz padecer infortunios!
Yo, en cambio, desterrada saldré para otra tierra
sin gozar de vosotros ni ver vuestras venturas
ni procuraros bodas en que el lecho nupcial
yo pudiera adornar o llevar las antorchas.
¡Ay, pobre desgraciada, qué presunción la mía!
En vano yo os crié por lo visto, mis hijos,
en vano soporté dolor desgarrador
en los crueles trances de vuestros nacimientos.
Mas muchas esperanzas abrigaba esta mísera
de que mi ancianidad cuidarais y a mi muerte
piadosa sepultura me dierais, envidiable
suerte para un mortal; pero ahora ya esfumóse
tan dulce pensamiento; de vosotros privada
llevaré una existencia de pesar y amargura.
Y ya el rostro materno no verán vuestros ojos,
porque será distinta la vida que tengáis.
¡Ay, ay! ¿Por qué volvéis la mirada hacia mí
dedicándome esa última sonrisa, niños míos?
¡Ay! ¿Qué voy a hacer yo? Me desfallece el alma,
mujeres, cuando veo sus semblantes alegres.
¡No puedo! ¡Adiós, proyectos! ¿Por qué doblar mis [penas
sólo por un afán de hacer sufrir al padre
con las desdichas de ellos? ¡No puedo, de verdad!
¡Adiós los planes míos! Mas ¿qué es lo que me pasa?
¿Me resignaré a ser objeto de ludibrio
permitiendo que impunes mis enemigos queden?
Hay que osar lo que intento. ¡Vaya con mi blandura!
¡Que tan mansas ideas admita mi alma! En casa
entrad, niños.
Si lícito no es a alguien asistir
a este mi sacrificio, suya la decisión
sea; pero mi mano no desfallecerá.
¡Oh, oh!
¡No, alma mía, no lo hagas! ¡Infeliz, no cometas
tal crimen! ¡Déjales, a tus hijos perdona!
Viviendo allí conmigo me darán alegrías.
¡No, por los vengadores soterraños del Hades,
yo no voy a entregar mis hijos a que sean
ultrajados en manos de nuestros enemigos!
Ello está decidido; no es posible evitarlo.
Y además la princesa ya habrá muerto ataviada
con su peplo y diadema, bien segura estoy de ello.
En fin, pues a tomar voy un triste camino
y a éstos a encaminarles por otro peor aún,
me despediré de ellos.
Dadme, hijos, vuestra mano
derecha, que la pueda vuestra madre estrechar.
¡Queridísima mano, queridísima boca,
figura y noble faz de mis hijos! Felices
seáis los dos, pero allá, porque de lo de aquí
vuestro padre os privó. ¡Dulce abrazo, piel suave,
oh, dulcísimo aliento de estos niños! Marchaos,
idos ya, que capaz no soy de dirigir
la mirada a mis hijos, pues el dolor me vence.
Yo comprendo qué crimen tan grande voy a osar,
pero en mis decisiones impera la pasión,
que es la mayor culpable de los males humanos.
Aquí aparece la Medea más humana. La que quiere luchar contra sus instintos, pero no puede contra su pasión. Antes que sentirse de nuevo humillada, prefiere acabar con la vida de sus hijos, terminar el castigo, la venganza contra Jasón.
El sacrificio de los niños es de gran importancia porque el mismo marca el fin de la vida en común de la pareja protagonista y el inicio de la nueva vida que cada uno de ellos ha de seguir por separado. Con este acto Medea pone fin a su relación con Jasón y a todo lo que esta conllevó, pero también es la renuncia a sus hijos. Su acto final, el que marca su victoria, es también la pérdida de una importante parte de su vida y de sí misma. Es ahora cuando ya nada tiene remedio y todos sus proyectos se han venido abajo, cuando Jasón se preocupa por los hijos cuyo destierro no le produjo ningún dolor.
Medea mató a sus hijos para causar dolor a Jasón, y así queda él: convertido en un apartida sin futuro, sin lugar a dónde ir. El mismo destino que había proyectado para su esposa es el que ahora él padecerá de por vida. Ha perdido el poder, la fama, la gloria... los ideales que más valoraba y ansiaba, porque utilizó un medio erróneo para su consecución. En cambio Medea, siendo víctima, se ha convertido en verdugo, de la opresión ha pasado a la libertad. Montada en su carro alado, ubicado en el lugar reservado en la escena a los dioses, y ya desvinculada de su pasado, sabe, al contrario que Jasón, muy bien a dónde ir: a “Atenas, la ciudad que se le ofrece como remedio a la ceguera, como patria de gentes lúcidas, que respetan todos los derechos y ofrecen su compasión a los maltratados por la fortuna.”
Atenas aparece como la polis donde reina la paz, la justicia, la sabiduría, resultado de un ideal democrático que garantiza libertad y bienestar social e intelectual y que, llegado el momento, ha de ser defendida de los enemigos que quieran destruirla, de aquellos que por ambición rompen los pactos sagrados.
Si una mujer extranjera, alejada de su patria y sin parientes masculinos que la protejan o defiendan, ha sido capaz, en situación tan desventajosa, de invertir la relación de fuerzas y castigar la injusticia que contra ella se quería cometer, manteniendo su decisión, en el marco del comportamiento heroico, hasta sus últimas consecuencias, qué no deberán hacer los atenienses para conservar sus creencias y modo de vida, para que su tierra permanezca libre. Pero esta decisión, seguida a toda costa, supone tener que llegar a sacrificar, si la ocasión lo requiere, lo más querido; en el caso de Medea, sus hijos; en el caso de Atenas, implica exactamente lo mismo: debe enviar a sus hijos a la muerte para defender lo que es justo.
“Terribles son las decisiones de los soberanos, acostumbrados a obedecer poco y a mandar mucho, difícilmente cambian los impulsos de su carácter”.
Opinión personal
Medea sólo fue un mito. ¿Medea sólo es una historia de tantas..? Está claro que no todas llegaríamos al extremo de matar, por amor, a lo que, supuestamente más queremos...No todas somos así. Otras optan por suicidarse.Cuando lo que más queremos, o lo que nos hace amar, nos traiciona, somos capaces de aniquilar a lo que amamos.
Medea quería a Jasón y con él tuvo dos hijos. ¿Amaba a sus hijos porque eran parte de su ser, o sólo por que eran parte de Jasón...? Igual que a una mujer enamoradase la ve más segura de sí misma. ¿Se ama a sí misma más porque se siente amada? ¿Deseada? ¿A quién se quiere más, al querido o a lo que él nos hace querer?¿Por qué mató Medea a sus hijos? ¿Por qué hay quien se suicida por amor? ¿Por qué hay quienes se dejan matar por quienes aman?Igual que cuando se elimina la copia pero se guarda el original. Borrar algo físico pero mantenerlo intacto en la memoria. El amor como un suicidio, el amor como un acto de entrega... Ser parte del otro, una pequeña parte porque, supuestamente, cuando se ama lo más grande es el ser amado.
¿Amar para ser poquita cosa o ser poquita cosa porque se está sola?
Sin título (aún)
Las maletas estaban apiladas en el pasillo. No era mucho, unas pocas maletas con lo imprescindible para pasar dos semanas fuera de casa. Teresa tarareaba mientras terminaba de recoger las cosas, se aseguraba de haber bajado todas las persianas, apagar el gas, sacar la basura... Estaba realmente feliz, mientras su marido esperaba nervioso en la puerta y la pequeña Malena, acurrucada en una esquina del salón, fijaba su mirada en un punto abstracto de las cortinas. No quería ir, no quería...
- Tonta, allí te lo pasarás muy bien con tus primos. – Le repetía su madre una y
otra vez. Pero es que precisamente era eso lo que no quería: estar con sus primos.
Malena era pequeña, sólo cuatro años, y la última vez que había estado con sus
primos fue en el verano, cuando pasaron aquel fin de semana familiar en casa de sus tíos, en un pueblecito de la costa mediterránea. Malena se sentía feliz, pues, al ser la pequeña de la familia, acaparaba la atención de todos. Teresa y su hermana preparando sandwiches y salpicándose, como niñas, con la mayonesa; los maridos, sentados al sol, fumando y bebiendo cerveza, y los niños correteando por el jardín. Malena quería acercarse a Paula y Rodrigo, pero ellos parecían distantes. Ella iba detrás suyo, intentando escapar de esos locos adultos que parecían más niños que ellos, pero Paula y Rodrigo no se lo querían poner nada fácil. Rodrigo tenía siete años y Paula doce, pero parecía que esa gran diferencia de edad no existía, y no porque Paula fuera excesivamente infantil, sino porque Rodrigo aparentaba ser mucho mayor.
- Malena, ven aquí.
Malena miró a Paula con timidez. Era el tercer día de las vacaciones y aquella era la
primera vez que Paula le mostraba el mínimo de atención.
- ¿Malena? - Insistió Paula, esta vez fingiendo dulzura.
La niña se acercó a ella, Paula se agachó, la observó con detenimiento y le acarició
la cara. Sonrió, se puso en pie, Malena le dio la mano y juntas fueron hacia la habitación de Rodrigo. Era una habitación pequeña, y las persianas estaban bajadas por completo....
- Tonta, allí te lo pasarás muy bien con tus primos. – Le repetía su madre una y
otra vez. Pero es que precisamente era eso lo que no quería: estar con sus primos.
Malena era pequeña, sólo cuatro años, y la última vez que había estado con sus
primos fue en el verano, cuando pasaron aquel fin de semana familiar en casa de sus tíos, en un pueblecito de la costa mediterránea. Malena se sentía feliz, pues, al ser la pequeña de la familia, acaparaba la atención de todos. Teresa y su hermana preparando sandwiches y salpicándose, como niñas, con la mayonesa; los maridos, sentados al sol, fumando y bebiendo cerveza, y los niños correteando por el jardín. Malena quería acercarse a Paula y Rodrigo, pero ellos parecían distantes. Ella iba detrás suyo, intentando escapar de esos locos adultos que parecían más niños que ellos, pero Paula y Rodrigo no se lo querían poner nada fácil. Rodrigo tenía siete años y Paula doce, pero parecía que esa gran diferencia de edad no existía, y no porque Paula fuera excesivamente infantil, sino porque Rodrigo aparentaba ser mucho mayor.
- Malena, ven aquí.
Malena miró a Paula con timidez. Era el tercer día de las vacaciones y aquella era la
primera vez que Paula le mostraba el mínimo de atención.
- ¿Malena? - Insistió Paula, esta vez fingiendo dulzura.
La niña se acercó a ella, Paula se agachó, la observó con detenimiento y le acarició
la cara. Sonrió, se puso en pie, Malena le dio la mano y juntas fueron hacia la habitación de Rodrigo. Era una habitación pequeña, y las persianas estaban bajadas por completo....
¿QUIERES QUE LA HISTORIA CONTINUE? DEJA COMENTARIO (con, por supuestos, posibles ocurrencias)
sábado, 13 de enero de 2007
PISCIS SUICIDA
Aquí esta traducida la supuesta carta de suicidio de Kurt Cobain:
A Boodah:
Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado.
Esta nota debería de ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk-rock que he ido siguiendo a lo largo de estos años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo Rock'n'Roll. Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del publico, a mi no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De echo no puedo engañar, a ninguno de ustedes. Simplemente no seria justo ni para ustedes ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme Señor, pero no es suficiente). Soy consciente de que yo, nosotros, hemos gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño. En estas tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico Piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho a como había sido yo. Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general... Sólo porque a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por nuestras cartas y nuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión. Y recuerda Courtney que es mejor quemarse que apagarse lentamente.
Paz, amor y comprensión.
KURT COBAIN
Frances y Courtney, estaré en nuestro altar. Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí.
¡¡TE QUIERO!! ¡¡ TE QUIERO !!
Laura Pausini
Siento que es mas fuerte que yo,
esta noche y todas, cómo no,
habla por él y por mi,
decide por los dos.
No sé por qué no supe contestarle,
le tengo miedo para provocarle,
si yo tuviera valor
debiera abandonarle.
¿Qué puede pasar?
podrias lastimarme tu
pero puedes resultar herido,
oh no, tu no.¿Por qué no...?
diré que ha sido culpa mia,
diré que han sido mis manias,
que lo he querido y lo he buscado yo.
¿Por qué no?esta noche te diviertes tu,
mañana la venganza es mia,
porque mañana puede ser mi dia.
¿Por qué no?
Cuantas dudas, cuantos porqués,
si no es amor que es lo que puede ser,
irresistiblemente suya me, quedo con él.
Al menos dime que me adoraras,
damelo todo, abrazame al final,y jurame después que no me dejaras.
¿Qué puede pasar?
podrias lastimarme tu
pero puedes resultar herido,
oh no, tu no
¿Por qué no...?
diré que ha sido culpa mia,
diré que han sido mis manias,
que lo he querido y lo he buscado yo.
¿Por qué no...?esta noche te diviertes tu,
mañana la venganza es mia,
porque mañana puede ser mi dia.
¿Por qué no?
esta noche y todas, cómo no,
habla por él y por mi,
decide por los dos.
No sé por qué no supe contestarle,
le tengo miedo para provocarle,
si yo tuviera valor
debiera abandonarle.
¿Qué puede pasar?
podrias lastimarme tu
pero puedes resultar herido,
oh no, tu no.¿Por qué no...?
diré que ha sido culpa mia,
diré que han sido mis manias,
que lo he querido y lo he buscado yo.
¿Por qué no?esta noche te diviertes tu,
mañana la venganza es mia,
porque mañana puede ser mi dia.
¿Por qué no?
Cuantas dudas, cuantos porqués,
si no es amor que es lo que puede ser,
irresistiblemente suya me, quedo con él.
Al menos dime que me adoraras,
damelo todo, abrazame al final,y jurame después que no me dejaras.
¿Qué puede pasar?
podrias lastimarme tu
pero puedes resultar herido,
oh no, tu no
¿Por qué no...?
diré que ha sido culpa mia,
diré que han sido mis manias,
que lo he querido y lo he buscado yo.
¿Por qué no...?esta noche te diviertes tu,
mañana la venganza es mia,
porque mañana puede ser mi dia.
¿Por qué no?
miércoles, 10 de enero de 2007
MUSIC IS MY HOT SEX
Cansei De Ser Sexy - Music Is My Hot Hot Sex
From all the drugs the one i like more is music
From all the junks the one i need more is music
From all the boys the
one i take home is music
one i take home is music
From all the ladies the one i kiss
is music (muah!)
is music (muah!)
Music is my boyfriend
Music is my girlfriend
Music is my dead end
Music is my imaginary friend
Music is my brother
Music is my
great-grand-daughter
great-grand-daughter
Music is my sister
Music is my
favorite mistress
favorite mistress
From all the shit the one i gotta
buy is music
buy is music
From all the jobs the one i choose is music
From all the drinks the one i get drunk is music
From all
the bitches the one i wannabe is music
the bitches the one i wannabe is music
Music is my
beach house
beach house
Music is my hometown
Music is my kingsize
bed
bed
Music is my hot hot bath
Music is my hot hot
sex
sex
Music is my back rub
Music is where i'd like
you to touch
Claro-que-sim
Fuiescoteira-mirim
Direto da escola, não
Não ia cheirarcola
Nem basquete, pebolim
O que eu gosto não é degraça
O que gosto não é farsa
Tem guitarra, bateria,computador saindo som
Alguns dizem que mais alto que umfuracão (rhéum)
Perto dele eu podia sentir
Saía de seuolho e chegava em mim
Sentada do seu lado
Eu queriaencostar
Faria o tigela até o sol raiar
Debaixo dolençol
Ele gemia em ré bemol
Fiquei tensa
Mastava tudo bem
Ele é fodão, mas eu sei que eu sou também
martes, 9 de enero de 2007
El hombre ideal
Volviendo a mirar este librito de Gemma Lienas, caigo en otro artículo que también nos anima a vivir como paranoicas. Parece ser que según esta escritora los hombres son un peligro para la sociedad y que, como de las ratas, cuanto más lejos estemos de ellos mucho mejor. Ya sé que a veces a mí también me entran esas crisis feministas y escribo textos atentando contra todo el colectivo masculino, pero son eso, “crisis feministas”. Lo que quiero decir es que, por muy feminista que me considere (o me consideren) no creo que los hombres sean todos unos insignificantes sacos de carne y semen. Por favor, si fuera así no querría ver ni a mi padre, y, además, a mis amigOs no los cambiaría por nada. Lo que pasa es que he tenido muy mala suerte.
Soy presa de una maldición que hace que todos los tíos a los que conozco acaben siendo unos gilipollas redomados. Bueno, todos no... pero sí la gran mayoría. El 99’9%.
Bueno, no quiero demorarme más. Aquí os dejo otro texto de Gemma Lienas.
EL VALOR DEL MIEDO.
El aténtico miedo es un regalo. Éste es el título de un libro norteamericano que compré como base documental para mi próxima novela. El autor, especialista en comportamientos violentos, explica de qué modo podemos detectar signos imperceptibles de peligro antes de que sea demasiado tarde.
El libro se abre con una nota que dice: “los varones son en cualquier parte del mundo más violentos que las mujeres. Por esta razón, el lenguaje que se utiliza en el libro es específicamente masculino. Cuando se trata de violencia, las mujeres pueden orgullosamente no sentirse identificadas porque, al menos en esta cuestión, políticamente correcto significa estadísticamente incorrecto.”
Después de esta introducción se entiende que, a pesar de que el libro habla de todo tipo de violencia, a la que se refiere más a menudo es a la violencia de género.el autor afirma que existen indicadores ante los que las mujeres y las chicas no pueden hacer la vista gorda. Explica lo importantes que son estas señales de alerta que nos envía la intuición, sobre todo al inicio de una relación, cuando aún no hemos quedado atrapados en la telaraña de las emociones y todavía somos capaces de percibir los avios de nuestro GPS emocional.
El instituto Catalán de la Mujer acaba de poner en marcha una campaña contra la violencia de género con este lema: “Corta con los malos rollos”. La campaña, basada en anuncios, talleres formativos, conferencias y exposiciones, se dirige a gente de 16 a 25 años y tiene un carácter preventivo. Se trata de enseñar a las chicas a no dejarse atrapar en una relación sentimental con un tipo que a la larga pueda resultar su futuro maltratador. Y se trata también de enseñar a los chicos a modificar determinados comportamientos.
Chica, situaciones que hace falta conocer como de potencial peligro futuro:
Un chico, que acabas de conocer, te anuncia con una sonrisa encantadora en sus labios: “Soy un cabrón”. Desconfia de él; seguramente lo es.
El chico te llama cada dos por tres al móvil para saber dónde estás. No pienses que te quiere mucho y no puede estar sin ti; es una forma de tenerte controlada.
El chico te trata muy protectoramente. ¡Fatal! Establece una relación en la que él está por encima de ti; si se le cruzan los cables, en lugar de protegerte, te atizará.
El chico se muestra compungido porque has decidido pasar la tarde con tus amigas y cancelas la cita. ¡Mal!, te has dejado hacer chantaje emocional.
Y mejor si se te ponen los pelos de punta pensando en cualquiera de estas situaciones. El miedo es, en este caso, un regalo.
Asi que, ya sabéis chicas, el hombre ideal es aquel que no nos llama, que no tiene un carácter protector y a quien se la sople que cancelemos una mil veces sus citas. Si, es cierto, ese es mi hombre ideal.
Soy presa de una maldición que hace que todos los tíos a los que conozco acaben siendo unos gilipollas redomados. Bueno, todos no... pero sí la gran mayoría. El 99’9%.
Bueno, no quiero demorarme más. Aquí os dejo otro texto de Gemma Lienas.
EL VALOR DEL MIEDO.
El aténtico miedo es un regalo. Éste es el título de un libro norteamericano que compré como base documental para mi próxima novela. El autor, especialista en comportamientos violentos, explica de qué modo podemos detectar signos imperceptibles de peligro antes de que sea demasiado tarde.
El libro se abre con una nota que dice: “los varones son en cualquier parte del mundo más violentos que las mujeres. Por esta razón, el lenguaje que se utiliza en el libro es específicamente masculino. Cuando se trata de violencia, las mujeres pueden orgullosamente no sentirse identificadas porque, al menos en esta cuestión, políticamente correcto significa estadísticamente incorrecto.”
Después de esta introducción se entiende que, a pesar de que el libro habla de todo tipo de violencia, a la que se refiere más a menudo es a la violencia de género.el autor afirma que existen indicadores ante los que las mujeres y las chicas no pueden hacer la vista gorda. Explica lo importantes que son estas señales de alerta que nos envía la intuición, sobre todo al inicio de una relación, cuando aún no hemos quedado atrapados en la telaraña de las emociones y todavía somos capaces de percibir los avios de nuestro GPS emocional.
El instituto Catalán de la Mujer acaba de poner en marcha una campaña contra la violencia de género con este lema: “Corta con los malos rollos”. La campaña, basada en anuncios, talleres formativos, conferencias y exposiciones, se dirige a gente de 16 a 25 años y tiene un carácter preventivo. Se trata de enseñar a las chicas a no dejarse atrapar en una relación sentimental con un tipo que a la larga pueda resultar su futuro maltratador. Y se trata también de enseñar a los chicos a modificar determinados comportamientos.
Chica, situaciones que hace falta conocer como de potencial peligro futuro:
Un chico, que acabas de conocer, te anuncia con una sonrisa encantadora en sus labios: “Soy un cabrón”. Desconfia de él; seguramente lo es.
El chico te llama cada dos por tres al móvil para saber dónde estás. No pienses que te quiere mucho y no puede estar sin ti; es una forma de tenerte controlada.
El chico te trata muy protectoramente. ¡Fatal! Establece una relación en la que él está por encima de ti; si se le cruzan los cables, en lugar de protegerte, te atizará.
El chico se muestra compungido porque has decidido pasar la tarde con tus amigas y cancelas la cita. ¡Mal!, te has dejado hacer chantaje emocional.
Y mejor si se te ponen los pelos de punta pensando en cualquiera de estas situaciones. El miedo es, en este caso, un regalo.
Asi que, ya sabéis chicas, el hombre ideal es aquel que no nos llama, que no tiene un carácter protector y a quien se la sople que cancelemos una mil veces sus citas. Si, es cierto, ese es mi hombre ideal.
Histeria feminista
Hola gentecilla!!!
He recuperado de mi estantería un libro que leí hace un par de años: “Ni Putas Ni Sumisas” de Gemma Lienas. El caso es que he estado echándole una ojeadilla y me he topado con un capítulo que aparenta pecas de histeria feminista. (Uy, pero qué he dicho)
Bueno, yo lo pongo, y vosotros ya sacaréis vuestras propias conclusiones:
MUJER PRECAVIDA...
La Conferencia Episcopal ha puesto en marcha una campaña para defender el matrimonio entre una mujer y un hombre, excluyendo cualquier otra alternativa. Para ponerlo claro: los obispos – como puede comprobarse, con una excelente voluntad negociadora – han impreso unos nuevos folletos propagandísticos – pagados con nuestro dinero – para explicar que los matrimonios de lesbianas o gays son contranatura. Dicen que la unión de un hombre y una mujer es la “realidad natural, racional y humana”, que “garantiza la supervivencia biológica, espiritual y moral de la humanidad”.
A mí, en cambio, cada vez me parece menos racional y humana esta unión y, sobre todo, considero que no garantiza en absoluto la supervivencia de las mujeres. Es más, cada semana que pasa y al ritmo de tantas mujeres muertas a manos de sus parejas, se me hace más evidente la peligrosidad del vínculo. Por ejemplo, ojeamos el periódico de hoy y encontramos las noticias siguientes. Un vecino de Sabadell mata a su mujer a cuchilladas después de una disputa familiar. En Requena han encontrado bajo un puente de la autopista el cadáver de una mujer, cuyo marido ya ha sido detenido aunque alega que sufrieron un accidente; no aclara, sin embargo, por qué razón él no fue a dar con sus huesos al fondo del barranco o por qué no avisó de que su mujer sí había caído. Y en Pontevedra se busca al novio de una mujer hallada enterrada en una colina, envuelta en una sábana.
Monseñores, les sugiero la próxima campaña, que podría llevar este título: “Como el tabaco, o incluso más, tener marido puede matar.” Propongo que, a continuación, ofrezcan una serie de consejos a las mujeres para que eviten caer en la trampa de una relación destructiva. Por ejemplo:
Mujer,
Si estás pasando por una época de moral baja o con disposición hacia el cambio y te tropiezas con un hombre muy especial, que hasta conocerte no ha tenido suerte en el amor, desconfía.
Si, a pesar de ser muy encantador, en las primeras citas dice o hace algo que te pone los pelos de punta, haz caso de tu intuición: desconfía.
Si tienes la impresión de que no “siente” lo mismo que tú, desconfía.
Si es posesivo y necesita tenerte controlada, pero él se aferra a su independencia, desconfía.
Y si, finalmente, llegas al punto de comprender que junto a él nunca vas a ser feliz, significa que has llegado demasiado lejos. Escapa.
La campaña de la desconfianza, la llamarían muchas personas. Es cierto, las mujeres, con tantas precauciones, con tanta desconfianza, corremos el riesgo de volvernos un poco paranoicas. Aún así, no perdamos de vista que vale más mujer paranoica viva que mujer cuerda dos palmos bajo tierra.
He recuperado de mi estantería un libro que leí hace un par de años: “Ni Putas Ni Sumisas” de Gemma Lienas. El caso es que he estado echándole una ojeadilla y me he topado con un capítulo que aparenta pecas de histeria feminista. (Uy, pero qué he dicho)
Bueno, yo lo pongo, y vosotros ya sacaréis vuestras propias conclusiones:
MUJER PRECAVIDA...
La Conferencia Episcopal ha puesto en marcha una campaña para defender el matrimonio entre una mujer y un hombre, excluyendo cualquier otra alternativa. Para ponerlo claro: los obispos – como puede comprobarse, con una excelente voluntad negociadora – han impreso unos nuevos folletos propagandísticos – pagados con nuestro dinero – para explicar que los matrimonios de lesbianas o gays son contranatura. Dicen que la unión de un hombre y una mujer es la “realidad natural, racional y humana”, que “garantiza la supervivencia biológica, espiritual y moral de la humanidad”.
A mí, en cambio, cada vez me parece menos racional y humana esta unión y, sobre todo, considero que no garantiza en absoluto la supervivencia de las mujeres. Es más, cada semana que pasa y al ritmo de tantas mujeres muertas a manos de sus parejas, se me hace más evidente la peligrosidad del vínculo. Por ejemplo, ojeamos el periódico de hoy y encontramos las noticias siguientes. Un vecino de Sabadell mata a su mujer a cuchilladas después de una disputa familiar. En Requena han encontrado bajo un puente de la autopista el cadáver de una mujer, cuyo marido ya ha sido detenido aunque alega que sufrieron un accidente; no aclara, sin embargo, por qué razón él no fue a dar con sus huesos al fondo del barranco o por qué no avisó de que su mujer sí había caído. Y en Pontevedra se busca al novio de una mujer hallada enterrada en una colina, envuelta en una sábana.
Monseñores, les sugiero la próxima campaña, que podría llevar este título: “Como el tabaco, o incluso más, tener marido puede matar.” Propongo que, a continuación, ofrezcan una serie de consejos a las mujeres para que eviten caer en la trampa de una relación destructiva. Por ejemplo:
Mujer,
Si estás pasando por una época de moral baja o con disposición hacia el cambio y te tropiezas con un hombre muy especial, que hasta conocerte no ha tenido suerte en el amor, desconfía.
Si, a pesar de ser muy encantador, en las primeras citas dice o hace algo que te pone los pelos de punta, haz caso de tu intuición: desconfía.
Si tienes la impresión de que no “siente” lo mismo que tú, desconfía.
Si es posesivo y necesita tenerte controlada, pero él se aferra a su independencia, desconfía.
Y si, finalmente, llegas al punto de comprender que junto a él nunca vas a ser feliz, significa que has llegado demasiado lejos. Escapa.
La campaña de la desconfianza, la llamarían muchas personas. Es cierto, las mujeres, con tantas precauciones, con tanta desconfianza, corremos el riesgo de volvernos un poco paranoicas. Aún así, no perdamos de vista que vale más mujer paranoica viva que mujer cuerda dos palmos bajo tierra.
Gemma Lienas.
El tiempo lo destruye todo
He perdido el tiempo. Lo he perdido, y eso no vuelve.
He perdido el tiempo. Lo he perdido, y eso no vuelve.
Siempre tengo que estropear las cosas. Siempre digo: “la próxima vez pensaré antes de actuar”, pero ¡que coño! Siempre es al revés...
Estamos a ocho de enero (quedan unos minutos antes de que den las doce) y ha sido hoy cuando he regrasado a Valladolid de mis “vacaciones” de Navidad.
El 21 de Diciembre, cuando cogí el tren para ir a Logroño, una estúpida ilusión burbujeaba dentro de mí: veré a Marta, Elena, Letty, Tudel, Nacho... etc. En mi cabeza rondaba una lista de nombres enorme, y sonreía en mis adentros al darme cuenta de a cuánta gente echaba de menos. A cuanta gente deseaba ver.
Sin embargo, las vacaciones no fueron lo que yo esperé.
Vino a buscarme Letty a la estación, y de ahí al portal de mi casa nos acompañó una insulsa e incómoda conversación. Preguntas y respuestas cortas. ¿Por qué, maldita sea, si la quiero tanto y tenía tantas ganas de verla, no fui capaz de abrazarla y contarle las mil una batallitas que he vivido con Sara y Judith en Pucela?
Después, un viernes. Marta viene a buscarme (como siempre, ella siempre está rondando el telefonillo de mi casa cuando voy a Logroño. Me alegra tanto que quiera pasar tanto tiempo conmigo, aunque a veces me abruman tantas visitas... yo mi amiga la susceptibilidad) y juntas vamos a hacer una visita a Elena, que está trabajando en una tienda de dulces en un centro comercial. Elena sigue como siempre, y yo estoy “chinglando” el trozo de uña que se me rompí al bajar la maleta del tren el día anterior. Para cuando me doy cuenta, tengo la mano llena de sangre. Marta me mira, yo miro mi mano, Elena se rie y yo más aún. Como una pequeña psicópata, con mis manos empapadas de sangre, riéndome de mí misma y ese defecto incorregible.
Elena y Marta me abrazan, son tan distintas y las quiero tanto... Y ni siquiera sé cómo ellas me pueden querer a mí, de verdad, no sé cómo pueden aguantarme.
Marta no va a salir por la noche, pero Elena sí.
Por la noche salimos, Elena, Laura, Sasu, una amiga de ellas que cumplía ese día los años y yo. Después de beber una copa de piña colada con malibú y bacardi en el café Madrid, sé lo que me espera: reaggetón.
Así que no es de extrañar que aguantara poco. No lo soportaba, y aunque suene mal que lo diga yo, me sentí que ese no era mi lugar, que esa prueba ya la pasé, que ahora estaba en una etapa de mi vida que trascendía a aquello. Bailar en la Rondalosa era como bajar hacia lo más denigrante... y no, yo no soy así. Me reí, me reí muchísimo, porque nosotras íbamos muy guapas, arregladas, y ellos eran todos horribles. No había ni un solo chico que se salvara de la quema, y todos ellos sin excepción miraban con ¿ “deseo” sería la palabra? A todas y cada una de las chicas que, como vestidas como maniquíes de inditex, bailaban canciones de letras tran profundas como “Esta noche es de sexo...”. Y me volví a reir, porque recordé cuando, hace dos años, Elena y yo fuimos a las fiestas de Arenzana y bailamos reaggetón mejor que nadie. Recuerdo cómo se nos acercaban todos los chicos y nosotras los rechazábamos coquetas, porque aquella noche era sólo de nosotras dos. Nos sentíamos perfectas e intocables, como las princesas. Pero aquello sucedió ya hace tiempo, a mí ya no me gusta eso. Y la vi, a Elena, bailando con Sasu, Laura y la otra chica (espero que me perdone por no recordar su nombre), pero ya no bailaba como aquella noche en Arenzana. Ahora todo era muy distinto, y dejé de reir. Me di la vuelta, me acerqué a la barra, me peleé por conseguir mi abrigo, que estaba debajo de una gran montaña de cazadoras y bolsos y, abatida, dejé que mi querida bufanda roja se quedara allí, extraviada entre aquellas ropas. Y la sentí allí, perdida y descolocada, a esa bufanda roja, tan vieja, tan desgastada, entre aquellos abriguitos de Bershka. Pero no aguantaba más y me fui.
Los días que siguieron a aquella noche se confundían entre cenas familiares y horas y horas frente al ordenador para terminar aquel dichoso trabajo de antropología cultural. La cena de NocheBuena, en Baños, con Laura gritando de alegría al jugar con su regalo (un Winnie de Poo, subido sobre una tortuga, que hablaba y caminaba cuando Laura hacía sonar un sonajero), mi abuela gruñendo, mi tío discutiendo por qué canal de televisión debía estar puesto... Pero bien al fin y al cabo.
Después, de regreso a Logroño, a hacer deberes y trabajos, a hablar por messenger con Tudel, Paula o Renato. A perder horas y horas, descargando películas, y canciones, muchas canciones.
Echando de menos tantas cosas.
Después Marta me llamó y juntas fuimos a comprar las entradas para ver dos conciertos del ACTUAL.
Pero aún no había visto a Letty desde el jueves, ni a Elena desde el viernes. Ni a Tudel y los demás desde San Mateo.
Un viernes, un viernes de frío, quedo con Marta para salir. Mientras me vuelvo loca pensando qué ponerme, y mientras mantengo con Renato una de esas tantas conversaciones, él me llama por teléfono. Que tonta, qué tímida, cuántas tonterías pude decir en unos minutos y lo mucho que me reí. Y él también, de mí, no me extraña J.
Salí, salimos, salimos Marta y yo, pero a dar vueltas por las calles vacías de un Logroño que ser “reservaba” para la noche siguiente: NocheVieja. No haya ganas de nada, y ya hemos hablado de demasiadas cosas por hoy. Hace frío, hemos llamado a Elena pero ni ella tiene ganas de salir. Así que nada, vuelta a casa.
Después llegó NocheVieja, y el tener que ir a celebrarla a Villodas con la familia paterna. Todo extraño, todo diferente, pero bien al fin y al cabo. Viendo películas cutres de terror con mis primas (tales como “Campamento infernal” o “La garra del diablo”) y saliendo con Beatriz, la más mayor de mis primas, a celebrar la última noche del año por los bares de la parte vieja de Vitoria, vestida con un vestido de fiesta demasiado “provocativo”. En fin, menos mal que no me tomaron ninguna foto.
Y regreso a Logroño, a mi escritorio, a mis deberes y al messenger.
Llega el martes, Les Lupas, Los Coronas y New York Dolls. Somos dos chicas muy tranquilas, nos sentamos en la primera fila de las gradas y nos enamoramos de Los Coronas, aborrecemos a Les Lupas y alucinamos con New York Dolls.
Miércoles y jueves, más messenger, más lógica y otros deberes que me ponen de los nervios. Viernes, más de lo mismo...
Viernes. Vanesa me abre una conversación en el messenger: “¿A qué no sabes con quién estoy?” No es difícil de adivinar, teniendo en cuenta que sólo tenemos a una amiga en común: Elena. “Hola amor”, me dice Elena, “¿Qué haces?”
“Nada, aquí, volviéndome loca con unos deberes de lógica”
“Ah, que bien. Bueno, nosotras nos vamos ahora de fiesta, adiós.”
Ohhhh.... Indudablemente, Elena no quiere amigas, quiere gente para salir de fiesta. Y yo para eso... yo para eso ya no sirvo. No para el tipo de bares que a ella le gusta frecuentar.
Al día siguiente me llama Kimbo. “¿Cómo lo hacemos para coger las entradas del Maratón de Cine?” Mi cara en ese momento adopta una extraña expresión de desconcierto. “¿Qué?”
“Sí, me dijo Marta que hablara contigo, porque os ibáis a venir con nosotros al Maratón de Cine”.
“¡Pero si ya cogimos entradas para ir al concierto de esta noche...! Bueno, ahora hablo con ella.”
Tudel se acaba de conectar al messenger y me dice algo que me pone muy triste.
“Anoche nos encontramos con Marta en la zona de los conciertos y se vino con nosotros (...) serían sobre las diez (...) no te llamó porque no tenía el móvil (...) me dijo que no habías salido porque tenías que hacer unos deberes de lógica”
Me enfadé con todo, porque tenía tantas ganas de verlos... y ya no iba a ser posible estar con ellos. Enfadada porque hay cientos de cabinas por Logroño y pudieron haberme llamado, enfadada con todo y con todos. ¡Qué coño la lógica! ¡le hubieran dado por culo a la lógico esa noche sólo por volver a verlos! ¿Tanto costaba una llamadita o un mensajito? Tal vez no querían verme... No, no lo creo. No, qué va, Awy, no digas tonterías, si fuera así Tudel no te aguantaría durante tantas horas seguidas hablando por el messenger.
Al final, nada de maratón, y tampoco los vi a ellos... pero me lo pasé genial en el concierto con Marta. Los tres grupos estuvieron geniales: Le Punk, Najwa Nimri y The Gift. Todo perfecto. Un concierto espectacular.
Domingo, ayer.
Una entrada machista en el space de Renato, Tudel recomendándome canciones y dejándome comentarios aquí, en este blog.
18 días en Logroño. Dieciocho días perdiendo el tiempo. No pude quedar tampoco con Dani, aquel amigo que me animaba las mañanas en cuarto curso de la eso. Y no Letty en Sesma, creyendo que yo no la quería ver.
¿Y los reyes? Dinero, nada más que dinero... dinero que irá destinado a mis gastos de la universidad y la residencia.
Ayyyyyy...
Ya estoy de nuevo en Valladolid.
Y, ahora, me lo propongo bien en serio: cuando vuelva a Logroño en Semana Santa, no volveré a perder el tiempo. Debo recuperar el tiempo perdido con Elena y Letty, y volver a salir de fiesta con Marta y reír, reír, reír, reír mucho más. Ir al Mi Amigo, porque, extrañamente, también tengo ganas de ver al Chuchi, y, cómo no, volver a revivir aquellas noches en el San Miguel, con Marta, Nacho, Tudel, Kimbo, Choche y compañía.
Y que le jodan a la lógica, la antropología y a todos los deberes.
En estos casos para nada es malo desconectar. Pero, de donde debo desconectar inmediatamente, es del messenger. Igual que he hecho esta mañana con el Emule J
Y nada, esta semana me toca ver Metrópolis y Nosferatu (la original, la de Murnau), ir de rebajas y no tomarme la vida tan en serio. Y, joder, dejar de hacerme briznas y volver a mi dieta de manzanas y naranjas.
He perdido el tiempo. Lo he perdido, y eso no vuelve.
Siempre tengo que estropear las cosas. Siempre digo: “la próxima vez pensaré antes de actuar”, pero ¡que coño! Siempre es al revés...
Estamos a ocho de enero (quedan unos minutos antes de que den las doce) y ha sido hoy cuando he regrasado a Valladolid de mis “vacaciones” de Navidad.
El 21 de Diciembre, cuando cogí el tren para ir a Logroño, una estúpida ilusión burbujeaba dentro de mí: veré a Marta, Elena, Letty, Tudel, Nacho... etc. En mi cabeza rondaba una lista de nombres enorme, y sonreía en mis adentros al darme cuenta de a cuánta gente echaba de menos. A cuanta gente deseaba ver.
Sin embargo, las vacaciones no fueron lo que yo esperé.
Vino a buscarme Letty a la estación, y de ahí al portal de mi casa nos acompañó una insulsa e incómoda conversación. Preguntas y respuestas cortas. ¿Por qué, maldita sea, si la quiero tanto y tenía tantas ganas de verla, no fui capaz de abrazarla y contarle las mil una batallitas que he vivido con Sara y Judith en Pucela?
Después, un viernes. Marta viene a buscarme (como siempre, ella siempre está rondando el telefonillo de mi casa cuando voy a Logroño. Me alegra tanto que quiera pasar tanto tiempo conmigo, aunque a veces me abruman tantas visitas... yo mi amiga la susceptibilidad) y juntas vamos a hacer una visita a Elena, que está trabajando en una tienda de dulces en un centro comercial. Elena sigue como siempre, y yo estoy “chinglando” el trozo de uña que se me rompí al bajar la maleta del tren el día anterior. Para cuando me doy cuenta, tengo la mano llena de sangre. Marta me mira, yo miro mi mano, Elena se rie y yo más aún. Como una pequeña psicópata, con mis manos empapadas de sangre, riéndome de mí misma y ese defecto incorregible.
Elena y Marta me abrazan, son tan distintas y las quiero tanto... Y ni siquiera sé cómo ellas me pueden querer a mí, de verdad, no sé cómo pueden aguantarme.
Marta no va a salir por la noche, pero Elena sí.
Por la noche salimos, Elena, Laura, Sasu, una amiga de ellas que cumplía ese día los años y yo. Después de beber una copa de piña colada con malibú y bacardi en el café Madrid, sé lo que me espera: reaggetón.
Así que no es de extrañar que aguantara poco. No lo soportaba, y aunque suene mal que lo diga yo, me sentí que ese no era mi lugar, que esa prueba ya la pasé, que ahora estaba en una etapa de mi vida que trascendía a aquello. Bailar en la Rondalosa era como bajar hacia lo más denigrante... y no, yo no soy así. Me reí, me reí muchísimo, porque nosotras íbamos muy guapas, arregladas, y ellos eran todos horribles. No había ni un solo chico que se salvara de la quema, y todos ellos sin excepción miraban con ¿ “deseo” sería la palabra? A todas y cada una de las chicas que, como vestidas como maniquíes de inditex, bailaban canciones de letras tran profundas como “Esta noche es de sexo...”. Y me volví a reir, porque recordé cuando, hace dos años, Elena y yo fuimos a las fiestas de Arenzana y bailamos reaggetón mejor que nadie. Recuerdo cómo se nos acercaban todos los chicos y nosotras los rechazábamos coquetas, porque aquella noche era sólo de nosotras dos. Nos sentíamos perfectas e intocables, como las princesas. Pero aquello sucedió ya hace tiempo, a mí ya no me gusta eso. Y la vi, a Elena, bailando con Sasu, Laura y la otra chica (espero que me perdone por no recordar su nombre), pero ya no bailaba como aquella noche en Arenzana. Ahora todo era muy distinto, y dejé de reir. Me di la vuelta, me acerqué a la barra, me peleé por conseguir mi abrigo, que estaba debajo de una gran montaña de cazadoras y bolsos y, abatida, dejé que mi querida bufanda roja se quedara allí, extraviada entre aquellas ropas. Y la sentí allí, perdida y descolocada, a esa bufanda roja, tan vieja, tan desgastada, entre aquellos abriguitos de Bershka. Pero no aguantaba más y me fui.
Los días que siguieron a aquella noche se confundían entre cenas familiares y horas y horas frente al ordenador para terminar aquel dichoso trabajo de antropología cultural. La cena de NocheBuena, en Baños, con Laura gritando de alegría al jugar con su regalo (un Winnie de Poo, subido sobre una tortuga, que hablaba y caminaba cuando Laura hacía sonar un sonajero), mi abuela gruñendo, mi tío discutiendo por qué canal de televisión debía estar puesto... Pero bien al fin y al cabo.
Después, de regreso a Logroño, a hacer deberes y trabajos, a hablar por messenger con Tudel, Paula o Renato. A perder horas y horas, descargando películas, y canciones, muchas canciones.
Echando de menos tantas cosas.
Después Marta me llamó y juntas fuimos a comprar las entradas para ver dos conciertos del ACTUAL.
Pero aún no había visto a Letty desde el jueves, ni a Elena desde el viernes. Ni a Tudel y los demás desde San Mateo.
Un viernes, un viernes de frío, quedo con Marta para salir. Mientras me vuelvo loca pensando qué ponerme, y mientras mantengo con Renato una de esas tantas conversaciones, él me llama por teléfono. Que tonta, qué tímida, cuántas tonterías pude decir en unos minutos y lo mucho que me reí. Y él también, de mí, no me extraña J.
Salí, salimos, salimos Marta y yo, pero a dar vueltas por las calles vacías de un Logroño que ser “reservaba” para la noche siguiente: NocheVieja. No haya ganas de nada, y ya hemos hablado de demasiadas cosas por hoy. Hace frío, hemos llamado a Elena pero ni ella tiene ganas de salir. Así que nada, vuelta a casa.
Después llegó NocheVieja, y el tener que ir a celebrarla a Villodas con la familia paterna. Todo extraño, todo diferente, pero bien al fin y al cabo. Viendo películas cutres de terror con mis primas (tales como “Campamento infernal” o “La garra del diablo”) y saliendo con Beatriz, la más mayor de mis primas, a celebrar la última noche del año por los bares de la parte vieja de Vitoria, vestida con un vestido de fiesta demasiado “provocativo”. En fin, menos mal que no me tomaron ninguna foto.
Y regreso a Logroño, a mi escritorio, a mis deberes y al messenger.
Llega el martes, Les Lupas, Los Coronas y New York Dolls. Somos dos chicas muy tranquilas, nos sentamos en la primera fila de las gradas y nos enamoramos de Los Coronas, aborrecemos a Les Lupas y alucinamos con New York Dolls.
Miércoles y jueves, más messenger, más lógica y otros deberes que me ponen de los nervios. Viernes, más de lo mismo...
Viernes. Vanesa me abre una conversación en el messenger: “¿A qué no sabes con quién estoy?” No es difícil de adivinar, teniendo en cuenta que sólo tenemos a una amiga en común: Elena. “Hola amor”, me dice Elena, “¿Qué haces?”
“Nada, aquí, volviéndome loca con unos deberes de lógica”
“Ah, que bien. Bueno, nosotras nos vamos ahora de fiesta, adiós.”
Ohhhh.... Indudablemente, Elena no quiere amigas, quiere gente para salir de fiesta. Y yo para eso... yo para eso ya no sirvo. No para el tipo de bares que a ella le gusta frecuentar.
Al día siguiente me llama Kimbo. “¿Cómo lo hacemos para coger las entradas del Maratón de Cine?” Mi cara en ese momento adopta una extraña expresión de desconcierto. “¿Qué?”
“Sí, me dijo Marta que hablara contigo, porque os ibáis a venir con nosotros al Maratón de Cine”.
“¡Pero si ya cogimos entradas para ir al concierto de esta noche...! Bueno, ahora hablo con ella.”
Tudel se acaba de conectar al messenger y me dice algo que me pone muy triste.
“Anoche nos encontramos con Marta en la zona de los conciertos y se vino con nosotros (...) serían sobre las diez (...) no te llamó porque no tenía el móvil (...) me dijo que no habías salido porque tenías que hacer unos deberes de lógica”
Me enfadé con todo, porque tenía tantas ganas de verlos... y ya no iba a ser posible estar con ellos. Enfadada porque hay cientos de cabinas por Logroño y pudieron haberme llamado, enfadada con todo y con todos. ¡Qué coño la lógica! ¡le hubieran dado por culo a la lógico esa noche sólo por volver a verlos! ¿Tanto costaba una llamadita o un mensajito? Tal vez no querían verme... No, no lo creo. No, qué va, Awy, no digas tonterías, si fuera así Tudel no te aguantaría durante tantas horas seguidas hablando por el messenger.
Al final, nada de maratón, y tampoco los vi a ellos... pero me lo pasé genial en el concierto con Marta. Los tres grupos estuvieron geniales: Le Punk, Najwa Nimri y The Gift. Todo perfecto. Un concierto espectacular.
Domingo, ayer.
Una entrada machista en el space de Renato, Tudel recomendándome canciones y dejándome comentarios aquí, en este blog.
18 días en Logroño. Dieciocho días perdiendo el tiempo. No pude quedar tampoco con Dani, aquel amigo que me animaba las mañanas en cuarto curso de la eso. Y no Letty en Sesma, creyendo que yo no la quería ver.
¿Y los reyes? Dinero, nada más que dinero... dinero que irá destinado a mis gastos de la universidad y la residencia.
Ayyyyyy...
Ya estoy de nuevo en Valladolid.
Y, ahora, me lo propongo bien en serio: cuando vuelva a Logroño en Semana Santa, no volveré a perder el tiempo. Debo recuperar el tiempo perdido con Elena y Letty, y volver a salir de fiesta con Marta y reír, reír, reír, reír mucho más. Ir al Mi Amigo, porque, extrañamente, también tengo ganas de ver al Chuchi, y, cómo no, volver a revivir aquellas noches en el San Miguel, con Marta, Nacho, Tudel, Kimbo, Choche y compañía.
Y que le jodan a la lógica, la antropología y a todos los deberes.
En estos casos para nada es malo desconectar. Pero, de donde debo desconectar inmediatamente, es del messenger. Igual que he hecho esta mañana con el Emule J
Y nada, esta semana me toca ver Metrópolis y Nosferatu (la original, la de Murnau), ir de rebajas y no tomarme la vida tan en serio. Y, joder, dejar de hacerme briznas y volver a mi dieta de manzanas y naranjas.
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la niña de las naranjas by Adriana Bañares is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
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